Según el libro de “Posmodernismo Para Principiantes”, de Richard Appignasi y Chris Garratt, existe otro posmodernismo artificial perfectamente adaptado a la prevalencia monocultural del capitalismo de libre mercado. Otra vez es el filósofo Lyotard quien lo identifica como un posmodernismo ecléctico o chatarra.
El eclecticismo es el costado más crudo de la cultura general contemporánea: uno escucha reggae, mira un western, almuerza en MacDonald’s y cena comida regional, usa perfume de París en Tokio y ropa “retro” en Hong Kong, y ¡adivinen! el conocimiento es materia de concursos de TV.
Lo mismo en el arte: kitsch, confusión y “vale todo”. En ausencia de criterios estéticos, el dinero es la única vara. Todo “gusto”, como toda “necesidad”, es satisfecho por el mercado.
Por Francisca Arriagada.
El Ciudadano