Ante la posibilidad de ser sancionados por EE.UU., grupos humanitarios que se encargan de e la importación de alimentos, equipamiento sanitario y medicinas, han decidido cesar sus actividades en Venezuela, lo cual afecta a toda la población de ese país.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, calificó de hipócrita la preocupación del presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, por la nación suramericana, ya que su gobierno mantiene medidas coercitivas unilaterales que han dejado pérdidas millonarias al país, así como la dificultad de adquirir insumos médicos y alimentos para atender las necesidades del pueblo venezolano.
«Es tan hipócrita la preocupación de la Administración Trump por Venezuela, que hasta grupos y organizaciones humanitarias denuncian que el bloqueo afecta su trabajo, los bancos les han cerrado cuentas y se les dificulta dar asistencia», escribió Arreaza en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
El mensaje del Jefe de la diplomacia venezolana surge a raíz de un artículo publicado por el diario estadounidense The Wall Street Journal, que plantea que grupos humanitarios señalan su preocupación porque las medidas coercitivas de la administración puedan exacerbar la crisis de Venezuela.
Según el artículo, varias organizaciones sin fines de lucro que hacen vida en Venezuela han tenido que cerrar las cuentas bancarias en EE. UU. debido a las sanciones aplicadas por Washington, lo que ha afectado su disponibilidad de fondos para realizar labores humanitarias.
Las medidas coercitivas congelan sus transacciones a medida que distintas instituciones financieras ejecutan las sanciones ilegales de Washington.
“Queda por ver si el departamento del Tesoro norteamericano ayudará a las organizaciones sin fines de lucro a mantener el acceso al sistema financiero internacional”, cuestiona el artículo.
Asimismo, plantea que las ONG que no son tan reconocida como la Cruz Roja y otras grandes organizaciones internacionales, a las que el departamento del Tesoro les dio autorización explícita para continuar manteniendo relaciones con el gobierno venezolano, siguen siendo especialmente vulnerables.
De hecho, ante la posibilidad de ser sancionados por EE.UU., grupos humanitarios que se encargan de e la importación de alimentos, equipamiento sanitario y medicinas, han decidido cesar sus actividades en Venezuela, lo cual afecta a toda la población de ese país.
El pasado 7 de agosto, el gobierno de EE.UU. emitió una orden ejecutiva en las que se establece el congelamiento de los activos del gobierno de Venezuela, así como para las entidades asociadas; además, prohíbe las transacciones económicas con el Estado venezolano.
Con la nueva medida ilegal, los activos venezolanos quedan bloqueados y no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados o manejados.
A raíz de estas medidas, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos(Acnudh), Michelle Bachelet, afirmó e estar “profundamente preocupada” por el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos EE.UU. contra Venezuela.
“Temo que tengan implicaciones mayores en los derechos a la salud y a la alimentación”, manifestó Bachelet en un comunicado y señaló que las sanciones unilaterales de Washington restringen la actividad económica en el país suramericano.
La declaración surgió tras más de un mes de que la alta comisionada emitiera un informe sobre Venezuela, en el cual aunque mencionó lo agravante de las sanciones impuestas para desestabilizar al país; no llamó al retiro de las medidas coercitivas.
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