Simultáneamente, en Chile y Argentina, una vez más, se vienen viviendo momentos de tensión y conflictividad a causa de las acciones represivas anti mapuche que vienen gestando sectores del poder político y económico, hechos que ocurren en el marco de diversos procesos de recuperaciones de tierras de comunidades y de activas protestas en ambos lados de la cordillera contra industrias extractivistas: Petroleras-fracking, minería, forestales, energía, agroindustria terrateniente e industria inmobiliaria.
En el marco de la militarización del territorio mapuche, bajo un estado de excepción, y del reciente asesinato de un joven mapuche (Yordan Llempi ), por integrantes de las fuerza armadas de infantería marina en el sur de la Provincia de Arauco, el subsecretario del interior de Chile, Juan Francisco Galli, visitó Argentina para reunirse con Aníbal Fernández, Ministro de Seguridad, para construir una red y “abordar en conjunto acciones para afrontar la radicalización y violencia de grupos en la zona sur”, señaló a la prensa el 6 de noviembre.
Por su parte, en el sur de Argentina (Puelmapu), Elías Garay Yem, de 29 años, murió asesinado a tiros mientras Gustavo Cabrera, de 26 años, recibió el impacto de dos balas el tórax y estuvo internado de gravedad. Los hechos ocurrieron el 21 de noviembre en el marco de un proceso de recuperación de tierras del lof Quemquemtreu, en el Bolsón, Provincia de Rio Negro.
Según se denunció, los responsables son dos sicarios que portaban armas de fuego e ingresaron a un área acordonada por efectivos policiales y ejecutaron con balas de plomo.
Previo a estos hechos, representaciones de diversas comunidades y organizaciones mapuche de tres provincias de Puelmapu, Sur de Argentina, hicieron un llamado a la sociedad el 25 de octubre este año, a rechazar la violencia, represión y hostigamiento que sufren en distintos puntos del territorio, que tiene su último antecedente en el lof Quemquemtrew en Cuesta del Ternero (Río Negro), donde la comunidad realiza una recuperación territorial.
Con respecto a un incendio que por esos días afectó la sede del Club Andino Piltriquitrón, El Bolsón, localidad rionegrin, la dirigenta Soraya Maicoño, vocera de una de las comunidades mapuche en El Bolsón, aseguró que se trató de un montaje, un “auto atentado” y criticó la campaña para instalar la figura del “enemigo interno”.
En Argentina, varios medios y a través de amplias campañas en redes sociales se ha buscado instalar perfiles de grupos terroristas con influencia de radicalizados desde Chile para provocar un clima de violencia rural, incluso con la difusión de un supuesto “Manuel mapuche que enseña a generar un clima de descontrol y caos”, destruir y paralizar infraestructura e inversiones”, denominado Kutralwe, el que, según publicaciones, fue elaborado por “mapuches chilenos”, consignó Infobae, entre otras fuentes, hecho que ha sido tajantemente desmentido por organizaciones en Puelmapu y sindicada como parte del montaje desplegado.
Además de esta campaña para impulsar una política represiva, en Argentina (al igual como ha ocurrido en Chile), se ha instalado por ciertos sectores que los mapuche no son originarios de Argentina, sino araucanos provenientes de Chile, con el fin de deslegitimar toda acción reivindicativa por derechos. Asimismo, que los mapuche masacraron a los Tehuelche, entre otras campañas racistas y con denostaciones.
Frente a uno de estos elementos, diversos científicos salieron al paso para aclarar dichos relatos: “Los mapuches no son chilenos, y no exterminaron a los tehuelches«, consignaron investigadores nucleados en la Sección Etnología, perteneciente al Instituto de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires, quienes, a su vez, comunicaron su preocupación, por la recurrencia de discursos y relatos sesgados y erróneos sobre la realidad de los pueblos indígenas actuales y sus orígenes, manifestando la preexistencia mapuche en ambos lados de la cordillera y de las falsedades del exterminio “tehuelche”, que en realidad se relaciona a los pueblos australes como el aonek’enk., quienes luchan por su sobrevivencia, indicando al respecto: “Los responsables de su marginación e invisibilización no fueron los mapuches, sino las políticas de colonización».
