El Portal norteamericano, Behind Back Do, publicó dos informes redactados el 8 y 10 de octubre en el que se detallaba un golpe de Estado contra Evo Morales, la información terminó ocurriendo tal como lo señalaban ambos documentos.
Los datos se encuentran en el siguiente portal:
La página muestra en un documento que se detalló un plan en el que se contemplaban tres pasos para lograr el derrocamiento de Evo Morales.
El Ciudadano, tradujo lo que reseñan ambos informes, en el que se destaca cómo Carlos Mesa candidato por Comunidad Ciudadana sostuvo reunión con funcionarios de la embajada de Estados Unidos, además resalta la participación de altos funcionarios de Brasil, Argentina y Paraguay en la planificación del Golpe.
A continuación dejamos algunas claves de ambos documentos:
Los principales agentes políticos bolivianos con residencia en Estados Unidos (EE.UU): Gonzalo Sánchez de Lozada, Manfred Reyes Villa, Mario Cossio y Carlos Sánchez Berzain, coordinaban las acciones en Bolivia con los líderes de la asociación opositora “Coordinadora Nacional Militar”, compuesta por exoficiales del Ejército boliviano, entre ellos; el general Rumberto Siles, los coroneles Julius Maldonado, Oscar Pacello y Carlos Calderón.
Todos son responsabilizados de suministrar los fondos que presuntamente se enviaron desde Estados Unidos para la operación, que hoy es un hecho.
Además se coordinan con altos líderes de la oposición boliviana: Waldo Albarracín, presidente de la Confederación Nacional Democrática (CONADE), Jaime Antonio Alarcón Daza, presidente del Comité Cívico de La Paz, Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, Juan Carlos Rivero, Rolando Villena, exdefensor del pueblo y Samuel Doria Medina del Partido de Unidad Nacional.
Tal como sucedió, se puede leer en la nota del 8 de octubre que buscarían el descontento de diversos sectores cruciales para la estabilidad en Bolivia, “Crear la separación y la división del Ejército boliviano y la policía nacional, logrando que estas fuerzas se rebelen contra el presidente Evo Morales. Además, prevé la manipulación de sectores estratégicos de la sociedad boliviana, como el sector universitario, el sector médico, las personas con discapacidad y los ambientalistas, en términos de desestabilización del país”, detallaba el texto.
Así mismo se puntualiza que, EE. UU. utilizó a diversas embajadas acreditadas en el país y la Iglesia Evangélica, para ingresar los recursos que servirían de motor para ejecutar la operación.
Se denuncian a funcionarios del Departamento de Estado acreditados en el país, como Mariane Scott y Rolf A. Olson, tras sostener presuntas reuniones con funcionarios diplomáticos de alto nivel de Brasil, Argentina y Paraguay, para organizar y planificar acciones de desestabilización contra el gobierno boliviano. Además de entregar los fondos estadounidenses a la oposición del país altiplano.
Según lo que difundió el mencionado portal norteamericano, el plan contaba con tres fases:
- “Fase preparatoria (ya ejecutada): “su propósito era preparar y organizar el campo para las etapas posteriores”.
- Etapa intensiva (ya ejecutada): “su objetivo es generar convulsiones e inestabilidad social en el país”.
- Etapa final (ya ejecutada): “Proclamación de fraude electoral e imposición de un gobierno paralelo. Se percibe que se lleva a cabo una vez que finalizan las elecciones presidenciales”.
- Etapa final (ya ejecutada): “Proclamación de fraude electoral e imposición de un gobierno paralelo. Se percibe que se lleva a cabo una vez que finalizan las elecciones presidenciales”.
Otro aspecto que resaltan en el texto y ocurrió en estos últimos días, fue la participación de Santa Cruz, “La Unión Juvenil Cruceñista desempeñará un papel fundamental, que se sugiere para imponer acciones violentas, una vez que se publiquen los resultados electorales finales, para lo cual han estado reclutando criminales, que serán utilizados como punta de lanza en estos enfrentamientos. y acciones violentas contra las instituciones estatales”, se lee.
Según lo difundido por Hilo Directo, en el plan estarían implicados los senadores norteamericanos Ted Cruz, Marco Rubio y Bob Menéndez, quienes mantendrían contacto directo con la oposición en Bolivia a fin de lograr un eventual cambio de régimen en el país altiplánico.
Así mismo, militares en retiro y el ex-prefecto de Cochabamba y asilado en los EE. UU. luego de ser acusado por corrupción en 2009, Manfred Reyes Villa, también fue mencionado como uno de los artífices de la operación golpista desde el exterior.
En el documento se describe un panorama en el que se visualizaban llamamientos de líderes opositores a quemar estructuras del partido de gobierno y de armar una huelga general en todo el país. En todo eso, estaría incluido un eventual ataque contra la Embajada de Cuba, muy similar a lo sucedido en el golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en 2002.
El plan se centró en que si Evo Morales ganaba las elecciones del pasado 20 de octubre se instauraría un gobierno de transición cívico-militar. El nuevo gobierno alegaría fraude en proceso electoral y no reconocería la victoria enlos comicios de Morales.
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