El Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, aseguró que su país continuará ejerciendo presión contra el Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, el cual no reconocen como legítimo.
La intención de Estados Unidos, según expresó el funcionario norteamericano, es aumentar la presión sobre el gobierno de Caracas para obligarlo a dimitir.
En ese sentido, Bolton reconoció que su país está dispuesto a usar todo su poder económico y diplomático, para aumentar presión al gobierno de Maduro.
“Estados Unidos no reconocerá la toma de posesión ilegítima de la dictadura de Maduro y continuará aumentando la presión sobre el régimen corrupto”, escribió ayer jueves el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, en su cuenta de Twitter.
En ese mismo texto, Bolton reiteró el apoyo de su país a la Asamblea Nacional sobre las decisiones que han tomado en contra del gobierno de Maduro. Sin embargo Caracas insiste que los poderes de la Asamblea son nulos, ya que se encuentra en desacato según las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Ante el desacato de la Asamblea Nacional, Maduro tuvo que ser juramentado ante la Sala Plenaria del máximo tribunal venezolano, situación que impulsó a países contrarios al gobierno de Maduro, lo catalogaran como ilegal e ilegítimo.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, mediante un comunicado, ha pedido a los venezolanos, tanto civiles como militares y de todos los estratos sociales, que no colaboren con Maduro y que “dejen de permitir la represión y la corrupción”.
El martes, EE.UU. anunció nuevas sanciones contra Venezuela que apuntan a personas acusadas de beneficiarse de una trama de intercambio de divisas derivada del control de cambio, una medida calificada por Bolton como acertada y positiva.
Desde Caracas acusaron al consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de dirigir un “plan para asesinar a Maduro”, e incluso aseguraron que dicho operativo “ya está en desarrollo”.
De otro lado, la Unión Europea (UE) y los países del Grupo de Lima, que incluye desde 2017 a países de América Latina y Canadá, anunciaron que no reconocerán el segundo mandato del presidente venezolano.