El 27 de abril de 1988 marcó un precedente en la partida del maestro Luis María Billo Frómeta. Ese día, justo al terminar el ensayo de la canción Un cubano en Caracas, el músico sufrió un derrame cerebral que cegaría su vida el 5 de mayo de 1988, hace 30 años, en la Policlínica Santiago de León, ubicada en la capital venezolana.
Todo estaba listo para que Billo dirigiera a la Orquesta Sinfónica de Venezuela en la sala Ríos Reyna del complejo cultural Teatro Teresa Carreño durante el homenaje por sus 50 años de trayectoria artística, concierto en el que le acompañarían grandes amigos y artistas.
El luto, de una nación en deuda con los aportes que diera a la música venezolana, acompañaron los restos de Frómeta, los cuales salieron del Concejo Municipal en un carro de bomberos, cuya procesión de más de veinte kilómetros, sería seguida por miles de caraqueños hasta el Cementerio del Este.
Para despedirlo se entonó el Alma Llanera, a pedido del músico, por el significado cobrado en el imaginario colectivo, como el tema que cierra cualquier fiesta en Venezuela.
Echando la vista atrás, Luis María Frómeta Pereira nació el 15 de noviembre de 1915 en Santo Domingo, República Dominicana. Aunque en 1933 inició sus estudios de medicina, en la Universidad de Santo Domingo, su pasión por la música le acompañó desde la infancia lo mantuvo al margen de la ciencia, más apegado a la cultura.
Su amplia y prolongada formación musical en teoría y solfeo, armonía y composición, y saxofón y clarinete le sirvieron para costear sus esdios universitarios, impartiendo clases de guitarra a domicilio.
Saxofonista de la orquesta del Teatro Capitolio de Santo Domingo y fagotista en la sinfónica de Santo Domingo, irá caminando hacia la creación de su primera orquesta: la Santo Domingo Jazz Band, con la que llegará a Caracas, un 31 de diciembre de 1937 (con 22 años de edad), para amenizar la fiesta de fin de año que se celebraría en la prestigiosa sala de baile Roof Garden del Hotel Madrid y que traería consigo un contrato sin fecha de caducidad que lo alejaría de su país.
Enfermo de Tifus en 1939 Frómeta promete recuperarse para volver fortalecido. Superada la prueba crea la orquesta Billo’s Caracas Boy. Gracias a su programa de radio A gozar muchachos, que se transmitía por Radio Caracas Radio (1945 – 1957), la fama del grupo se dispara, hecho que se vería marcado en 1958 con la caída del General Marcos Pérez Jiménez, lo que le supuso un veto por parte de la Asociación Musical de Distrito Federal y Estado Miranda, que le prohibía actuar de por vida en Venezuela.
Dos años pasan para que la sanción sea levantada y pueda volver con sus merengues, guarachas, boleros, danzones, pasodobles y mosaicos, reportándole el mayor éxito y propinándole fama internacional con la que realizaría extensas giras por Estados Unidos, Europa y América Latina.
Entre sus logros figurará un Récord Guinnes, al congregar a más de 250 mil personas en una gran bailanta en Tenerife, España, en 1987; y la producción del disco Canto a Caracas, una joya musical que expone sus conocimientos de música académica y su amor por la ciudad que lo acogió.