La operación anti mapuche que precede: “Operación Andes”
No es primera vez que ocurre en ambos lados de la cordillera operaciones y campañas antimapuche. El 2017, luego que en Chile unidades de inteligencia de carabineros, como la Dipolcar y la Unidad de Inteligencia Operativa Especializada de Carabineros (UIOE), levantaban el fallido plan montaje “Operación Huracán”, en Argentina, el gobierno de Macri implementaba “El Comando Unificado”, bajo la “justificación” de un enemigo interno, radicalizado, para implementar una política represiva en las Provincias de Neuquén, Chubut y Río Negro, la que previamente había arrojado los asesinados de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en Bariloche.
En Ngulumapu (Chile), Camilo Catrillanca Marin, fue asesinado el 14 de noviembre de 2018, tras recibir, por la espalda, un tiro en su cabeza, mientras intentaba proteger a un niño que lo acompañaba en un tractor. El proyectil fue disparado por el GOPE – Comando Jungla. Según informes policiales de inteligencia, Camilo Catrillanca, ya estaba previamente en la mira. El documento -“Exposición coordinación zona control orden público”– que CIPER reveló a fines de noviembre del 2018 lo indicaba, el que fue elaborado por la extinta Unidad de Inteligencia Operativa Especializada de Carabineros (UIOE).
Previo al asesinato de Camilo Catrillanca, la “Operación Huracán” que además de las unidades de inteligencia, involucró a ciertos sectores políticos y ciertos operadores de justicia en el 2017, generó una amplia red de ilícitos, con cifras que van desde cientos a miles de teléfonos intervenidos, chat de watsap falsos, atentados montajes, aplicación de ley anti terrorista y seguidilla de criminalización a numerosas personas mapuche, todo, en el marco de reivindicaciones de comunidades mapuche por derechos, principalmente sobre tierras ancestrales que involucra intereses de las empresas forestales y ciertos latifundistas de origen colonial.
La Operación Huracán no era aislada, era la antesala a la Operación Andes que intentaba llevarlo a un escenario internacional y transfronterizo (Chile – Argentina) el 2017, con el involucramiento de personeros de los gobiernos de Chile y Argentina, tal cual sucede hoy con el subsecretario chileno Juan Francisco Gali y Aníbal Fernández, Ministro de Seguridad argentino.
Según investigación y publicación de Ciper Chile, las supuestas dos creaciones del “profesor” Álex Smith (Antorcha y Tubicación), la unidad de Inteligencia de Carabineros de La Araucanía preparaba el escenario para la “Operación Andes”, en la que aparecía un “tráfico de armas” desde Argentina hacia comunidades en Chile, pero todo se vino abajo con el desmoronamiento de la operación Huracán que daba cuenta que todo fue una invención.
Las operaciones se cayeron y hubo una serie de acusaciones cruzadas que incluyeron intentos de manipulación de evidencia y montajes entre agentes de inteligencia de Carabineros y fiscales, hechos que hoy se ventilan en un juicio que se desarrolla en Chile y que involucra la acusación contra numerosos ex agentes de carabineros.
Así como se reunían personeros de gobierno, también se han realizado desde el 2017 diversos viajes e intercambios de fiscales y policías de Neuquén y la Araucanía. «En la Patagonia argentina no hay terrorismo ni grupos armados, menos movimiento o intercambio de armas con Chile. Hay solamente un pueblo reclamando acceso a la tierra, mientras esta misma tierra se va transformando en un gran espacio en manos de terratenientes, de empresas extranjeras, de ricos y famosos. No compartimos para nada el enfoque del fiscal», señalaba a medios en el werkén Jorge Nahuel, vocero de la Confederación Mapuche de Neuquén.
