Ernest Hemingway (1899-1961) es uno de los escritores más influyentes del siglo XX, determinante, sobre todo, para los escritores latinoamericanos. Su narrativa es atlética, dura, magra. Con su estilo sobrio y minimalista, avergüenza a muchos escritores rebuscados.
Vivió en Cuba, durante la revolución social. Fue corresponsal en España, durante la Guerra Civil, y en China, durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la Primera Guerra Mundial, manejó una ambulancia. Las experiencias bélicas le sirvieron de inspiración para su novela Adiós a las armas.
Algunos de sus libros más famosos son Fiesta, El viejo y el mar, Por quién doblan las campanas y Adiós a las armas. Si el quid del estilo de estos libros es la sencillez, en la siguiente cita de Hemingway, se cifraría el secreto de su autor: «El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera».
«Quería escribir como Cezanne pintaba. Cezanne empezaba con todos los trucos. Después destruía todo y empezaba de verdad».
Los 13 consejos de Hemingway sobre la escritura
- Cuando un escritor escribe una novela, debería crear a gente viva;personas, no personajes. Ellas deben construirse con habilidad, deben ser proyectadas desde la experiencia asimilada del escritor, desde su conocimiento, desde su cabeza, desde su corazón y desde todo lo suyo.
- Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un lenguaje vigoroso. Sé positivo, no negativo.
- A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y, a veces, casi imposible escribirlos.
- Quería escribir como Cezanne pintaba. Cezanne empezaba con todos los trucos. Después destruía todo y empezaba de verdad.
- Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como «espléndido, magnífico, suntuoso».
- Un escritor, si sirve para algo, no describe; inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.
- Por el amor de Cristo, escribe y no te preocupes por lo que los muchachos dirán, ni de si será una pieza magistral o qué.
- Seriedad absoluta en lo que se escribe, es una de las dos necesidades categóricas. La otra, por desgracia, es el talento.
- Mi tentación siempre es escribir demasiado. Lo mantengo bajo control para no tener que cortar paja y reescribir. Los individuos que piensan que son genios porque nunca han aprendido a decir «no» a una máquina de escribir son un fenómeno común.
- El don más esencial para un buen escritor es un detector de mierda interno, a prueba de choques. Es el radar del escritor y todos los grandes lo han tenido.
- Un escritor de nuestro tiempo tiene que escribir lo que no ha sido escrito antes o superar a los escritores muertos en lo que hicieron. La única manera en que puede decir cómo va, es compitiendo con los hombres muertos… Pero la lectura de todos los buenos escritores podría desanimarlo. Entonces debe ser desanimado.
- Para escribir, me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte solo para mantener tu intestino en movimiento y, al día siguiente, vuelve a escribir.
- Evita lo monumental. Rehuye lo épico. El individuo que puede pintar cuadros enormes muy buenos, puede pintar cuadros pequeños muy buenos.