Escritor chileno Nicolás Poblete: «Detrás de un héroe muchas veces vemos narcisismo, envidia, miedo y orgullo»

Nicolás Poblete publica Corral, una novela de terror en la que se develan las pulsiones humanas más oscuras

Escritor chileno Nicolás Poblete: «Detrás de un héroe muchas veces vemos narcisismo, envidia, miedo y orgullo»

Autor: El Ciudadano

*Foto de portada: Josefina Fernández

El autor de novelas como Dame pan y llámame perro, Subterfugio y Succión, presenta un relato de terror ambientado en el sur de Chile, entre Valdivia y la comuna de Corral. Su protagonista es Nelson, carabinero de veinticinco años, dado de baja por abusar de su poder en una protesta callejera santiaguina. Su “castigo” es ser derivado a Corral, donde debe acompañar a un ex militar, quien pasa sus últimos días en una residencia para adultos mayores. De regreso en la casa paterna, en la ciudad de Valdivia, Nelson ignora que es el mismo anciano quien lo ha mandado a llamar, y que esconde un pasado en el que actuaba con otro nombre, y que involucra a muchas otras personas, entre ellas, al padre de Nelson, a su tío viudo (ambos carabineros jubilados con míseras pensiones), y a la enigmática señora Ernestina, “la mujer de los lobos”, a quien el padre de Nelson le debe millones de pesos. Ella, una acaudalada propietaria aficionada a la pintura, pena la muerte de su único hijo, Arturo, fallecido en la tragedia de Antuco, el año 2005, donde 44 soldados y un sargento murieron congelados como parte de un ejercicio militar.

  • ¿Qué te inspiró en la creación de los personajes principales de la novela, especialmente Nelson, la mujer de los lobos y don Manolo?

    La mujer de los lobos es una creación inspirada en arquetipos del género gótico. Ella incluso podría ser, en otro contexto, una bruja, porque es una mujer independiente, que vive prácticamente sola y con un poder que le permite comunicarse con el mundo animal, por ejemplo, los lobos marinos de Valdivia, de ahí su apodo, o las gaviotas dominicanas que pueblan las riberas del Calle-Calle. Ella está en proceso de duelo por la pérdida de su único hijo en la tragedia de Antuco. Don Manolo es el responsable de esta tragedia, porque fue bajo su mando que esta expedición se autorizó. Él es ya un anciano, pero su personalidad autoritaria y su mirada despectiva para con los otros personajes, permanece impermeable. Él es el personaje con más intervenciones, y se expresa en largos monólogos. Nelson se inspira en los carabineros dados de baja durante el estallido social. No es nadie específico, sino un ejemplo.

    • La novela aborda temas como la venganza, el orgullo y el instinto de conservación. ¿Qué te llevó a explorar estas pulsiones humanas en tu obra?

    Sí, estas se ven como emociones. A veces se habla de “héroes” para resaltar actitudes heroicas que alteran vidas, las salvan o las elevan a un plano nuevo, pero aquí vemos el revés de ese estereotipo: detrás de un héroe también vemos narcisismo, envidia, miedo y, muy típicamente, orgullo. El instinto de conservación es vital para permanecer en la realidad y aquí se lleva a un extremo, porque se pregunta: qué estamos dispuestos a hacer para seguir viviendo. ¿Soy susceptible de ser vendido? ¿Cuál es mi precio? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar con tal de tener un ascenso? ¿Tengo la solidez moral para rechazar una oferta que puede beneficiarme a mí y a mis cercanos, aun cuando signifique transgredir mi conjunto ético?

    • El sur de Chile, particularmente la Región de los Ríos, parece ser un elemento fundamental en la ambientación de la novela. ¿Por qué elegiste este escenario específico y cómo influyó en el desarrollo de la trama?

    Muchos años atrás visité a un tío abuelo que vivía en Corral. Esto fue en los 80. Parte de mi familia es de Valdivia y ese paisaje es muy impresionante. Este tío abuelo pasó el terremoto del 60 y los tsunamis en esa región. En Corral fue impresionante. Creo que ahí quedó instalada una inquietud que ahora vine a narrar, aunque la trama no se relacione con esto. El paisaje del sur de Chile sí que es importante y destaca las lluvias, la neblina, las olas, el río Calle-Calle, la particular fauna y flora de allí. También la historia de los fuertes, que hablan de un pasado colonial… creo que se prestan para una narración gótica.

    • ¿Cómo abordas la construcción de la atmósfera opresiva y cargada psicológicamente en tu escritura?

    De una u otra forma todos los personajes están abrumados por algún motivo. La mujer de los lobos por la pérdida de su hijo; Nelson, el protagonista, por la angustia que le ha provocado el castigo en su institución; su padre por no tener ni un peso, etc. Todos están sufriendo a su modo, pero no lo expresan coherentemente. Sus actos, sin embargo, reflejan esta angustia. El narrador en tercera persona se hace cargo de interpretar, no ellos, entonces destaca el modo en que los elementos afectan a los cuerpos, algo clásico en la narración gótica, donde el entorno actúa como extensión de los conflictos psicológicos de los personajes.

    • Alejandra Wolff, artista visual, académica de la Universidad Católica y encargada del centro de documentación del Museo Nacional de Bellas Artes, menciona la presencia de poderosos personajes femeninos en tu novela. ¿Podrías hablar más sobre tu enfoque en la perspectiva de género y cómo se refleja en la historia?