Desde mediados de octubre de este 2021, La fiscal federal de la Provincia de Río Negro en Argentina, Sylvia Little solicitó medidas para investigar “la existencia de una organización destinada a imponer sus ideas por la fuerza”, acción luego de la denuncia por “terrorismo” que presentó la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras. Simultáneamente en Chile se ha venido forzando un estado de excepción militarizado en tierras mapuche, bajo el pretexto de controlar “narco terrorismo, robo de madera y crimen organizado”, mientras el tema de fondo sigue siendo las numerosas reivindicaciones por tierras que sostienen comunidades mapuche y que involucra los intereses de empresas forestales y latifundistas, mientras el gobierno de Piñera desde el 2020 ha estancado las políticas indígenas para la compra de tierras que establece la ley indígena 19.253.
A partir del año 2017, la figura del “enemigo interno” en Argentina se concentraba en una organización denominada RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), como excusa de las acciones represivas en el sur de Argentina. En Chile, en esa línea, se ha mantenido por años la figura de la Coordinadora Arauco Malleco, organización que abiertamente ha señalado que sus acciones de sabotaje son al gran capital del empresariado que acapara tierras ancestrales mapuche, reiterando que sus objetivos no son civiles, rechazando y condenado a su vez, el narcotráfico en comunidades, considerando también que parte de las últimas acciones de represión del estado chileno y de intervención en comunidades, se ha montado bajo la figura de la “ley de drogas”, como parte de las nuevas estratégicas desde el poder represivo.
Sin embargo, ha llamado la atención, que en este último tiempo, una de las figuras que se ha levantado mediáticamente por sectores de la extrema derecha en redes sociales y por medios masivos comerciales, se trata del grupo “Weichán Auca Mapu”, quien apareció en un bullado video, luego del asesinato del joven Mapuche Yordan Llempi el 3 de noviembre en la Provincia de Arauco, exhibiendo diverso armamento de grueso calibre por una veintena de individuos, con ropa camuflaje.
Cabe consignar que, en el marco de los montajes de inteligencia, 28 camiones fueron quemados de la empresa Sotraser (del holding Bethia) en la madrugada del 28 de agosto de 2017, en San José de la Mariquina, acción montaje que pasó a denominarse “Operación Huracán II”, según consigna Ciper Chile, cuyos informes de inteligencia presentaron diversas inconsistencias, se declaraba desde la Fiscalía. Se trató de un montaje y con amplia publicidad, se había difundido que la organización detrás de este atentado, era: “Weichán Auca Mapu”, quien, según diversos medios, se había adjudicado el accionar. “El grupo mapuche Weichan Auka Mapu se habría adjudicado el atentado contra 29 camiones de la empresa Sotraser ocurrido en San José de la Mariquina el pasado 28 de agosto. Sumado a ello. reconoció otras 14 acciones de sabotaje en las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos”, consignaba 24 horas, resaltando que, en la supuesta declaración “desarrolla en la practica la línea de la violencia defensiva, traducida en el sabotaje de empresas forestales, proyectos hidroeléctricos y energéticos”.
Sobre el video del supuesto grupo armado Weichán Auca Mapu, Aucán Huilcamán, werken del Consejo de Todas Las Tierras, sostuvo a CNN este 5 de noviembre, que “ese video que han hecho circular, no tiene ninguna credibilidad desde el mundo mapuche” y manifestó un punto que le llama especialmente la atención en este y otros grupos que se han difundido: “Es curioso es que no actúan, solo anuncian”.
En ese sentido, el dirigente mapuche recordó un episodio de la famosa “Operación Huracán” que hoy tiene a sus principales responsables con medidas cautelares en pleno juicio: “Mi teléfono personal estuvo intervenido durante seis meses para vincularme con hechos de terrorismo y narcotráfico “, denunció.
En Chile, un último peritaje en el caso de Pablo Marchant, joven mapuche asesinado de un órgano de resistencia de la CAM en una acción de sabotaje contra instalaciones de Forestal Mininco la tarde del 9 de julio de este año, reveló, según reportaje de @LaOtraDiaria, consignó que Carabinero no disparó a 3 metros en un enfrentamiento como se señaló previamente, sino que fue ejecutado de rodillas, puesta el arma en la cabeza. Además, se indica que estaba herido antes de ser asesinado.
Extracto actualizado versión impresa el Ciudadano, noviembre del 2021
escrito de Alfredo Seguel