El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumaron a la agenda golpista contra el Gobierno de Venezuela, que emprenden sectores y países aliados de Estados Unidos. En esta ocasión, ambos organismos se ofrecieron a dar una «ayuda financiera» cuando «haya la oportunidad», sin que el Gobierno de Caracas la haya solicitado.
Después de constatar que ni el bloqueo financiero de Estados Unidos y sus aliados, ni las acciones deliberadas para desestabilizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro, han tenido efecto, apareció en el escenario el economista jefe del BM para América Latina y el Caribe, Carlos Végh, con un guión que tiene como telón de fondo intenciones desestabilizadoras de la economía.
Végh dijo que el Banco Mundial y el FMI están dispuestos a ayudar a Venezuela “cuando haya una oportunidad, y ofrecerle todo lo que sea posible”. Sin embargo, no especifica a que “oportunidad” se refiere. ¿Será que también plantea que sea después de una «salida» del presidente Nicolás Maduro??
“Lamentablemente, lo que el BM puede hacer es seguir la situación de Venezuela muy de cerca en cuanto a planes contingentes, de forma que cuando se presente la oportunidad, esté preparado para ayudar a los venezolanos”, dijo el economista en declaraciones a agencias de noticias internacionales.
Tónica golpista en ámbito económico
El directivo del BM recordó que este organismo actúa a petición de los Gobiernos y lamentó que en este momento el Banco Mundial no tenga relaciones con Venezuela. Además, se refirió a la supuesta crisis económica, política, social y humanitaria que vive Venezuela, la cual calificó como “de una magnitud que no se veía desde hace décadas en la Región”.
En esa tónica se ha mantenido el informe del FMI de abril de este año que proyecta para Venezuela una inflación de casi el 14.000% para 2018 y una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 15%, el que sería su quinto año en recesión.
No es casual que después de la publicación de las proyecciones del FMI, economistas opositores, quienes publican un índice inflacionario respaldado por la Asamblea Nacional en desacato, hayan estimado una inflación de 90% para mayo, y que al estimarla todo el año coincida con la cifra del organismo financiero internacional.
Goodbye multilaterales
El expresidente Hugo Chávez (1999-2013) fue quien tomó la decisión, en el año 2007, de formalizar la salida de Venezuela del BM y del FMI, organismos financieros a los que calificó como «mecanismos del imperialismo» para sojuzgar a los países en desarrollo. Luego, Chávez canceló todas las deudas pendientes, las cuales vencían en 2012.
La dependencia de Venezuela respecto al FMI y el BM alcanzó su máxima intensidad en 1989, cuando el país afrontaba una deuda exterior de 25.000 millones de dólares y no disponía de recursos para pagarla. Ese año el pueblo se reveló en contra del denominado “paquetazo económico neoliberal” impuesto por la banca internacional.
No les queda otra que la injerencia
Las declaraciones del vocero del BM se suman a un reciente artículo publicado por la revista estadounidense Foreign Policy en su edición digital, justo en el contexto de la operación contra Venezuela en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Esta organización, auspiciada por Estados Unidos y naciones aliadas, ha intentado sin éxito acciones injerencistas contra el Gobierno Bolivariano 32 veces, con el aval de sectores opositores venezolanos. Ante el triunfo de Venezuela, a los intervencionistas no les queda otra que convocar a un golpe de Estado.
Antes de la OEA, en abril, apareció como protagonista el ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, presentando una propuesta de rescate financiero a Venezuela ante el FMI por 60.000 millones de dólares, para la “estabilización macroeconómica”, que se aplicaría cuando hubiera “un Gobierno dispuesto a tomar las políticas económicas correctas”.
Anteriormente, en marzo de este año, el jefe del Comando Sur del Pentágono, el general John Kelly, asomó la necesidad de que los militares venezolanos se sublevaran, para secundar las declaraciones lanzadas en febrero por el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien posteriormente fue sustituido por Mike Pompeo. Un mismo guión desarrollado en varios capítulos.