La densa selva amazónica que antaño cubría enormes extensiones del noreste de Brasil casi ha desaparecido, y no para ser reemplazada por ciudades, sino por un páramo aparentemente infinito de haciendas ganaderas. El último reducto de esta selva, una de las más antiguas del mundo, se encuentra allá donde los pueblos tribales han resistido frente a los avances de los ganaderos y madereros. Uno de esos pueblos indígenas es el de los cazadores y recolectores Awás, una tribu que amamanta a las ardillas y a los monos en peligro de extinción.
El último reducto de una de las selvas más antiguas del mundo
La densa selva amazónica que antaño cubría enormes extensiones del noreste de Brasil casi ha desaparecido, y no para ser reemplazada por ciudades, sino por un páramo aparentemente infinito de haciendas ganaderas