Por Carmen Castro
Leonardo de la Barra, tras 50 años, optó por escribir En los repliegues del silencio ( Ocho Libros), quizá para exorcizar dolores propios vividos en la dictadura de Pinochet. Pero también para hacer una contribución al entendimiento social de lo que ha pasado. La incógnita quedará en parte despejada este martes 14 de noviembre en la Feria del Libro de Santiago, cuando el productor y director audiovisual entregue al público su versión de una tragedia ocurrida en 1975.
¿Cuánto dolor es posible sentir? Una vez más, un protagonista toma el tortuoso camino de recuperar vivencias que parecían olvidadas. Sus palabras en el papel nos permiten conocer mediante sensaciones. Las ilustraciones de la artista Jamie Westfall dan aún más sentido y valor al relato. El autor asume con coraje la empresa de ir al pasado, pues le parece que tras medio siglo no es posible callar.
Son los hechos, su dolorosa factura, los que permitirán a las personas juzgar y entender algo más de lo acontecido. Y así, quizás, emerjan nuevas vías para conocer lo que ocurrió en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973.
Para Leonardo de la Barra, este ha sido un incursionar difícil en extremo pero él lo observa como una responsabilidad que no puede obviar. De ahí su determinación de relatar una tragedia que, siendo propia, socializa para que se conozca más de lo acontecido.
Cuando vivió la pesadilla tenía 20 años, y esa experiencia lo impulsó a radicarse en Europa.
Un hecho abrupto quebró su determinación. El viaje a Chile desde Venezuela de los restos de su padre, el director teatral Pedro de La Barra, marcó su propio retorno definitivo. Romper el silencio es una tarea de titánica. Como dice el autor, «hay recuerdos que nunca te abandonan».