Hace 15 años el líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías, impulsó la Gran Misión Robinson, programa social que logró llevar la luz del conocimiento a aquellas personas que por diversas razones no sabían leer ni escribir, partiendo de lo conocido a lo desconocido y promoviendo a su vez el desarrollo de la población venezolana que había sido excluida del sistema educativo.
La Misión Robinson nació luego de un pilotaje realizado en mayo de 2003, el cual permitió medir el nivel de analfabetismo en varios estados del país, grupo al que le ofreció, bajo el eslogan “Yo, sí puedo” las herramientas para aprender a leer y escribir, iniciativa impulsada por la profesora cubana Leonela Relys, con el apoyo de pedagogos latinoamericanos. El estudio contó con la participación de más de 400 patriotas y arrojó resultados efectivos.
La frase «Yo sí puedo» cobra mayor significado a través de esta Misión, y así se llama el método de enseñanza de las primeras letras desarrollado por especialistas y asesores cubanos, que a partir de 2003 fue implementado en territorio venezolano para llevar el conocimiento a las comunidades más remotas y a quienes nunca tuvieron la oportunidad de leer y escribir, sin importar su edad, condición o ubicación geográfica.
Para Chávez, la Misión Robinson también representaba una herramienta contra el imperialismo y la opresión de las potencias económicas. «Tras la agresión imperialista, fascista y el golpe de Estado 2002-2003. Esa fue nuestra respuesta, la respuesta del pueblo y del Gobierno Revolucionario», expresó en el Aló Presidente Nº 279, durante el acto de Graduación de la Misión Robinson II efectuado en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, el 27 de marzo de 2007.
Plan metodológico
La aplicación del modelo de enseñanza radica en un diseño metodológico que incluye el manual para facilitadores y la cartilla “Yo sí puedo”. Las tecnologías de avanzada complementan el método con el apoyo de monitoreo en video, además de materiales impresos como diccionarios y libros de lectura, que garantizan la consolidación del plan en lo que respecta a la superación del analfabetismo funcional, dándole al participante la posibilidad de adentrarse en la sociedad con la capacidad de integrarse, funcionar en ella autónomamente y trabajar por el desarrollo del país de manera colectiva.
Este proyecto según su diseño metodológico, se ejecuta en tres etapas: la primera es dirigida a estimular el desarrollo de una habilidad en el iniciado que le prepare mediante una práctica constante, es un adiestramiento para aprender a leer y escribir.
La segunda etapa está centrada en la enseñanza de la lectura y escritura propiamente dicha, utilizando métodos compuestos o mixtos a los cuales se les han añadido aportes metodológicos vinculados con los números.
La tercera etapa es la consolidación, es afianzar el aprendizaje, fijar los conocimientos asegurando, cada determinado tiempo, lo que se ha enseñado y verificar hasta qué punto se ha logrado el aprendizaje.
Las personas con discapacidad visual, también se benefician de este programa, mediante la cartilla “Yo sí puedo” en el Sistema Braille, y con manuales específicamente diseñados para los invidentes, produciéndose así un material innovador, práctico y acorde a las necesidades de los mismos.
Cooperación internacional
Como expresión de la solidaridad del Comandante Supremo Hugo Chávez con los países hermanos del Alba, se realiza una alianza de cooperación con Bolivia y Nicaragua, enviando un grupo de brigadistas de la Misión Robinson para que realizaran el trabajo de alfabetizar estos países, y el arduo trabajo de estos venezolanos logró que estas naciones fuesen declaradas por la Unesco Territorio Libre de Analfabetismo, como lo fue Venezuela en el año 2005.
El método “Yo Sí Puedo”, se ha repetido con éxito en Bolivia, donde se erradicó el analfabetismo en 2008, mientras en Nicaragua alcanzó la reducción de la población analfabeta a 3,56 por ciento. Ecuador también se benefició de este programa y en 2010 se declaró “Patria Alfabetizada”.
Nilsa de Boscán, participó como facilitadora en la brigada que colaboró en Nicaragua, allí trabajo en la preparación de maestras y profesores que luego aplicarían el método “Yo sí puedo” en la población con deficiencias visuales.
Del mismo modo, Boscán comentó su experiencia. “Nosotros nos sentimos orgullosos de extenderle la mano a otros países y aportar el conocimiento de nuestros logros; para mí Robinson es la madre de las misiones y un proyecto que sacó de las catatumbas del analfabetismo a las personas”, dijo.
Estos países junto a Cuba y Venezuela son las naciones de América Latina que han logrado que sus territorios sean reconocidos libres de analfabetismo, toda vez que la Unesco requiere que un país debe tener una tasa menor al 4 por ciento de analfabetos para ser reconocidos con esta distinción.