    Es verdad lo que menciona Alejandra. Muchas de mis narraciones tienen mujeres como personajes y protagonistas. En “Succión”, por ejemplo, la voz protagonista se apodera de la narración. Es Sarai la que domina la escena, en primera persona. Ella es poderosa porque cuenta con un entorno de hombres cómplices en su empresa. En “Si ellos vieran”, también una novela gótica, tenemos a Victoria, una chica ingenua que pasa por un rito de pasaje para, finalmente, salir “victoriosa”, como indica su nombre. En “Corral”, aunque hay más personajes masculinos, la que más destaca por su originalidad y excentricidad es Ernestina, “La mujer de los lobos”, crucial en el relato. Finalmente ella es la más poderosa, porque tiene muchísimo dinero, ese es su poder. También, ella tiene un don especial que le permite una comunicación fluida con ciertos animales.

    • ¿Qué papel juega el tema de la memoria y el pasado en «Corral»? ¿Cómo integras la noción de archivo en la narrativa?

    La memoria es fundamental, el pasado. Para mí es casi imposible escribir sin contexto histórico. Siento la necesidad de ese contexto, pues creo que influye de muchos modos en nuestros actos. Aquí nos remontamos al pasado del terremoto de Valdivia, también a nuestra realidad como colonia española, simbolizada gracias a los fuertes del sur de Chile, que se hallan en esa zona, Niebla, Corral, Valdivia. Ya más actualmente, el archivo toma la tragedia de Antuco, donde murieron 44 jóvenes en una expedición militar el año 2005. Y, más reciente, el estallido social del 2019, que es un episodio pasado en términos cronológicos, pero aún muy presente en nuestras vidas chilenas.

    • Pablo Illanes menciona que la novela es un «ajuste de cuentas a la chilenidad más horrorosa». ¿Podrías expandirte sobre este tema y cómo lo abordas en tu obra?

    Sí, hay un ajuste de cuentas que es posible de ver como parte de nuestra chilenidad. Aunque es muy difícil hablar de la idiosincrasia chilena, especialmente ahora con el torbellino de movimientos migratorios en tan corto tiempo, sí que es posible detectar ciertos rasgos. Ese gesto de apocamiento es uno de ellos y es muy interesante verlo contrastado a la idea de héroe que se valida tanto en nuestra sociedad. Creo que Pablo también alude a los horrorosos traumas que hemos vivido como sociedad y que no han tenido resolución para las víctimas. Históricamente cargamos heridas que se tornan horrorosas, precisamente por la negligencia con las que se tratan o, directamente, la absoluta indiferencia para con las víctimas.

    • ¿Cómo creas la tensión y el suspenso en tu narrativa, especialmente en un contexto de thriller psicológico?

    Hay muchas reflexiones en cada uno de los personajes. Aquí, el narrador omnisciente desvela a cada personaje y se mete en sus pensamientos, en sus miedos, en sus mezquindades. Esto se logra ingresando en las psiques para revelar aspectos grotescos, truculentos, pensamientos poco decorosos. No se plantean de manera burda, sino que reflejan miedos, aprensiones. Lo que no dicen directamente los personajes, por pudor, por falta de recursos lingüísticos, por temor a revelar algo de lo que se arrepentirán, sí lo expresa el narrador y allí se produce esa tensión que favorece un ritmo que caracteriza al thriller.

    • Andrea Jeftanovic destaca la presencia de una masculinidad áspera en la novela. ¿Cómo desarrollas este aspecto y cómo se relaciona con la trama más amplia?

    Exactamente. Aquí los hombres son muy sencillos, pragmáticos, incluso banales. Estos no son hombres que se expresen con elocuencia o que compartan sus emociones. Todos ellos han sido educados bajo ideas que valoran la austeridad, la disciplina, el trabajo, pero llega un momento en que se preguntan de qué sirven esos valores. Esa aspereza la vemos cuando ya no tienen el dinero con el que mantenerse, y ahí tus valores entran en conflicto. Como reflexiona Nelson, sin dinero no eres nadie en esta vida. Así, lo que estamos dispuestos a hacer para sobrevivir, el precio, es lo que gatilla la trama. Y es que, ni siquiera nosotros mismos sabemos qué haríamos, qué sacrificaríamos, si estuviéramos ante un dilema vital.

    • ¿Qué mensaje esperas transmitir a los lectores a través de «Corral»? ¿Hay alguna reflexión en particular que desees que los lectores se lleven después de leer tu obra?

      Un mensaje es comprender que somos producto de los vaivenes de la historia. También creo (al igual que Robert Sapolsky en su libro “Determinado”) que nadie se puede jactar de su éxito, de sus logros o condecoraciones. Hay muchos factores, partiendo por los genéticos, que determinan nuestras acciones y nuestro trayecto en la sociedad. Nadie elige donde nacer o en qué época vivir, entonces, entender profundamente esa verdad nos puede hacer más sensibles para con otras realidades e, idealmente, desarrollar la compasión. En el caso del personaje que se expresa de manera más extensa, don Manolo, sus monólogos autoritarios, narcisistas y despectivos, son una forma de ver cómo “su” concepción de la historia no tiene nada que ver con la historia de los otros, aun cuando hayan compartido segmentos de esta.


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