Desde 1999, cuando la Revolución Bolivariana comenzó su proyecto socio-económico tras la victoria en las elecciones presidenciales, el gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) comenzó el despliegue de acciones desestabilizadoras y de bloqueo para reemplazar el modelo político venezolano, pues representa una amenaza para los planes de expansión norteamericanos.
No pasaron más de tres años cuando se perpetró el golpe de Estado contra el gobierno de Chávez. EE.UU. siempre estuvo detrás de ese evento, desde hace rato lo venían planificando. De hecho el reconocimiento al golpista y autojuramentado «Presidente» Pedro Carmona Estanga fue de inmediato.
Todo ésto ocurrió dentro del Palacio (de Gobierno) de Miraflores, en colusión con la cúpula de la iglesia católica, luego que Chávez fuera secuestrado y retenido en La Orchila por los golpistas. Años más tarde, una serie de documentos de distintos organismos estadounidenses y correos internos de funcionarios de ese gobierno, difundidos por Wikileaks, corroboraron la trama y las estrategias que aplicó EE.UU. contra Venezuela con el apoyo de sus aliados dentro del país, con el objetivo de dar fin al proceso revolucionario.
En los años que siguieron, los métodos de intervención norteamericanos han incursionado, entre otras tácticas, en el bloqueo comercial y financiero del país, produciendo serios problemas de desabastecimiento, especialmente de medicinas e insumos médicos. Estas artimañas son las que articulan la agresión conocida como «Golpe Blando».
Entre esos planes resalta un manual firmado por Gene Sharp y ampliamente difundido por el Instituto Albert Einstein y aplicado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y organismos aliados en el resto del mundo como Stratfor, Canvas, entre otras empresas dedicadas a la creación de estrategias políticas para intervenir el poder político.
Bloqueo de EE.UU. a Venezuela: robo de sus riquezas, ataque a sus instituciones democráticas y la guerra frontal
El bloqueo comercial, financiero y diplomático contra Venezuela, así como el apoyo a Guaidó por parte de EE.UU. forman parte de un todo. El ataque al sistema eléctrico también lo es y tiene amplios antecedentes.
El mismo manual contiene las instrucciones para desplegar el montaje que pretendió ingresar «ayuda humanitaria»; una excusa para generar situaciones violentas que justificaran la acción militar directa en territorio venezolano , y permitir así que Washington tenga la excusa para «atender» la «crisis humanitaria» que ellos mismos han incentivado, inducido y propiciado.
En este momento, el ataque al sistema eléctrico ha generado también fallas graves en el suministro y abastecimiento de agua, perjudica la distribución de alimentos perecibles, así como la refrigeración de medicamentos fundamentales para tratamientos a pacientes delicados, entre ellos los que se realizan diálisis.
Venezuela está siendo sometida a una guerra frontal, distinta a los conflictos tradicionales, con tropas invasoras y bombardeos. Es una guerra no tradicional, en que la presión psicológica y el martirio físico a los venezolanos tienen como objetivo crear agitación social contra el gobierno.
A pesar de todo, el gobierno venezolano ha persistido en las gestiones necesarias para abastecer el país de los recursos básicos que le son negados. así, por ejemplo, los trabajadores del sistema eléctrico se han esmerado más allá de sus responsabilidades por recomponer el sistema y arreglar todos los daños que han causado los ataques y que lo dejaron gravemente dañado.
En la misma línea, se dispuso varios operativos: para solucionar los problemas de de transporte urbano (los daños han dificultado el funcionamiento del metro tren y ferrocarriles intercomunales), la distribución de agua a través de cisternas, de alimentos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), de medicamentos provenientes de Bielorrusia, China, Rusia, India, Turquía, Irán, Cuba, Nicaragua, Bolivia y demás países aliados, así como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja Internacional (CRI).
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— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) March 20, 2019
Reacción y acción del gobierno venezolano ante la coyuntura y los ataques continuados
En pleno ataque y en medio de apagones registrados en gran parte del país, el gobierno venezolano ha logrado traer más de 400 toneladas en medicamentos, insumos médicos y alimentos, en un esfuerzo para vencer el duro bloqueo y guerra no convencional que sufre la población.
En el caso de los medicamentos, la Cruz Roja Internacional ha establecido una plataforma de coordinación con el gobierno venezolano, para evitar que en el país se agudice el desabastecimiento, y sobre todo proteger a las comunidades y pacientes clínicos más vulnerables, especialmente aquellos que son dependientes del servicio eléctrico para mantenerse con vida.
En medio de todo esto, Guaidó -la ficha de Trump en Venezuela- ha sido claro y ha dicho que la luz, el gas, los alimentos y la medicina no llegarán a Venezuela hasta que Maduro no salga del poder.
