Una nueva obsesión dilata las pupilas de uno de los empresarios más astutos de Suramérica. Venezuela, un objetivo comercial que pretenden capturar con la complicidad de la ultraderecha latinoamericana y así poder asaltar las cuantiosas riquezas que están dentro de un territorio que aún le es esquivo y ajeno a sus oscuras pretensiones. Sebastián Piñera es un empresario multimillonario y Presidente de Chile. Hoy viajó a Cúcuta y nadie comprende qué razones lo motiva, Aquí las pistas.
Durante los últimos cinco años Suramérica ha sido protagonista del resurgimiento de gobiernos de extrema derecha con la llegada de magnates empresarios al poder presidencial. Bajo ese escenario se ha tejido toda una trama de negocios y complicidad protagonizada por estos pseudo “líderes” que se ha dedicado a acabar con la tranquilidad, cooperación, integración, solidaridad y hermandad que revitalizó a la región durante una década gracias al trabajo articulado que ejecutaron gobiernos progresistas y de izquierda en la región, hecho que la convirtió en una de las más pujantes del planeta.
Los califican de gobiernos satélites y anexos a la Casa Blanca, es decir, una especie de sucursales manejadas por Washington y su jefe, el magnate “real” Donald Trump, otro capo de los empresarios convertidos en presidentes, fenómeno muy de moda en la actualidad .
Y justamente en complicidad a los lineamientos de Washington, es que varios de estos empresarios “presidentes” han hecho resurgir el neoliberalismo en gran parte de Suramérica, la imposición de ajustes económicos contra la población al negociar el futuro de los países con el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre otras entidades financieras del capitalismo pro-estadounidense y de manera consecuente han abonado el camino para entregar la soberanía latinoamericana y destruir a uno de los mecanismos de integración más importante de la historia regional, la Unión Suramericana de Naciones (Unasur).
En ese escenario político entreguista y lacayo, uno de sus máximos representantes es Sebastián Piñera, mismo que ahora es una de las “voces” más elocuentes en torno a la falsa matriz de opinión de la mal llamada “crisis humanitaria” en Venezuela, que como único objetivo usa ese fatídico argumento para apoyar una invasión militar en ese país, no sólo por ser un bastión revolucionario ajeno a EEUU sino porque guarda las mayores riquezas del planeta, una tentación en la que la mano empresarial quiere poner todos sus dedos para sentir el placer de controlarlo todo.
Este viernes -22 de enero de 2019- llegó Piñera a Cúcuta, Colombia, recibido por su socio neogranadino, Iván Duque, otro presidente empresario que babea con la idea de coger un tajo en el negocio orquestado para adueñarse de Venezuela. La visita del presidente de Chile se hace en medio de un torbellino político en su propio país, producto de uno de los peores desastres naturales hacia el sur del país andino, un incendio forestal que consume miles de hectáreas de bosques y al que el jefe de Estado poco le ha dado interés.
Al respecto, Germán Silva Cuadra, un analista político en Chile, publicó un artículo para France 24, en el que analiza la postura de Piñera y las duras críticas que ha recibido al poner por encima la campaña de desprestigio contra Venezuela y su visita a Cúcuta en medio de desastre natural.
Explica Silva Cuadra en ese despacho que “diversos organismos de la región de Aysén -al extremo sur de Chile-“ han criticado la visita de Piñera a Cúcuta “debido a que aún no se han podido controlar los incendios que consumen miles de hectáreas de bosques y se ha pedido la presencia del jefe de Estado en la zona”.
“Además, Piñera viene recién regresando de unas largas vacaciones de verano -se extendieron entre el 25 de enero y 19 de febrero-, solo interrumpidas por tres días para acudir al norte altiplánico devastado por inusuales lluvias. Aunque hasta ahora Piñera ha logrado sortear las críticas por abusar de un relato que enfatiza en exceso a Venezuela, esta decisión, junto al anuncio bastante improvisado -se cree estaba guardado para más adelante- desde el lago en que estaba de vacaciones, de que Chile postularía al mundial de 2030, se ha interpretado como un intento de desviar la atención del frente interno”.
El objetivo de Piñera es convertirse en el lacayo de Trump para Suramérica
Así como Piñera auspicia la guerra contra Venezuela desde tierras colombianas y en sus discursos diarios dedicados a descalificar al país suramericano, el otro escenario que pretende utilizar para llevar su imagen a otro nivel, es el de autoproclamarse como el gran jefe Suramericano para EEUU.
