2015: El año más cálido de la Tierra

En Chile, muchos paisajes se modificarán debido a la menor disponibilidad de agua y el avance de las zonas áridas

2015: El año más cálido de la Tierra

Autor: Andrea Peña

 

No se trata de especulaciones, ni de expandir noticias alarmistas para tomar conciencia.Tampoco es necesario recurrir a informes oficiales o de organizaciones ambientales, para sentir en el cuerpo que el clima está cambiando. Sin embargo, aquí podrás comprobar datos de un estudio que alerta sobre la importancia de tomar medidas para afrontar el Cambio Climático.

Desde 1880, año en que comenzó a llevarse un registro global de la temperatura, los niveles alcanzados no habían sido tan elevados como  hasta este abril.

A través de la quema irracional de combustibles fósiles, como carbón y petróleo, las civilizaciones emiten a la atmósfera terrestre enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases contaminantes de efecto invernadero, de una manera mucho más rápida de lo que el planeta puede absorber.

El calentamiento global, implica un ascenso de las temperaturas del aire y los océanos; el derretimiento del hielo y la nieve; alteración en las precipitaciones; incremento del nivel del mar; entre otras adversidades para los ecosistemas marinos y terrestres, incluida la vida humana.

En Chile, el océano Pacífico tiene un efecto moderador del impacto que a nivel global causa el alza de la temperatura, pero nuevos estudios revelan que, aun así, el país registrará cambios significativos en el clima.

Una investigación encargada por el Ministerio del Medio Ambiente al Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la Universidad de Chile analizó los escenarios climáticos hacia 2030 y 2050 en nuestro país.

El resultado del estudio fue impactantante:  si no tomamos conciencia y no se aplican serias medidas que ayuden a mitigar el impacto del cambio climático, viviremos en un país más cálido, menos lluvioso, más propenso a tormentas y con días más nublados y como consceuencia de esto, muchos paisajes se modificarán debido a la menor disponibilidad de agua y el avance de las zonas áridas. Los posibles efectos incluyen el traslado de los cultivos tradicionales de la zona central hacia el sur y la disminución de la cobertura del bosque nativo.

El informe de la U. de Chile no quiere ser alarmista ni predecir que este cambio será inevitable, pero si todo se mantiene como hasta ahora, sin medidas que promuevan la mitigación de estos efectos, los paisajes emblemáticos y cómo los conocemos hasta ahora, irán desapareciendo.

Consecuencias: ¿Cómo será un Chile más cálido?

Según el estudio, el aumento de la temperatura afectaría a Chile de Norte a Sur.

Para los habitantes del Interior, la percepción será mucho mayor.

Para quienes viven en la costa, la nubosidad y brisa marina que ingresan al continente mantienen los niveles de humedad, a lo que se suma el efecto de fenómenos como La Niña, que enfrían la superficie del mar disminuyendo las temperaturas. Por eso se estima un aumento promedio de 1,5 grados para la costa, cifra que irá creciendo a medida que se avanza hacia el interior: sobre los dos mil metros de altura, el alza podría llegar a superar los tres grados centígrados.

Quienes viven en Santiago, están acostumbrados a noches de verano más frescas, que se equilibran con el calor del día. El informe indica que hacia el 2030, la capital registrará un aumento en sus temperaturas mínimas y máximas. Se proyecta, por ejemplo, un alza de 1,6 grados en la máxima promedio, pasando de 30,5° de ahora a 32,1° durante los próximos 17 años. Y durante el mes de julio no bajará el termómetro de los 6,3.

Hacia mediados de siglo, una de las ciudades más cálidas del país será Los Andes, con máximas promedio en verano de 33,3 grados, es decir, 2,4 grados más que ahora.

Las regiones que hoy son más frías experimentarán el mismo fenómeno: en Concepción, por ejemplo, si la temperatura mínima en pleno invierno alcanza un promedio de 3,5 grados, hacia 2030 llegará a 4,4 grados.

En el 2050, las temperaturas mínimas serán todavía más elevadas.

Para el doctor Fernando Santibáñez, responsable científico del estudio, los alcances de este aumento de temperatura son significativos, afectando las precipitaciones, la nubosidad y, en especial, al paisaje. No sólo tendremos que acostumbrarnos a más días nublados debido al contraste con el océano: el clima cálido aumenta la diferencia de temperatura entre el mar y la tierra firme, contraste que moviliza más aire desde la costa hacia el continente.

LLuvias

Datos de la Dirección Meteorológica de Chile señalan que, en promedio, actualmente se registran 10 días menos de lluvia que hace 100 años. Y esta tendencia se acentuará.

Dentro de 17 años, la capital registrará 46 mm menos de agua caída y para 2050 serán 64 mm menos.

Hacia el Norte, el escenario empeora: en Ovalle, por ejemplo, la disminución de las precipitaciones significará casi 20 mm menos de agua caída en 2030 y casi 30 mm menos en 2050.

Mientras disminuyen las lluvias, aumentarán eventos extremos, como tormentas eléctricas y granizadas, algo similar a lo que ocurre en el trópico, pero con episodios súbitos que podrían desencadenarse en verano o invierno.

En la zona centro sur lloverá más intensamente en cortos períodos de tiempo, lo que impide la infiltración de agua hacia las napas subterráneas, al escurrir más rápido en la superficie. Es decir,como el agua no se alcanza a absorber, degrada los suelos y eleva el riesgo de desastres naturales, como avalanchas y deslizamientos de tierra. Todo esto no sólo afecta la disponibilidad de agua para la agricultura, también influye en la disminución de ecosistemas sensibles como el bosque nativo, desplazando hacia el sur climas que hoy caracterizan al Norte Chico y la zona centro sur.

Pese a esto, en Arica y Calama se podría registrar un leve aumento de las precipitaciones.

En este nuevo paisaje el desierto avanzaría hasta 50 km.

A tener en cuenta

En este nuevo escenario probable, si no se toman medidas urgentes en el presente, los glaciares también disminuirán su tamaño, y muchos de ellos podrían desaparecer. Situación que se traduciría en menos agua para usos cotidianos y urbanos.

Algunas de las propuestas actuales para mitigar este efecto, sería la creación de embalses artificiales a partir del agua proveniente del deshielo, una suerte de «reemplazo» de la función que hasta ahora cumplen los glaciares que desaparecen. La idea es que estos embalses puedan ir liberando agua de forma paulatina en los meses secos, ayudando a conservar saludables cuencas de los ríos y manteniendo las reservas de aguas.

Parte de las ideas y proyectos que plantea el Ministerio a partir de los resultados que ha arrojado el estudio es la creación de embalses, obras hidráulicas, sistemas de regulación hidrológica y mejoramiento de la red de canales de riego.

Es necesario tomar conciencia que el Cambio Climático está ocurriendo ahora y que los ciudadanos debemos actuar con responsabilidad y aplicar cambios que generen una mitigación de la devastación que el efecto invernadero, provoca en nuestros paisajes, exigir a los gobiernos políticas responsables y coherentes que promuevan la preservación de nuestro entorno y garanticen la vida de nuestros ecosistemas.

 


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano