Oficialmente, este lunes 20 de agosto entró en vigencia el nuevo cono monetario anunciado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, como una de las medidas para contrarrestar la grave crisis económica y financiera que afecta principalmente al ciudadano común.
Sin embargo, debido al decreto como día no laborable para permitir la adecuación de todos los sistemas bancarios y la migración de bolívar fuerte a bolívar soberano (Bs. S), fue este martes 21 que se materializó esta política gubernamental.
Ante esto, el equipo de El Ciudadano salió a las calles para conocer las impresiones de la población, específicamente se trasladó hasta la esquina Sociedad, avenida Universidad de Caracas, donde se encuentra ubicada una sede de la entidad bancaria pública más importante del país, Banco de Venezuela.
En general, los entrevistados se mostraron a la expectativa, a la espera de los resultados a corto, mediano y largo plazo; así como optimistas y esperanzados de que con estas decisiones se logren combatir las consecuencias de la guerra económica promovida desde sectores nacionales e internacionales.
El señor Antonio Moreno consideró que el retiro de efectivo en el cajero automático es un proceso rápido. «Vamos a ver cómo funciona la cosa, como lo está planteando el gobierno, vamos a ver qué sucede. Todavía no lo sabemos, esperemos los resultados», opinó.
Para el joven José Jiménez, lo más importante es que solucione la grave escasez de efectivo actual e hizo énfasis en la importancia de suministrar las monedas de menor denominación (50 céntimos y 1 bolívar), para facilitar el pago del pasaje del transporte público y privado.
Por su parte, para Jhon Runque el pronóstico no es nada alentador, debido a que desestima que la circulación de estos billetes y monedas solucionen la problemática. «Todo va por las nubes, las cosas se van a poner más caras. Esto tiene que cambiar para mejor», aseveró.
No obstante, el señor Gilbert destacó la rapidez para el retiro de dinero y consideró que esta reconversión monetaria más que un problema es una solución, debido a que en lugar de cobrar un dólar mensual serán treinta, haciendo referencia al incremento del salario mínimo a Bs. S 1.800.
«Ahora va a existir el menudeo para que la gente pueda pagar los servicios y productos», dijo y agregó que la efectividad de esta medida va a depender del accionar de los consejos comunales, cuadros políticos y el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
En este sentido, consideró que el Ministerio de Comunas, así como el Movimiento Somos Venezuela deberían convocar a las bases y apostar al poder popular para garantizar el cumplimiento de los lineamientos del Ejecutivo, y combatir el soborno y estafa a los que los comerciantes y empresarios tienen sometidos al pueblo.
«Esperemos que antes del fin de año el país esté normalizado», puntualizó al tiempo que hizo un llamado a la población que decidió migrar del país. «Que vengan que esto se va a mejorar y ellos seguramente han aprendido de muchas cosas que ahora le van a ser útil al país», finalizó.
Mientras que Antonio González, aseveró que la coyuntura se puede normalizar si los precios se mantienen, «si hay un aumento de precio no habría chiste hacer este nuevo cono monetario». Indicó que el mayor temor de los venezolanos «es que los precios suban y que no se encuentren los alimentos».
A pesar de que subrayó que es una buena modalidad, hizo énfasis en el miedo a que las empresas no puedan pagar el incremento salarial y haya recorte de personal o despidos masivos, «porque es una cantidad muy exorbitante».
«No creo que una economía con tantos problemas se solvente con una medida, habría que esperar uno o dos años, lo importante es que las personas puedan adquirir sus bienes, su comida», concluyó.
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