Como parte de su firme posición en apoyo al pueblo de Palestina, el gobierno de Malasia anunció que vetará la entrada a la delegación de atletas israelíes para participar en el mundial de natación que se realizará en ese país entre julio y agosto de este año y servirá como calasificatorio a Tokyo 2020.
La información fue confirmada por el primer ministro, Mahathir Mohamad, quien anunció que en caso de que vayan a su país, será considerado un delito.
“No les permitiremos entrar. Si vienen, se interpretará como un delito”, expresó ayer jueves Mohamad.
Del julio al 4 de agosto se realizará en la ciudad de Kuching, el Campeonato Mundial de Natación 2019, que está considerado como un evento de clasificación para los Juegos Paralímpicos de 2020 de Tokio, en Japón.
Malasia es un firme partidario de la independencia de Palestina y como muestra de su decisión, no sostiene relaciones diplomáticas con Israel, no lo reconoce como un Estatado, razón por la cual no podrán emitir visas, justificó el primer ministro de Malasia.
“Si quieren retirar a Malasia los derechos de organización del Campeonato, pues intenten a ver si lo pueden hacer”, agregó el jefe del Gobierno malasio, refiriéndose a los dos meses de esfuerzos del comité de juegos paralímpicos israelí para suspender la organización del mundial al país asiático.
Esta decisión no es la primera que toma el gobierno de Kuala Lumpur ya que en el pasado, negó la entrada de equipos israelíes a las competiciones internacionales de vela y tornos de tenis.
Por su parte el presidente de la Organización Cultural Palestina en Malasia, Muslim Imran, aplaudió la decisión de Kuala Lumpur y declaró “Malasia se mantiene firme en su apoyo político a la lucha palestina. Se debe aumentar la presión sobre Israel para que ponga fin a sus políticas de apartheid”.
El país asiático ha sido durante décadas uno de los férreos críticos de la ocupación israelí. Mahathir expresó el pasado año el apoyo de su país al Estado palestino en la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), condenando a Israel por ignorar las críticas de la comunidad internacional y los grupos de derechos humanos por la ocupación de Palestina.
Recientemente, el líder de 93 años repudió la decisión del Gobierno australiano de reconocer al oeste de Al-Quds (Jerusalén) como la capital de Israel. “Jerusalén siempre ha sido un territorio palestino y debe permanecer en su estatus actual”, recalcó.
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