Y es que dentro de este proceso de intento de usurpación por parte de Guaidó -en el que también actúan como cómplices los gobiernos del Reino Unido, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil, Perú, Guatemala, Ecuador, Guyana, Chile, Paraguay, y por supuesto EE.UU- Venezuela registra, producto del saboteo continuado de Washington, pérdidas que superan los 60.000 millones de dólares.
De acuerdo al vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, entrevistado en febrero de 2019 por la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), esta inmensa cantidad de recursos perdidos por Venezuela, producto del bloqueo que realiza EE.UU, al menos 23.000 millones de dólares afectan directamente al Producto Interno Bruto (PIB).
Otros 15.000 millones están relacionados con la empresa Citgo, filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en territorio estadounidense, actualmente tomada por la Casa Blanca y con esos recursos retenidos bajo el argumento que deben ser administrados por Guaidó y no «por el régimen de Maduro».
“Si a esto le añadimos los 20.000 millones de dólares que se llevaron durante el sabotaje petrolero (2002), estaríamos hablando de 58.000 millones de dólares en pérdidas, es decir, casi 60.000 millones de dólares con los que han afectado a la República”, dijo Menéndez citado por AVN.
El pasado 21 de marzo, el presidente Maduro denunció al gobierno de Donald Trump de secuestrar, con la ayuda de la Unión Europea, cerca de 5.000 millones de dólares que serían destinados para comprar medicamentos.
«Trump es el responsable de una de las medidas más criminales contra algún pueblo del mundo», recalcó Maduro en relación a las sanciones impuestas contra Venezuela por parte de la Casa Blanca.
Ese mismo día, Maduro dijo -en cadena nacional- que el pueblo venezolano debe dar un salto hacia la autosostenibilidad farmacéutica e instó a preparar los protocolos de sustitución de importaciones de los principios activos que se importan al país y que se podrían hacer en el territorio venezolano.
«La mayoría de los productos que importamos hoy debemos hacerlos con tecnología nacional», acotó.
Asfixiar al pueblo para aniquilar al gobierno. La mano de los aliados de Venezuela para superar el bloqueo
EE.UU. tiene claro que para «aniquilar» al gobierno venezolano, necesariamente primero debe «asfixiar» al pueblo, arrebatarle la paz mental y física, incrementar la guerra psicológica, pues además de sufrir las consecuencias por los distintos y continuados ataques al sistema eléctrico, también vive en medio de una guerra económica, con una hiperinflación desmedida que disuelve los salarios, incluso al punto de llegar que la propia moneda estadounidense -el dólar- pierda valor en el poder adquisitivo.
En el caso de las medicinas el más reciente envío de medicamentos e insumos médicos quirúrgicos vino proveniente de China. Fueron 65 toneladas que llegaron de manera expresa desde el gigante asiático.
La entrega de los medicamentos se realizó el pasado viernes 29 de marzo. La información la ofreció el vicepresidente sectorial de Economía, Tarek El Aissami, desde el aeropuerto internacional de Maiquetía, quien detalló que en el envío hay «antibióticos, medicamentos para personas diabéticas, protectores gástricos (…) insumos médicos, medicinas, material quirúrgico para el sistema de salud pública».
De acuerdo a El Aissami este será el primer cargamento de varios que permitirán «garantizar a toda costa los medicamentos que el pueblo necesite», pues, es la forma de vencer «el pretendido cerco y bloqueo» estadounidense, que bloquea cuentas de Venezuela en el exterior y presiona para que otros países hagan lo mismo. «No habrá potencia guerrerista que impida que nuestro pueblo obtenga sus alimentos y medicamentos y todo lo necesario», añadió.
El domingo en horas de la noche -en cadena nacional- el presidente Maduro pidió al pueblo «máxima conciencia y máxima paciencia» para superar este momento histórico. El mandatario venezolano pidió a la población a defender la paz y la tranquilidad, a no decantarse por la violencia, que es lo que busca la extrema derecha venezolana alentada por la Casa Blanca, para así generar asesinatos, destrucción y caos generalizado, que les permita abrir las puertas a una invasión militar y de esa manera acabar con la democracia en el país.
Maduro alertó que para evitar ese escenario, la conciencia del pueblo ayudará a preservar la vida, el trabajo y la tranquilidad del país, fundamentalmente necesaria para salir -una vez más- con la victoria, misma que se traduce en la paz generalizada y el respeto a la soberanía plena de la nación.
Como medida puntual para normalizar la energía eléctrica, Maduro activó un operativo de suministro de electricidad programado que permitirá recuperar todos los equipos fundamentales que fueron dañados en los reiterados ataques contra el sistema desde el 7 de marzo pasado. Eso le dará al Estado la plataforma necesaria para ir garantizando que el recurso llegue a las comunidades de forma contínua y que la distribución de agua por tuberías se normalice a medida que la carga eléctrica sea constante.
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