La organización World Heritage Watch, que promueve la preservación del Patrimonio Mundial de la Unesco, presentó su “Informe de Vigilancia del Patrimonio Mundial 2020”, en el cual hacen referencia a la minería ilegal en el estado Bolívar, Venezuela, especialmente en los alrededores del Parque Nacional Canaima.
“Parque Nacional Canaima: minería implacable en aumento” es el título del capítulo dedicado a la destrucción del territorio venezolano. El informe recuerda que desde 2018 se viene haciendo referencia a la devastación de más de 1.000 hectáreas de sus ecosistemas con la extracción de oro por medio de técnicas semimecanizadas que además utilizan mercurio.
Sin embargo, la realidad es peor a lo largo del parque, ya que “más de 7.400 hectáreas están siendo impactadas por operaciones mineras ilegales», como lo revela el informe del Proyecto SOSOrinoco 2020.
El informe de World Heritage Watch identificó siete áreas donde se práctica la minería ilegal, pero indica que en El Mosquito y Mayen-Macriyen esta actividad ha ido creciendo, en la actualidad se explotan más de 500 hectáreas.
De la misma manera, la organización alerta que estas actividades generan una mayor amenaza para el paisaje, afectaciones directas al río Caroní y la existencia de los bosques.
En El Mosquito se observó que la minería ilegal desplazó bosques que estaban conformados por especies determinadas, lo que sugiere su erradicación permanente, así como la eliminación total del sustrato del suelo que facilita la fijación de especies vegetales, por lo que hay áreas desprovistas de cualquier tipo de vegetación y sin probabilidad de restauración.
Pese a que la minería está prohibida dentro de los parques nacionales del país, la World Heritage Watch lamenta que no exista voluntad política para hacer cumplir esto: “Es evidente que las autoridades no tienen ni el interés ni los medios para responder eficazmente a estos problemas”, señala el informe.
Además, reitera que la situación social también “ha provocado la desaparición de toda la actividad científica en uno de los lugares más importantes del planeta para el estudio de la biodiversidad”.
El diagnóstico realizado por SOSOrinoco da cuenta de que 7.419 hectáreas en el Parque Nacional Canaima presentan “alta vulnerabilidad” a la actividad minera, mientras que 8.935 hectáreas del parque muestran “vulnerabilidad promedio”.
Igualmente, se estima que las actividades mineras ilegales en 7.679 hectáreas a lo largo de los límites de Canaima a su vez causan que 22.481 hectáreas dentro del parque se vuelvan vulnerables.
De acuerdo con este informe, las minas más grandes están ubicadas en la Gran Sabana, donde además hay participación de los habitantes indígenas pemones, cuyas economías en años pasados estaban relacionadas, directa e indirectamente, con la llegadas de turistas a la zona, pero debido a la disminución del flujo de visitantes se han visto en la obligación de ser parte de la minería ilegal.
Otra de las preocupaciones es la presencia de grupos armados irregulares en la zona, relacionados con las operaciones de minería, la cual trajo consigo el aumento de homicidios, masacres y la migración forzada de indígenas hacia Brasil.
Para esta organización, es necesario que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reclasifique la situación de Canaima como “crítica” ante el continuo deterioro en medio de la crisis económica y social que atraviesa Venezuela, promovida por el bloqueo económico y sanciones de los EE.UU, así “como resultado de la política del Estado venezolano de fomentar la actividad minera, desconociendo sus obligaciones ambientales”.
También considera necesario que la Unesco incluya al parque Nacional Canaima en la Lista de Sitios del Patrimonio Mundial en Peligro para motivar a las autoridades a actuar de manera decisiva y asertiva para poner fin a las operaciones mineras dentro del parque y sus límites.
Uso de mercurio y técnicas “semimecanizadas”
El más reciente informe de World Heritage Watch (WHW) informó sobre el aumento de la actividad minera ilegal en el Parque Nacional Canaima, una situación que ha afectado a 7 400 hectáreas.
En el documento presentado el pasado domingo 6 de junio, la organización mundial detalló que parte del terreno del Parque Nacional Canaima se ha visto afectado por la extracción de oro usando técnicas “semimecanizadas” y mercurio, un elemento químico con alto nivel de toxicidad.
En estas operaciones, según afirman, participan al menos 20 fábricas conocidas como “balsas mineras», cuya actividad afecta a los ríos cristalinos cerca de las inmediaciones del Churún Merú o Salto Ángel, la cascada de agua más alta del mundo.
Asimismo, la organización indicó que al menos 480 hectáreas de explotaciones mineras fueron detectadas en el sector occidental, donde los límites del parque están bajo una creciente presión de un gran foco minero ubicado en el Parque Nacional en Las Claritas-Chibay y otro gran foco en San Salvador de Paúl-Uriman.
“Estas presiones generan una mayor amenaza para el paisaje, afectando directamente al río Caroní, y amenazando la continuidad de los bosques que hasta ahora se había mantenido relativamente inalterados gracias a las dificultades de acceso a la zona. En este sector, es preocupante la degradación del ecosistema que rodea el macizo montañoso de la mesa conocido como Auyantepuy”, prosigue la organización.
Del mismo modo, resaltó que actualmente no se ha puesto en marcha el Plan de Ordenación del Territorio y un Reglamente de Uso que “permita una mejor zonificación y administración en ese sector”, a pesar de que el mismo no tendría ningún efecto sobre la situación actual de la minería.
“No hay una voluntad política para hacerla cumplir (…) Toda la situación social de la región ha provocado la lamentable desaparición de toda actividad científica en una de las regiones más interesantes del planeta para el estudio de la biodiversidad, como es el Parque Nacional de la Sierra o la formación de tepuyes en el Escudo Guayanés”.
Asimismo, la organización internacional aseguró que cualquier actividad minera en estos terrenos “constituye un atentado irreversible contra el patrimonio biológico de Venezuela y de la humanidad”.
El Parque Nacional Canaima fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Es considerado el tercer parque nacional más grande de Venezuela, después del Parque Nacional El Caura, creado en 2017 y el parque Nacional Parima-Tapirapeco.
(Con información de Tal Cual y El Cooperante)