Venezuela no solo cuenta con la mayor reserva de crudo del planeta en la llamada Faja Petrolífera del Orinoco, sino que posee otras riquezas minerales, incluidas las llamadas tierras raras, que suponen una palanca para salir de la actual crisis económica.
La nación suramericana detenta cerca de 50 minerales, «pero sólo 15 de ellos son potencialmente explotables y con capacidad de ser comercializados», asegura Víctor Cano, ministro de Desarrollo Minero Ecológico, entrevista a RT.
En la lista se incluyen: diamantes, oro, coltán, hierro, níquel, bauxita, mármol, carbón, gratino, fosfatos, feldespatos y las tierra raras, enumera el ministro. Sin abandonar rubros tradicionales como el hierro, que se explota y comercializa desde 1950.
Tierras raras y alta tecnología
«Tierras raras» es el nombre común que se otorga en la tabla periódica a 17 elementos químicos, que reciben la calificación de «raros» porque es muy poco frecuente hallarlos en su forma más pura, aunque existan depósitos de ellos en varios países.
Los minerales raros son empleados en la fabricación de artefactos de alta tecnología como reactores nucleares, láseres, máseres (amplificadores de microondas), baterías de alto rendimiento, combustibles y hasta filtradores de radiación.
En el caso de Venezuela, las reservas de tierras raras se encuentran, básicamente, al norte del estado Bolívar, en la basta zona minera del sur del territorio (111.843,70 Km2) y que el Gobierno bautizó como el Arco Minero del Orinoco.
La explotación de este recurso «dependerá de la certificación que hagamos, ya que nuestras reservas de tierras raras no están cuantificadas», aclara Víctor Cano.
No obstante, el consumo comercial de las tierras raras no es alto. El también ingeniero geólogo precisa que «no hay una gran demanda. Así que, con muy poco, se puede satisfacer el mercado».
De allí que las tierras raras no se registran en la Bolsa de Metales de Londres (London Metal Exchange), que funciona como el centro mundial para el comercio de metales industriales y sus precios sirven como marcador de referencia.
Otros minerales y su certificación
La creación del arco minero, indica el ministro, tiene la tarea estratégica de «cuantificar cada una de las riquezas presentes en esa zona del país» y las tierras raras serán parte de ese proceso.
Sin embargo, será una labor en la que habrá una importante inversión de tiempo, si se tiene en cuenta que a la estatal Petróleos de Venezuela le tomó cerca de 5 años certificar la mayor reserva petrolífera del mundo, en la Faja del Orinoco, «y solo se trataba de un elemento, es decir, el petróleo», acuña Víctor Cano.
El Ministerio de Minería debe aplicar el mismo proceso de certificación a las minas de «oro, diamante, coltán, tierras raras y un largo etcétera.», apunta el alto funcionario.
Hay que tener en cuenta que Venezuela cuenta con minerales metálicos y no metálicos, de gran potencial comercial.
No obstante, dadas las circunstancias actuales de esta nación, «el Gobierno ha decidido hacer énfasis en aquellos minerales que pueden ofrecer un resultado rápido para la estabilización de la economía«, que está sumida en una crisis calificada por las autoridades como «guerra económica».
Esos minerales de venta rápida son: oro, diamante, coltán y carbón.
«Así que las tierras raras, aunque van a certificarse, no están dentro de nuestras prioridades para explotarlas, por ahora», asegura el ministro venezolano.
Comercialización del oro azul
Otra fortaleza mineral de Venezuela es el coltán, también llamado oro azul. Un material que recibe su nombre por la abreviatura de dos de sus componentes: columbita (col), empleado en la fabricación de aleaciones especiales de dura resistencia, y tantalio (ta), considerado indispensable para la elaboración de condensadores electrolíticos con los que funcionan computadoras portátiles, teléfonos celulares, dispositivos de video, aparatos de sonido, consolas de juegos, GPS y televisores, entre otros.
En el año 2010 este mineral entró en el debate público venezolano, luego de que el entonces presidente Hugo Chávez declarara, durante una rendición de cuentas ante el Parlamento, que el país contaba con importantes reservas de coltán. Un descubrimiento que implicaría que esta nación contase con «una gigantesca reserva de un mineral estratégico», según reseñó la estatal RNV.
