Sólo un par de horas después de la intentona golpista contra la administración del presidente Luis Arce, las fuerzas simpatizantes al orden constitucional dieron captura a los altos mando del Ejército detrás del fallido golpe de Estado, Juan José Zúñiga y Juan Arnez, jefes del Ejército y la Armada, respectivamente.
La maniobra militar alcanzó su punto más álgido, cuando uno de los tanques intentó derribar una puerta metálica del palacio presidencial ubicado en la Plaza Murillo, donde además, también se encuentra el Congreso.
Zúñiga señaló una vez detenido que las «Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia, hacer de ella una verdadera democracia y no una dirigida por las mismas pocas personas durante 30, 40 años«.
Por su parte, la detención de Arnez fue comunicada por el ministro del Interior, Eduardo del Castillo, quien señaló que ambos son «militares golpistas que intentaron destruir la democracia y la institucionalidad de nuestro país y fracasaron».
Con chalecos antibalas y esposados, fueron expuestos ante la prensa los autores detrás del intento golpe de Estado. «Vamos a hacer respetar la democracia, cueste lo que cueste«, señalaron las autoridades gubernamentales.