Miles de franceses preparan hoy, el X acto del movimiento de los chalecos amarillos, como nueva jornada de manifestaciones en el territorio francés que se desarrollará este sábado, con el propósito de seguir sumando apoyos.
En la red social Facebook, los chalecos amarillos hicieron las convocatorias para que la ciudadanía participe en las diversas acciones en la capital del país, así como las que se efectuarán las ciudades y pueblos de toda la nación, con la meta de ampliar aún más el respaldo ciudadano.
Varias iniciativas se ensayan como «la operación seamos más«, que consiste en atraer a nuevas personas a las demostraciones.
«Vengan todos con al menos dos amigos que no hayan venido nunca. Den muestra de persuasión, díganle que aquí se pasa bien, que deben venir a verlo con sus propios ojos», detalla la convocatoria publicada en las redes sociales.
Otro objetivo de la movilización busca mostrar el rechazo al debate nacional lanzado por el presidente, Emmanuel Macron, para intentar desmovilizar la crisis provocada por los chalecos amarillos calificándolo como una acción «estéril».
Agregó que el llamado «no servirá de nada y todo el mundo sabe ya lo que el pueblo demanda: menos políticos, menos privilegios, más transparencia, que el pueblo sea consultado sistemáticamente». advirtió Macron.
Con el denominado acto X, los chalecos amarillos cumplen los dos meses del inicio del movimiento y pretenden mantener viva las protestas en defensa de sus demandas, pese a que el origen de las manifestaciones estuvo destinada a frenar el aumento de precios del combustible decretado por el Ejecutivo, las reivindicaciones se ampliaron al aumento de impuestos en general y la pérdida del poder adquisitivo como resultado de la política gubernamental.
Los chalecos amarillos ahora reclaman también reformar la Constitución en aras de una democracia plena y que los ciudadanos tengan la posibilidad de pedir e impulsar la realización de referendos nacionales sobre temas relevantes.
¿Quiénes son los chalecos amarillos?
Algunos políticos consideran que el movimiento de los chalecos amarillos continúa sin organización, sin dirección ni portavoces oficiales. Sin embargo, esta organización surgió de manera espontánea y en ella hombres y mujeres de diversa procedencia y sensibilidad se agrupan y nadie revela sus estructura.
Estos grupos de clases medias y pensionistas de provincias, en pareja, en familia, enarbolando banderas de Francia, pedían «comprensión», denunciando a Macron con una terminología tradicionalmente conservadora.
También están jóvenes de la periferia de París y otras grandes ciudades, que en las manifestaciones enarbolan proclamas contra el mandatario francés, sin llegar a los enfrentamientos físicos con las fuerzas del orden. Otros un poco más radicales, prefieren encapucharse y mostrar su ideología radical alegando que son parte de la extrema izquierda y extrema derecha. Además, usando máscaras anti-gas, aprovechan para generar la confusión y lanzar una batalla campal contra las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS).
Los chalecos amarillos sin duda alguna están contra las élites parisinas, que Emmanuel Macron encarna de manera arquetípica y entre sus demandas se hallan que no suban los carburantes, recuperar el poder adquisitivo perdido, recuperar los servicios públicos perdidos en la Francia periférica que no tiene las ventajas de París y las grandes ciudades.
El portal web ABC de España publicó en un artículo que entre el 70 y el 80% de los franceses dicen apoyar o comprender el movimiento, que contemplan con aparente simpatía, de momento.
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