En esa oportunidad, el presidente Chávez señaló que el coltán se cotizaba a precios superiores al oro y al diamante, y reveló «que las reservas en Venezuela pudieran, en una evaluación muy preliminar, aproximarse a los 100.000 millones de dólares«.
Ahora, ocho años después del anuncio de Hugo Chávez, se concretó la primera exportación oficial de coltán.
En este sentido, el ministro Víctor Cano detalló que Venezuela exportó cinco toneladas de coltán, por un monto de 300.000 euros. Ese cargamento se despachó el pasado mes de mayo a Trieste, en el noreste de Italia.
Pero la era comercial del coltán venezolano ha traído para el Gobierno otras ocupaciones que no estaban en sus planes.
Actualmente, denunció el ministro, «Venezuela combate el contrabando de coltán hacia Colombia«, con la dificultad de que no se ha podido calcular la cantidad de material robado al país.
El coltán venezolano se encuentra a nivel del suelo y no hace falta más que recolectarlo a mano sin el empleo de maquinarias.
«Un ojo entrenado puede diferenciar el coltán de otro tipo de rocas. Así que pequeños mineros lo recopilan y luego lo trasladan a Colombia», precisa el ministro.
Vetas de Torio
Dentro del arco minero también se detectaron importantes vetas de Torio (Th), un elemento químico radiactivo definido como un combustible nuclear limpio.
«La dificultad que se nos presenta radica en que las principales vetas se encuentran en una de las zonas más prístinas y puras del planeta», revela Víctor Cano.
Por lo que el país debe decidir, según el ministro, entre «extraer el torio o preservar esa zona», un debate similar al que se registró en Ecuador alrededor de la explotación petrolera en el Amazonas.
Reservas de oro
Por si fuera poco, las estimaciones con las que cuenta el ministerio de minería indican que las reservas de oro venezolanas (unas 8.000 toneladas) podrían situar a esta nación como la segunda del planeta con mayor cantidad del mineral aurífero, «muy cerca de la primera reserva», en manos de Estados Unidos (cerca de 10.000 toneladas), expone el ministro.
El oro viene tomando relevancia en este país desde que, a mediados de marzo, el Gobierno informó que poseía la cuarta mina más grande del planeta, al certificar 1.480 toneladas, que representan 54.300 millones de euros.
Adversarios de la minería
Militantes de movimientos sociales venezolanos condenan la creación del Arco Minero del Orinoco, no solo por representar una forma productiva mediante la destrucción de la naturaleza, sino porque lo consideran parte de un modelo cultural y económico regresivo a formas de extractivismo y rentismo que se proponía trascender el proyecto del socialismo.
En un artículo publicado en el sitio Aporrea, la periodista Minerva Vitti opina que el arco minero «responde a una lógica regional, donde los países buscan obtener ingresos monetarios a corto plazo», pero a cambio de la «destrucción socio-ambiental irreversible de una significativa proporción del territorio».
El ministro Cano sabe que la minería no tiene «nada de ecológico», pero explica que el Ministerio está concebido para implementar tecnologías que causen «el menor impacto posible», para que luego de terminar la actividad minera, la zona afectada pueda recuperarse.
«Buscamos técnicas para disminuir los impactos. Haciendo que el proceso minero sea lo más eficiente posible y que la contaminación no sea irreversible», expone el ministro Cano.
Alerta por el interés que suscitan los minerales
Para el Gobierno de Venezuela, esa cantidad de riquezas minerales disponibles «más que un peligro significan una amenaza», porque despiertan los intereses de los poderosos.
Solo en el caso del oro, detalla Vícto Cano, el ministerio ha entregado a las arcas del BCV 17,5 toneladas de oro en poco menos de dos años.
«Eso representa entre el 35 y el 40% del total de oro que se produce en el estado Bolívar», informa Cano. En ese período, el Estado pasó de estar ausente a recuperar casi la mitad de la extracción.
La producción anual de oro va de las 40 a las 45 toneladas, eso significa, en palabras de Cano, que le quitaron a las mafias el «40% del oro que se contrabandea hacia el exterior«.
Para el ministro, esa es la razón de los constantes ataques que recibe el Ministerio con la decisión de explotar las riquezas minerales del sur de Venezuela.