Para ello Piñera ha planteado la creación de “Prosur” (Para el Progreso de Suramérica), un lobby en el que los empresarios presidentes de los gobiernos aliados a EEUU, realizarían todas sus acciones y negocios y de esa manera sentenciar a la ya boicoteada Unasur.
“El presidente chileno busca convertirse en líder de la región a través del organismo, que reemplazaría a la Unasur. Pero mientras esta última fue impulsada desde la izquierda, es ahora la derecha la que busca protagonizar el «Progreso de Sudamérica”, explica Silva a France 24.
Este lobby estaría encabezado por los presidentes de derecha Sebastián Piñera, Mauricio Macri, Iván Duque, Mario Abdo Benítez, Lenín Moreno y Jair Bolsonaro, todos gobiernos aliados a Washington y que en la actualidad promueven la creación de un Estado paralelo en Venezuela que permita ejecutar un golpe de Estado contra el Presidente Nicolás Maduro y su gobierno, asediado a su vez por un brutal bloqueo económico y financiero.
“En este contexto es que emerge Sebastián Piñera”, explica Silva, quien agrega que Piñera “busca reemplazar” al sueño bolivariano del líder Hugo Chávez hace 15 años. “Claro, el contexto es muy distinto. La derecha gobierna a su antojo”, salvo Bolivia, Venezuela y la diplomática Uruguay.
Además, agrega Silva en su análisis, “la crisis de Venezuela tiene encendidas las alarmas de todos, porque de no encontrarse una salida pacífica, Estados Unidos amenaza con intentar un nuevo Vietnam, pero en nuestro territorio”.
Según declaraciones del canciller Roberto Ampuero, el lanzamiento de Prosur se realizaría en marzo venidero en tierras chilenas, aunque sin fecha sin definir, se espera que este grupo pro-Washington que viene a crearse como un paralelismo de derecha de la Unasur, sea concretado con la visita próxima de Macri y Bolsonaro a Santiago.
“…los objetivos del presidente chileno parecen ir más allá. En esta extraña mezcla entre simbiosis y competencia que sostiene con Bachelet desde 2006 -en que se han alternado el poder-, el hecho que la expresidenta haya ocupado dos importantes cargos a nivel internacional en la ONU parecen haber despertado una inquietud en Sebastián Piñera. Tanto es así, que en este segundo período ha hecho un giro buscando un mayor protagonismo internacional. La crisis de Venezuela pasó a ser un eje central de su Gobierno y un pilar de la estrategia comunicacional del palacio de La Moneda. El presidente se refiere casi a diario del tema, lo mismo que el canciller, pareciendo no haber otra prioridad en materia internacional…”, explica Silva.
Pero el interés de Piñera no es su crisis sino sus riquezas. Venezuela es la primera reserva probada de petróleo del planeta, la mayor de oro, una de las primeras en gas, diamantes, coltán, aluminio, hierro, agua, entre otras, que ponen su mirada atenta en los negocios que pueda alcanzar si lograr el macabro objetivo de acabar con la democracia venezolana y sacar a Maduro de la Presidencia.
Eso se hace notar en hechos como que Piñera fue el primer mandatario en reconocer al autoproclamado presidente del intento de Estado paralelo en Venezuela, el extremista de derecha Juan Guaidó, también en sus notables nexos con Iván Duque y Macri para promover salidas inconstitucionales y violentas a la crisis venezolana, algo que no hace más que mostrar toda su ansiedad por asumir un protagonismo visible, que incluso pudiera convertirse en una mala jugada, sobre todo si Cúcuta finalmente se convierte en el principio de una guerra internacional que no tendría precedentes en la región y que ocasionaría uno de los genocidios más grandes de la historia mundial.
Prosur: ¿una manera de institucionalizar el Grupo de Lima y aislar más a Venezuela?
En un despacho de la agencia Sputnik, Eduardo Paz Rada, sociólogo y docente de la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia, explicó que «Prosur” lo que busca es ser un mecanismo que coordine toda la política de la restauración conservadora en la región.
En ese sentido explica que a diferencia de la Unasur, que buscaba la soberanía política en la toma de decisiones, «el proyecto de Piñera y de Duque tiene más bien coherencia con las políticas norteamericanas sobre América Latina», que con los intereses propios de la región.
Están «tratando de minar el Gobierno bolivariano de Maduro, en coordinación con la potencia norteamericana y por supuesto, para tener en las próximas décadas un espacio más estratégico, están tratando de impulsar este famoso Prosur que sin duda va a generar polémicas, reclamos y protestas en los movimientos populares de la región», explicó Paz.
