MATÍAS CATRILEO QUEZADA, (n. 11 de septiembre de 1985 – † 3 de enero de 2008), fue un estudiante mapuche de agronomía, asesinado por la espalda el 3 de enero de 2008 por personal del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros de Chile.
Su muerte generó el rechazo de organismos de derechos humanos y diversas manifestaciones que se realizaron en varias ciudades de Chile y el exterior. Hoy, su legado y mensaje se sigue conmemorando a 15 años de su fallecimiento en diversos territorios.
«Recuérdame que solo quiero vivir para ser libre» (Matías Catrileo, extracto poemario Abrazos del viento)
Matías Catrileo:
Poema de Matías Catrileo, leído por su hermana Catalina Catrileo (Prensa Chile Dignidad)
Matías Catrileo – contacto telefónico al momento del asesinato
LLUVIA ACIDA: «Matías Catrileo» (Video Rafael Cheuquelaf)
Contexto de su asesinato
Al morir, Catrileo tenía 22 años y cursaba la carrera de agronomía en la Universidad de La Frontera de Temuco. En la mañana del 3 de enero de 2008, Matías Catrileo, junto a decenas de integrantes de comunidades mapuche ingresaron al fundo «Santa Margarita», de propiedad del latifundista Jorge Luchsinger, acusado de actitudes racistas y xenofobicas en reiteradas oportunidades por sus dichos públicos, cuyos terrenos eran reclamados por las comunidades.
El predio, que rodeaba la comunidad Llupeco Vilcún, en la comuna de Vilcún, que se encuentra en la Región de la Araucanía de Chile, estaba custodiado desde 2001 por grupos represivos de Carabineros.
En medio de una movilización pacífica como parte del proceso de recuperación de tierras, la policía abrió fuego contra los comuneros, quienes huyeron del lugar. Una ráfaga expelida de una subametralladora Uzi perforó por la espalda el pulmón de Matías Catrileo, causándole la muerte unos minutos más tarde.
VER VIDEO ¡Mándale un balazo!:
“Mándale un balazo” es la respuesta dada por el Gope Walter Ramírez, cuando le informaban que un grupo de mapuche incursionaba en el fundo del empresario. Así lo revela un audio divulgado en su momento cuya grabación fue obtenida por un peritaje que ordenó la familia y su abogado, quien aseguró que el audio “demuestra la intención de matar que los carabineros tuvieron en ese operativo”.
Los comuneros se llevaron el cuerpo de Matías Catrileo por temor a la alteración de las pruebas, mientras seguían escapando de la policía. Durante su huida, un comunero autoidentificado como Rodrigo se comunicó con un programa de la estación Radio Bío Bío, e informó en directo sobre el asesinato de Catrileo:
Finalmente, el cuerpo fue entregado para las pericias respectivas (que se realizaron en el Servicio Médico Legal de Temuco) con la mediación del obispo de Villarrica Sixto Parzinger, la Cruz Roja y la Defensoría Pública.
Una versión inicial del hecho generada por medios comerciales ligados al poder económico, intentó probar que Catrileo había fallecido en un enfrentamiento armado contra Carabineros, pero después se determinó que Ramírez había empleado «sin motivo racional, violencias innecesarias” en la ejecución de sus órdenes.
La causa fue investigada por la Fiscalía Militar. Organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos pidieron a la Corte Suprema que la investigación por la muerte del ocupante fuera vista por tribunales civiles, pero la solicitud fue finalmente desestimada por la Corte
El GOPE Walter Ramírez fue condenado por la justicia militar a 3 años y un día de presidio bajo el régimen de libertad vigilada por el delito denominado violencia innecesaria con resultado de muerte, sentencia que fue confirmada a fines de 2011 por la Corte Suprema. Más tarde, Carabineros degradó a Ramírez Inostroza bajo la causal de «faltas a la ética profesional».
El día de la muerte de Matías Catrileo, se encontraba en huelga de hambre en la Cárcel de Angol Patricia Troncoso desde el 12 de octubre de 2007 (duró finalmente 112 días en huelga) junto a otros presos políticos Mapuche. Las protestas por su liberación y la de otros presos políticos mapuche habían sido fuertemente reprimidas por la policía del Estado de Chile hecho que se incrementó desde el momento del asesinato de Matías.
¡Mándale un balazo! Fue el inicio de un asesinato dirigido el día 3 de enero del 2008; y el inicio de una oleada de inusitada represión en contra de la protesta social Mapuche y de una seguidilla de montajes y persecuciones contra numerosas personas que han asumido los procesos de recuperación de tierras.
La familia de Matías Catrileo hacía circular una carta en enero de 2009, donde señalaba: «Orgullosos estamos de la existencia de muchos jóvenes como el Matías. Conscientes de las injusticias provocadas por este sistema, donde podemos observar como la economía neoliberal hace más pobres a los pobres y más ricos a unos cuantos, que son los grandes grupos económicos que concentran el poder tanto en la posesión de forestales, hidroeléctricas, mineras, celulosas, como también el poder sobre el gobierno, pues están constantemente manipulándolos para obtener todo cuanto necesitan, incluyendo custodia policial para sus territorios y bienes. Demostrando descaradamente que lo material tiene más valor que la vida».
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