Te compro tu dólar

“Te compro tu dólar” la nueva forma de comerciar y recoger el menudeo en divisa norteamericana.

Te compro tu dólar

Autor: Luis Vera

Caracas. – Ese día salí con dos horas de anticipación para mi cita. Como había tiempo suficiente decidí utilizar el metro de Caracas como sistema de transporte. La terminal “Zoológico”, está a 13 estaciones de distancia hasta la Zona Rental de la Plaza Venezuela.

Por suerte me tocó unos de los trenes más nuevos, los españoles, le dicen; un buen ambiente con aire acondicionado y puestos desocupados que me permitieron escoger mi lugar de asiento frente al reloj que, además, funciona. Una señal anunció el cierre de las puertas y el gusano de metal comenzó su recorrido. En pocos segundos se escuchó la voz de pregón en un cuerpo que quizás no calzaba los 20 años: “Mira Venezuela carismática, aquí te traigo la mejor oferta, chupetas a un bolívar, caramelos 3 por 500 (…) y te compro tu dólar en 4500”.

En la estación Mamera una dama con apariencia de menor edad que el anterior irrumpió en el vagón diciendo “Una Caracas amable que me de los buenos días, gracias por su educación, mire pueblo, les traigo palmeritas en 500, tostones por 1000 y te compro tu dólar en 4500”.

De inmediato me pregunté ¿Y esto de cambiar dólares es un negocio?, acto seguido saqué mi teléfono móvil y consulté por internet en cuanto se cotizaba la divisa norteamericana esa mañana. Mi sorpresa fue que la ilegal “Monitor Dólar” la promediaba en 4,2 y la tasa oficial del Banco Central de Venezuela en 4,25.

No soy economista, ni comerciante, ni matemático, y manejo muy escasos recursos para andar comerciando rutinariamente con dólares, pero no hay que ser Aurelio Baldor para saber que para cualquier tenedor de dólares es más beneficioso venderlo a un “metrobodega” que cambiarlo en un comercio a cualquiera de los dos precios de referencia.

Expendedores de chucherías funcionan como casas de cambio en Caracas.

Por otra parte, la facilidad de la transacción es otra cosa que funciona mejor dentro del sistema subterráneo, ya que los expendedores de chucherías tienen los billetes de bolívares doblados y seccionados en pequeñas pacas de 4,5 cada una y el colofón, puedes venderles 1 dólar y pagarles con un billete de hasta 20 “verdes” y te dan el vuelto.

Cuando el tren llevaba la mitad del recorrido que estaba dispuesto a transitar, no aguanté la tentación y me levanté de mi confortable asiento para perseguir y hacerle un par de preguntas a otro vendedor.

-Hermano, disculpe la pregunta, es solo para tener una noción estadística ¿Cuántos dólares compra usted a diario?

-Bueno, depende…pueden ser entre 50 y 80. El día más malo he llegado a comprar 35.

-¿Y todos los vendedores hacen transacciones similares a esa cifra?

-Eso depende, dentro de esta línea estamos “organizados” cerca de 50 vendedores y la competencia a veces es dura.

-¿Por qué lo compran a 4,5 cuando el mercado promedia 4,2?

-Eso no lo determinamos nosotros, el “patrón” es quien determina el precio. Supongo que es la manera más fácil de recoger los billetes de 1, 5, 10 y 20.

-Ah, ¿Es que ustedes tienen a un jefe? ¿Cómo funciona ese sistema?

-No mi pana, esas cosas no se pueden revelar.

-¿Y cuánto ganan ustedes de esas negociaciones?

-Eso depende, pero si ganamos un porcentaje.

-¿De cuánto?

-Eso tampoco se dice.

-Pero, ¿Sí me puedes decir tu nombre?

-Félix, solamente Félix.

Ciertos grupos recogen el efectivo en dólares de la ciudad.

Las cuentas están claras, Pitágoras y Baldor no se equivocan. Tampoco lo hizo Galileo cuando dijo que el libro de la Naturaleza estaba escrito en el lenguaje de la matemática.

Con razón el flujo de efectivo es tan difícil conseguir en establecimientos pequeños, medianos y grandes de la ciudad, porque 2+2 siguen siendo 4. El altavoz del vagón le cede la palabra a una voz femenina que anuncia “Estación terminal Zona Rental”. Mi viaje ha terminado.

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