Venezuela intenta minimizar impacto de nuevo cierre fronterizo en etnia wayúu

La decisión del Gobierno de Venezuela de cerrar otro tramo de su frontera con Colombia en su extremo noroeste, una zona de la árida península de la Guajira y la serranía de Perijá habitada principalmente por indígenas de la etnia binacional wayúu, fue seguida de anuncios de asistencia a ese pueblo.

Venezuela intenta minimizar impacto de nuevo cierre fronterizo en etnia wayúu

Autor: Meritxell Freixas

Al ordenar el cierre, el lunes por la noche, Maduro dispuso que 5.558 familias reciban una cesta de alimentos básicos, se inyecten recursos para el inconcluso hospital de la ciudad fronteriza Paraguaipoa, se rehabiliten 176 escuelas, se den 1.900 becas y 1.660 computadoras portátiles a escolares y se envíe una flotilla de autobuses para el transporte entre las comunidades.

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Los wayúus, unas 400.000 personas en Venezuela y 250.000 en Colombia, se dedican desde hace varias generaciones al pastoreo y al comercio en las áridas estepas de la Guajira.

La condición binacional de la mayoría de sus clanes y familias ha facilitado su desplazamiento con mercaderías a uno y otro lado de la frontera, lo que explica las previsiones del Gobierno en asegurar a sus comunidades el abastecimiento básico.

Mientras, este martes barricadas militares bloquearon el paso carretero de Paraguachón entre Colombia y Venezuela, 600 kilómetros al noroeste de Caracas, para marcar el tercer cierre parcial de frontera ordenado por Maduro, constataron medios de prensa regional.

«Tenemos estrictos controles en los pasos formales. Hay absoluta tranquilidad y paz en la zona, y el pueblo aprecia la decisión del presidente Maduro», aseguró en Caracas el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, en declaraciones ante medios de prensa en el Palacio de Miraflores.

Cuatro autobuses con 180 pasajeros aguardaban permiso para pasar a Colombia, dos de ellos con destino a Ecuador, en este primer día de cierre.

Mientras, se observaba tránsito escaso en la carretera Troncal del Caribe, de unos 100 kilómetros, entre la capital regional, Maracaibo, y el paso fronterizo.

Por contraste, en los días precedentes hubo intensa movilización de vehículos y pasajeros hacia y desde la ciudad de Maicao, en el extremo noreste de Colombia.

«Vamos a ver si cambia el panorama del contrabando. Yo he llegado a contar en la Troncal hasta 70 camiones que en un solo día iban rumbo a la frontera, pasando alcabalas, con mercancías como alimentos, cerveza y otras bebidas», advirtió Portillo a Sputnik Nóvosti.

Maduro inició el 19 de agosto cierres parciales de la frontera suroeste, al tiempo que ordenó operaciones militares y policiales en 10 municipios de la zona, colocados bajo estado de excepción, para combatir el contrabando de extracción de productos subsidiados en Venezuela y la infiltración de paramilitares que chocan con uniformados venezolanos.

La medida implicó deportar o repatriar más de 1.300 colombianos, en tanto otros 15.000 abandonaron Venezuela por cuenta propia, según reportes oficiales de Colombia, así como un enlentecimiento del comercio formal bilateral.

Maduro sostuvo que su propósito es «construir una nueva frontera, libre del contrabando y del paramilitarismo, una frontera con estabilidad y paz», y que con ese fin está dispuesto a reunirse con Santos «cuando él quiera y donde quiera».

Fuente: Sputnik News


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