Operaciones negras y parálisis estratégicas: ¿El próximo escenario para Venezuela?

Estado venezolano debe prepararse para un conflicto difuso que se peleará de manera “asimétrica” en todo el territorio, advierte el investigador en guerra no convencional, contraterrorismo y operaciones de información, José Negrón Valera

Operaciones negras y parálisis estratégicas: ¿El próximo escenario para Venezuela?

Autor: Luz Marina Delgado

Como profecías autocumplidas calificó el investigador en guerra no convencional, contraterrorismo y operaciones de información, José Negrón Valera, el sabotaje eléctrico ocurrido en Venezuela.

Agenda de operaciones negras y parálisis estratégicas el próximo escenario para Venezuela

Recordó que un artículo titulado “La guerra en Venezuela: ¿la sorpresa de octubre?” publicado a finales de 2018, se describía el siguiente escenario: «Imaginemos que mientras las fuerzas militares y la atención política venezolana desplazan su atención hacia los más de 2.000 kilómetros de frontera con Colombia, los aliados militares de Estados Unidos intentan a través del Delta del Orinoco y la Amazonía venezolana controlar el estado Bolívar y con ello las centrales generadoras del 70% de la electricidad del país. Sería este un botín de primer orden, pues forzaría a una negociación con el Gobierno venezolano».

Partiendo de esa idea el también antropólogo y escritor venezolano entrevistó al abogado con estudios en ciencias políticas y filosofía de la guerra, Rafael Belisario para analizar los próximos escenarios que podría atravesar la nación latinoamericana en un futuro cercano.

Agenda de operaciones negras y parálisis estratégicas el próximo escenario para Venezuela

 

Operaciones negras

Para Belisario el próximo conflicto será de mayor escala y tendrá lugar «cuando los grupos mercenarios estén listos para eso».

Desde su óptica, la guerra que está planificando ese “gobierno en la sombra” conformado por grupos paramilitares, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y la élite de Colombia, no será abierta sino que tendrá características asimétricas.

«Debemos entender que estos grupos no solo van a operar en Táchira (entidad fronteriza con Colombia), hay un mecanismo de infiltración donde va a haber ataques selectivos a dirigentes políticos de la Revolución, ataques a objetivos vitales de la vida del Estado y cuando te digo vitales me refiero a desde un pozo petrolero hasta una estación eléctrica», explicó.

Indicó que la estrategia insurreccional contra la nación latinoamericana se debe a razones matemáticas.

El ejército mercenario sigue siendo menor en número a la fuerza pública venezolana y Estados Unidos solo participará a través de Fuerzas de Operaciones Especiales con objetivos de rango bien definido, para no comprometer su imagen ante la opinión pública internacional.

Agenda de operaciones negras y parálisis estratégicas el próximo escenario para Venezuela

 

En su análisis planteó que los venezolanos tienen que prepararse para la paramilitarización de la política, constituida “operaciones basadas en efectos”.

“El objetivo principal de una guerra es cambiar el comportamiento del enemigo y la forma de hacerlo no es la destrucción o afectación física del objetivo, sino el efecto que se desprende de la acción sobre este”, dijo.

Se trata de ejercer operaciones en paralelo sobre el enemigo que faciliten un ataque simultáneo a los sistemas de defensa y centros de poder para provocar una parálisis estratégica.

“Estas operaciones tienen dos objetivos fundamentales de acuerdo con la teoría, según el efecto deseado se dividen en físico y conductual, el efecto físico es destruir, neutralizar y aislar a un objetivo determinado; mientras el efecto conductual es desmoralizar, paralizar, engañar e influenciar al enemigo”, precisó.

Recordó que Venezuela durante los últimos cinco años ha sido sometida a una guerra no convencional, cuyo objetivo desde su visión es la parálisis estratégica del Estado, especialmente la de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), disminuyendo al máximo la producción de crudo, con el fin de generar consecuencias de carácter geopolítico y de conmoción social a lo interno del país.

Teatro de operaciones

Tras analizar la agresión que sufrió Venezuela durante los días 23 y 24 de febrero. Para Belisario, lo ocurrido en los cuatro puentes que comunican a la nación caribeña con Colombia no es más que el inicio de un conflicto que se plantea en grandes dimensiones.

Indicó que Estados Unidos intentó generar una matriz de opinión, al igual que en aquella famosa operación guardaespalda, mejor conocida como el desembarco de Normandía, y señaló también que en esta avanzada el papel de vanguardia estuvo a cargo de los grupos paramilitares colombianos.

Belisario  planteó que en el estado Táchira (fronterizo con Colombia), se vive lo que denomina “una invasión silenciosa”, luego que el paramilitarismo lograra avanzar en la frontera. Detalla que en esa zona están operan tanto en territorio venezolano como colombiano, fuerzas como los Rastrojos, el Clan del Golfo y los Urabeños.

Explicó, que estas organizaciones paramilitares efectivamente tienen un fin económico, pero también político. Debido a que su génesis está ligada a su fundador Álvaro Uribe Vélez.

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Estas bandas criminales se constituyeron en el primer ejército de invasión de EE.UU.», al que se le suma un componente nuevo constituido por militares venezolanos desertores, que ahora dirigen bandas criminales, como la conocida Tren de Aragua.

«Ambas fuerzas, están siendo adiestradas y apertrechadas por EE.UU. para constituir lo que en palabras de Freddy Bernal, enviado especial del Gobierno venezolano para el estado Táchira, es el ISIS de América Latina», puntualizó el analista.

Informaciones de Belisario indican que uno de los jefes paramilitares que lidera este ejército mercenario es conocido como Necoclí, cabecilla de la banda los Rastrojos. Asegura, que el obstáculo más fuerte con el que se han topado los organismos de seguridad venezolanos para capturar a estos grupos, es el apoyo del Gobierno colombiano.

«El paramilitarismo crea una paraeconomía y un paraestado y se termina constituyendo en conjunto con el aparato de inteligencia de EEUU y la élite colombiana, en un gobierno en la sombra. Este es el centro o el comando de operaciones a la hora de una agresión contra Venezuela. Tienen sus propios mecanismos logísticos, militares y mediáticos», subrayó

El analista está convencido que el Estado venezolano debe prepararse para un conflicto difuso que se peleará de manera “asimétrica” en todo el territorio, donde las acciones terroristas serán punta de lanza. Todo ello, para destruir la cotidianidad y la paz del pueblo venezolano, y vencer por agotamiento.

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