El bloqueo económico y las sanciones unilaterales que operan contra Venezuela desde los EE.UU. intentan hacer claudicar a la economía venezolana que opera, fundamentalmente, con el diésel como combustible para los vehículos pesados que transportan los alimentos, además de movilizar el servicio de transporte público.
El presidente de Fedeagro, confederación que agrupa a productores agropecuarios del país suramericano, Celso Fantinel, aseveró que el avance de siembra en Portuguesa, estado llanero y uno de los principales productores agrícolas de la nación, es pírrica por falta de diésel en las estaciones de gasolina.
«Turén, Santa Rosalía, Acarigua, deberían tener más del 70% de alcance de siembra efectiva (para este año) pero ni siquiera tiene el 15% y es un tema de diésel básicamente, no pueden mover los tractores y están en cola los productores en las estaciones de servicios esperando que llegue el combustible», detalló.
Durante una entrevista para el canal de noticias Globovisión, expuso que «en el bachaqueo (comercio informal) se consigue diésel pero hay productores que necesitan por ejemplo 1.000 litros diarios y le dan 400 litros semanales, realmente es insuficiente y hay pequeños productores que necesitan 100 o 200 y se lo dan quincenal, realmente esa es la situación».
En ese sentido, manifestó que siempre le han hecho un llamado al Gobierno y a Pdvsa, la principal empresa petrolera del país, «para que dirija el poco diésel que hay a los sectores agrícolas».
«Las cosechas norte-verano que se están dando en el occidente del país, había una intención de siembra de frijol para importación de más de 60 mil hectáreas y solo se pudieron 30 mil, y de estas, 12.500 no las pudimos cosechar a tiempo y se perdió el 50% de productividad».
En relación a las denuncias sobre matraqueos (corrupción) en alcabalas de las carreteras, Fantinel afirmó que «realmente es lo que se vive en el interior del país». Señaló que no todos los funcionarios se prestan para este tipo de práctica, aunque sí «hay unos que están descarrilados y que son los que hay que sacar de las fuerzas policiales».
Dijo que Caracas, la capital del país, es una burbuja, nadie sabe lo que está pasando en el interior», dijo durante la entrevista para el periodista Vladimir Villegas, del referido canal de noticias.
Afirmó que las tierras que han sido expropiadas están destruidas y llenas de monte. «Esas empresas no producen nada, a lo mejor están al 10% de su capacidad, todavía hay invasiones, en la zona de Turén, de Acarigua. La Escuela Salesiana de Barinas la invaden todos los meses y es una institución para formar técnicos en nuestra área agrícola y pecuaria», denunció.
Recordó que «siempre le han hecho un llamado al Ejecutivo y a todos los militares que tiene que ver con ese tema porque es un delito tomar fincas por la fuerza, y vemos que no actúan, allá en Portuguesa no actuaron», dijo.
Ante las diversas problemáticas que enfrenta el sector agrícola, el presidente de Fedeagro aseveró que «se necesita un Gobierno de unión nacional que nos englobe a todos para salir de esta crisis».
Sobre el salario de los venezolanos, Fantinel señaló que «de las últimas encuestas, se encuentra el sector manufacturero y luego viene el sector agrícola por encima de un salario de 80$».
En cuanto al personal capacitado como ingenieros agrónomos y veterinarios, Fantinel aseveró que la diáspora se ha llevado más del 50% de estos profesionales.
Primer cargamento de diésel en los últimos meses llega al país
La primera importación de diésel por parte de Venezuela en seis meses llegó la semana a bordo del tanquero Bueno, que transportó casi 500.000 barriles del combustible, muy necesario para agricultores y camioneros en el país afectado por las sanciones, según un documento y dos fuentes cercanas al acuerdo, reseñó la agencia EFE.
No quedó claro de inmediato quién proporcionó el combustible y qué tipo diésel contiene, agregó la nota.
Aunque las sanciones estadounidenses permiten el suministro de combustible a Venezuela bajo excepciones humanitarias, abogados consultados por Reuters dijeron que las empresas responsables de cada cargamento necesitarían autorización específica del Departamento del Tesoro de EE.UU. para hacerlo.
Un portavoz del Departamento de Estados de Estados Unidos dijo que la política de ese país sobre los intercambios por diésel relacionados con Venezuela no ha cambiado. “Aquellos que participen en tales transacciones permanecen bajo riesgo de exponerse a sanciones”, agregó.
En los últimos años, Venezuela se ha vuelto dependiente de la gasolina y el diésel importados para compensar la insuficiente producción nacional de combustibles por parte de la estatal Pdvsa y con ello satisfacer la demanda.
Hasta el último trimestre del 2020, cuando funcionarios estadounidenses ordenaron a las empresas involucradas que suspendieran el suministro de diésel, la mayoría de las importaciones de diésel llegaban a la nación socia de la OPEP como parte de intercambios de petróleo hechos por clientes de Pdvsa.
El principal proveedor de diésel de Venezuela hasta noviembre era Reliance Industries de la India bajo un canje autorizado por Estados Unidos.
Desde entonces, el diésel se ha convertido en el segundo combustible automotor racionado en Venezuela, junto a la gasolina, obligando a conductores a hacer largas filas durante horas para llenar sus tanques, una tarea difícil para agricultores y empresas que emplean flotas de camiones para la distribución de alimentos y medicinas.