El «¿Y qué?» que pronunció el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a un periodista que le pedía su opinión sobre el hecho de que el coronavirus hubiera superado entonces los 5.000 muertos en Brasil causó una gran indignación en el país.
La fría respuesta del mandatario provocó críticas durante toda la semana por parte de gobernadores, dirigentes políticos, profesionales sanitarios y periodistas, indignados por la falta de empatía del ultraderechista
«¿Y qué? Lo siento. ¿Qué quiere que haga? Soy Mesías (su segundo nombre), pero no hago milagros«, dijo Bolsonaro, en momentos en que su país lidera el número de casos de COVID-19 en la región, con un crecimiento imparable de la epidemia, que podría superar las previsiones más pesimistas.
Con más de 91.500 casos confirmados y 6.300 muertes , Brasil se prepara para afrontar una situación similar a la de Estados Unidos o Italia.
Sin embargo, el mandatario responsabiliza a los gobernadores y alcaldes del país de estas cifras, escudándose en decisión tomada a principios de abril por el Tribunal Supremo Federal, que resolvió que el Gobierno federal no puede anteponerse a las decisiones de los municipios y los estados en cuestiones como medidas de aislamiento, cuarentena y reaperturas.
«El Supremo decidió que quien decide esas cuestiones son los gobernadores y alcaldes, así que pregúntenle a ellos. Mi opinión no vale, lo que vale son los decretos de gobernadores y alcaldes», dijo durante una rueda de prensa.
Wilson Witzel, el gobernador de Río de Janeiro, una de las zonas con mayor número de contagios, criticó a un presidente que «ironiza sobre los muertos» en lugar de «ser un líder en un momento así».
«Póngase a trabajar», dijo Witzel en un mensaje publicado en Twitter.
Joao Doria, el gobernador de Sao Paulo, el más afectado por la epidemia con 2.511 muertos, también criticó a Bolsonaro.
«Salga de su burbuja de Brasilia«, y le aconsejó visitar los hospitales de un país «que llora a sus muertos y sus enfermos».
A diferencia de otros líderes mundiales , el mandatario ulraderechista, ha restado importancia al coronavirus, tildándolo de una «gripecita».
A pesar del horror producto de la crisis sanitaria, no ha acudido a ningún hospital ni ha mostrado su solidaridad hacia las víctimas o el personal médico, agotado por la lucha contra la enfermedad y la escasez de personal y de material.
1.000 muertes por día
El nuevo ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, afirmó que la cifra de decesos por el brote del nuevo coronavirus podría alcanzar los 1.000 por día.
Confirmó que en las últimas 24 horas se registraron 435 nuevos fallecidos por COVID-19 en ese país. Ante tal situación, estimó que si la pandemia continúa avanzando “ese número, el de los 1.000 (muertos), es posible que suceda”.
Teich indicó que las recomendaciones de distanciamiento se mantendrán, por lo que “en este momento, nadie está pensando en hacer nada flexible”, enfatizó, con lo cual refuta las afirmaciones del mandatario, Bolsonaro, quien quiere que las cuarentenas acaben de una vez, reportó HispanTV.
De acuerdo con el ministro, no es posible iniciar la liberación del aislamiento social, dispuesto por los gobiernos distritales y municipales, ya que la curva de coronavirus se encuentra en “clara ascendencia”.
Un estudio asevera que la cifra real de los contagios por el nuevo coronavirus en Brasil podría ser hasta 12 veces mayor de lo que ha informado el Gobierno.
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