El Gobierno de Venezuela inauguró, este viernes 29 de marzo, un centro de simulación de vuelos de helicópteros en el estado Yaracuy (oeste), gracias a la cooperación de especialistas rusos, informó la empresa exportadora de armas de Rusia, Rosoboronexport.
«El centro de helicópteros para instrucción y entrenamiento moderno fue construido en el marco del contrato de Rosoboronexport y la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim)», comunicó la oficina de prensa.
La instalación ofrecerá entrenamiento para pilotar los helicópteros Mi-17V-5, Mi-35M y Mi-26T. Además, la preparación de pilotos será más segura, eficaz y económica.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, resaltó que estas instalaciones serán de provecho para las tripulaciones, con una capacidad para darle el servicio a unos 300 tripulantes, pilotos y copilotos; reseñó la agencia Sputnik.
Asimismo, precisó que «este centro simulado no se encuentra en ninguna otra parte del mundo, solo en Venezuela y Rusia (…) y tiene una característica especial que permite integrar todos los sistemas de carga liviana, carga pesada, de combate, en una sola máquina«, destacó.
De igual manera, Padrino López anunció que tienen previsto inaugurar otros centros de simulación en otras partes del país. «Próximamente estaremos inaugurando en Barcelona (noreste) el simulador Sukhoi- MK2 y la Planta de fusiles en Maracay (centro-norte), rompiendo así con los grandes hitos en todos los aspectos», apuntó.
Armas rusas garantizan la seguridad
La empresa Rosoboronexport manifestó que el armamento que Venezuela compró a Rusia permite garantizar la seguridad nacional del país sudamericano.
«Le permitieron al país adquirir con rapidez un potencial serio que garantiza de manera fiable la seguridad nacional y la capacidad defensiva«, reseña una nota de prensa.
Los helicópteros rusos suministrados a Venezuela pueden utilizarse tanto en operaciones contra contrabandistas, como para operaciones de rescate, evacuación o entrega de cargas humanitarias a las zonas remotas del país.
Rusia y Venezuela firmaron en 2011 un acuerdo de cooperación militar que prevé la venta de armas rusas a Caracas, financiadas con un crédito ruso de unos 4.000 millones de dólares.
Tensión en Caracas
En las últimas semanas, Venezuela se ha convertido en un punto de fricción en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.
La llegada de tropas rusas a Caracas, ocurrida la semana pasada, fue calificada como «una amenaza directa», por parte del Gobierno de Donald Trump.
«Advertimos firmemente a los actores externos al Hemisferio Occidental contra el despliegue de activos militares en Venezuela, o en otros lugares del hemisferio, con la intención de establecer o expandir operaciones militares», dijo John Bolton, asesor de seguridad de la Casa Blanca, en un comunicado.
La respuesta de Padrino López fue directa: «Se ha hecho un escándalo por la visita de unos militares de la Federación Rusa ¿para quién es un secreto que Venezuela tiene una cooperación técnico militar desde el año 2001? Nadie debe alarmarse, estamos cooperando para nosotros elevar el apresto cooperacional».
Por otra parte, desde Washington se pretende ingresar una supuesta «ayuda humanitaria» a territorio venezolano, sin la autorización del Gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
La pretención es rechazada por la administración de Maduro debido a los antecedentes que tienen los distintos Gobiernos estadounidenses, que han realizado intervenciones militares disfrazadas como ayudas humanitarias, como las ocurridas recientemente en Siria y Libia.
Además de ello, el «enviado especial» para Venezuela nombrado por Trump, Elliott Abrams, fue quien, en la década de los ’80, ingresó armas a Nicaragua, camufladas como ayuda humanitaria, para combatir la Revolución Sandinista.
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