La respuesta del gobierno de Estados Unidos a la decisión del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, de romper las relaciones diplomáticas fue rápida y directa: no reconocen la autoridad de Maduro ni tampoco sus decisiones.
El Secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció a través de su cuenta en Twitter que su país «mantendrá relaciones diplomáticas con Venezuela a través del gobierno del (autoproclamado) ‘presidente interino’ (Juan) Guaido«.
De esta manera, Washington viola los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, seguido de la Organización de Estados Americanos (OEA) y los gobiernos latinoamericanos que conforman el Grupo de Lima, con la excepción de México y Uruguay, países que se mantiene al margen de tan penoso comportamiento.
Además, Trump y sus lacayos promueven la ruptura del orden constitucional en Venezuela, queriendo imponerle al pueblo un presidente elegido desde la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El comunicado íntegro que publicó Mike Pompeo es el siguiente:
Repartición de riquezas
De inmediato, comenzaron las reuniones para negociar las riquezas que le pertenecen a los venezolanos. Robert Palladino, alto funcionario del Departamento de Estado, adelantó -también a través de Twitter- que ya conversaron con el Gobierno de Guyana acerca de sus derechos sobre la llamada «Zona Económica Exclusiva».
Detalló que el subsecretario John Sullivan, reafirmó con el canciller guyanés, Carl Greenidge, «los derechos y la jurisdicción soberana de Guyana» dentro de dicha área, donde se encuentra una gran cantidad de riquezas explotables, que está en disputa con el Estado venezolano.
Ante este pronunciamiento, surgió la reacción del vicecanciller venezolano, Yuri Pimentel, quien aseveró que «ya comenzó el despojo territorial que apoya la aposición apátrida a cambio del apoyo de Washington«.
Recordemos que históricamente existe una reclamación por parte de Venezuela sobre parte del territorio Esequibo que ocupa Guyana, basándose en el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, donde existen una gran cantidad de riquezas minerales.
El pasado 22 de diciembre, la Fuerza Armada venezolana interceptó embarcaciones de la petrolera estadounidense ExxonMobil, contratadas por el Gobierno de Guyana, por violar la soberanía marítima de Venezuela.
Para Caracas, Washington interfiere a conveniencia en un asunto que en absoluto es de su incumbencia, con el fin de promover intereses corporativos vinculados carnalmente con la élite gobernante en la Casa Blanca, sin reparar en las más elementales normas del derecho internacional público.
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