El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se ha trazado ocho puntos para llevar a cabo un proceso de diálogo y reconciliación nacional con todos los sectores, como parte de una línea de acción prioritaria en el contexto del nuevo periodo de gobierno 2019-2025.
En ese sentido, Nicolás Maduro Moros, tras ser juramentado como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, manifestó que el proceso revolucionario necesita de un profundo cambio en sus estrategias políticas para así avanzar hacia el verdadero Socialismo Bolivariano.
«…Vamos a un proceso de diálogo y de pacificación (…) hay un conjunto de personas detenidas por causas de haber cometido delitos, por causas de violencia política y yo quiero que esas personas salgan en libertad y se les dé una oportunidad para un proceso de reconciliación nacional, aquellos que no hayan cometido graves crímenes o asesinatos», subrayó Maduro durante su declaración.
En esa línea, el Jefe de Estado anunció «una amplia política de reencuentro y pacificación» para «que los factores que estuvieron en la violencia (guarimbas) se incorporen a la lucha política, legal, constitucional, sin armas y sin violencia«.
El plan expuesto, que recalca el diálogo, la paz, la reconciliación, la pacificación y el reencuentro, se expone en el boletín N° 116 de la maquinaria roja y consta de los siguientes ocho puntos de desarrollo para concretar esta línea de acción estratégica.
Los ocho puntos:
«1.- El diálogo debe representar un método para gobernar que se aplique de forma permanente como parte de la profundización de la democracia revolucionaria.
2.-El diálogo debe desarrollarse con todo el pueblo, el que está organizado y el que no, considerando su diversidad y especificidad: las masas, grupos, sectores, movimientos, gremios, partidos, academias, individualidades, especialistas, entre muchos otros.
3.- Para esto es necesario diseñar unos mecanismos diferenciados que permitan a la Nación interactuar con su gobierno de forma eficaz. Ello implica que el Gobierno escuche y sea escuchado y que se tomen decisiones concretas a partir de dicha interacción.
4.- Las redes sociales y las tecnologías asociadas al análisis de la big data son instrumentos indispensables que pueden contribuir como nunca a cubrir esta necesidad, pero no son suficientes ante la complejidad de los intercambios y actores involucrados. Por lo tanto, estamos obligados a diversificar los mecanismos de interacción con el pueblo para la toma de decisiones. La medición sobre los estados de opinión y el debate sobre políticas o medidas específicas, deben desarrollarse por canales diversos según sea el caso.
5.- Los órganos del Estado y del partido deberán adecuarse a este método, tanto en su diseño institucional como en los procesos de toma de decisiones, debiendo existir formas de evaluar la efectividad del diálogo, es decir, el nivel de correspondencia entre lo que se acuerda y lo que se aplica.
6.- El diálogo a priori debe ser amplio, sin exclusiones. Esto amerita que el Gobierno y el partido tiendan o restablezcan puentes con sectores en los que prevalece la desconfianza y el juego suma cero (todo lo que gana uno lo pierde el otro).
7.- El diálogo con todos y todas es la base para la convivencia y para sostener la paz interna y externa, por lo cual siempre debe tener una expresión internacional siendo el método que, junto a la cooperación, se privilegie sobre la estrategia de la confrontación.
8.- El diálogo que se propone no significa la ausencia del conflicto, más bien supone el método para administrar pacífica y democráticamente nuestras diferencias y coincidencias como sociedad diversa teniendo como marco la Constitución», enfatizó.
Renovación por la calidad de vida
Como parte de ese proceso de renovación, el PSUV se encuentra actualmente en la fase previa a las plenarias de su IV Congreso Nacional que realizará en Caracas del 28 al 30 de julio.
La actividad tiene como propósito avanzar hacia las estrategias que ejecutará el partido en la nueva fase del proceso revolucionario, que tiene como meta fundamental mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos, sin importar su posición e ideología política.