Tanto Duque como Piñera se han puesto a la vanguardia del acoso hacia Venezuela e intentan crear “Prosur” para lograr el cerco diplomático contra el país bolivariano, una propuesta que promueve Duque para asfixiar a su país vecino y que enarbola el autodenominado Grupo de Lima.
«Están avanzando en un nuevo bloque del que se sabe muy poco y del que se ha especificado muy poco y que en teoría debe reemplazar a la Unasur. Esto confirma un poco esta tendencia de algunos gobiernos conservadores de avanzar e ir destruyendo, fragmentando, los procesos de integración regional que otros gobiernos ya habían adelantado», dijo a Sputnik Mauricio Jaramillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, Colombia.
Con respecto a la supuesta ideologización de Unasur esgrimida por Piñera como argumento para terminar con ella, Jaramillo recordó que en ese mismo ámbito convivieron y dialogaron dos presidentes bien antagónicos como Hugo Chávez y Álvaro Uribe.
«Unasur fue muy efectiva en poner a converger intereses de gobiernos ideológicamente distintos, me parece que eso funcionó. De hecho muchas tensiones entre Colombia y Venezuela se resolvieron en la Unasur y la última gran crisis fronteriza antes de la actual se resolvió en buena medida por la presidencia pro témpore uruguaya en Unasur», recordó Jaramillo.
Piñera será el gran responsable si se inicia una guerra contra Venezuela
Por su parte el senador chileno Alejandro Navarro, quien ha sido uno de los críticos más duros al gobierno de Piñera, recalcó que Piñera deberá asumir toda la responsabilidad por ser uno de los principales promotores y actores de EEUU para promover una guerra e invasión contra Venezuela.
“Si @sebastianpinera se hace parte de una guerra contra el pueblo de Venezuela, encontrará una muralla de dignidad en la ciudadanía y en el Congreso Nacional, no estamos disponibles para un genocidio, si persiste en su show mediático, pagará los costos de tamaña irresponsabilidad”, subrayó.
Al respecto agregó que el ex director del FBI, Andrew McCabe, publicó un libro que revela kla verdadera intención de Trump con Venezuela al citar una frase que habría dicho el actual presidente de los EEUU: “Este es el país con el que deberíamos entrar en guerra. Tiene todo ese petróleo”.
El senador Navarro también agregó que el mayor de los intereses de Piñera en Venezuela viene por sus negocios : “Piñera, inversionista nato; ve oportunidades en cualquier crisis. Una invasión le daría la chance que siempre ha buscado: comprar barato y vender caro. No sólo el petróleo, también empresas públicas privatizadas. No le importan los DDHH, ni los Venezolanos”, denunció.
Para el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, la presencia de Piñera en Cúcuta junto a Duque es fácil de identificar: «Seguramente los presidentes piti yanquis como el de Colombia y el de Chile, que alientan una provocación y una violencia contra Venezuela, y que están llamando a asaltar la frontera el próximo sábado (23 de enero), ya en los años que pasen serán olvidados, quedarán como un mal cuento de un mal momento que vivieron nuestro pueblos”.
«Venezuela y su pueblo necesitan apoyo internacional para recuperar su libertad y democracia. Con el presidente Iván Duque estaremos este viernes en Cúcuta entregando ayuda humanitaria a quienes llevan años sufriendo la crisis causada por la dictadura», dijo Piñera a través de su cuenta en la red social Twitter.
Por su parte el autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó, dijo que se siente orgulloso de contar con la presencia de Piñera. «Valoramos este gesto hacia los venezolanos que esperan esa ayuda para salvar sus vidas”. Otro presidente que está en Cúcuta, es el empresario paraguayo Mario Abdo Benítez, aunque éste ha tratado de pasar desapercibido, al menos a nivel mediático.
Por ahora, mientras en Cúcuta se realiza un concierto que promueve la entrada arbitraria de una supuesta “ayuda humanitaria” y que no hace más que bendecir la guerra con el auspicio del mercado pop de artistas miameros, mismos que gozan de gran rating internacional gracias a la payola y el merchandising que está detrás de toda la industria musical, en Venezuela, artistas patriotas exigen respeto a la independencia, soberanía y autodeterminación del país caribeño.
Su lema es paz y vida, y así esperan que se mantenga no sólo durante este fin de semana en el que seguirán cantando a la alegría sino por siempre, en favor de la tranquilidad regional de los pueblos y en rechazo a la hegemonía estadounidense que pretende -a toda costa- adueñarse de sus recursos.
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