La Corte Suprema dio su punto de vista, el Mar y lo internacional indican otra cosa

El viernes 14 de octubre, la Corte Suprema con sede en Santiago, se pronunció respecto del Recurso de Protección presentado por las Comunidades Mapuche de Mariquina, el 14 de abril en Valdivia

La Corte Suprema dio su punto de vista, el Mar y lo internacional indican otra cosa

Autor: Cesarius

El viernes 14 de octubre, la Corte Suprema con sede en Santiago, se pronunció respecto del Recurso de Protección presentado por las Comunidades Mapuche de Mariquina, el 14 de abril en Valdivia. Ese recurso legal, había sido rechazado por la Corte de Apelaciones, el 26 de mayo.

Las comunidades próximas a Mehuin, valiéndose de lo estipulado por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajao (OIT), argumentaron falta de consulta adecuada, libre e informada, como exige el Convenio. Ya en el verano, Celulosa Arauco, en su afán por construir el ducto y expulsar sus desechos al mar, pagó a sujetos para que marcharan por las calles de Valdivia gritando: ¡Sí al ducto! Así camuflaron el rechazo que su iniciativa contaminante, provoca.

La Corte Suprema, consideró que en la institucionalidad ambiental antigua (por algo se modificó) y en la Constitución Política también retocada, ya están considerados tales derechos de participación y argumentó entre ellos la llamada: “Casa abierta de Arauco”. Les recordaremos que en esa “participación”, asistieron quienes han firmado el contrato de “Colaboración y asistencia recíproca” con la empresa, por lo tanto estaban obligados a ir.

«¡Eso no es participación! Es justificar el sueldo. Para dicho remedo de participación, se prestaron los Bomberos de Mehuin, es lo que denominamos: “El cuartelazo”», se señala desde el Movimiento por la Defensa del Mar.

La asistencia se pagaba también, con café y galletas. ¿A eso le llaman participación? Si tan sólo fue para repetir un monólogo sobre su proyecto y responder a preguntas pauteadas. En ningún caso eso es vinculante al proceso.

Lo mismo ocurre con las observaciones ciudadanas, que fueron 159. Los propios representantes de la Comisión Nacional de Medio Ambiente, Conama, dijeron que esas cartas no eran vinculantes. Que a la hora de la votación, ningún Comité Regional, Core, representa a la ciudadanía ni a las personas que se oponen al proyecto.

«¡En Chile el Convenio 169 no se está respetando! Los Pueblos Originarios no están siendo escuchados. Las comunidades Mapuche de Mariquina, exigen respeto a la cultura y al Territorio, a la forma de vida por la se ha optado», se señala desde el Movimiento.

El trazado del ducto pasa por Territorio Mapuche. Por cementerios y nguillatuwe (lugares de ceremonias). La salida del ducto al Mar, no sólo implicará envenenar los alimentos con los desechos tóxicos de Celulosa Arauco; será también la alteración de equilibrios que la empresa ha roto, sin llegar a entenderlos. Constantemente ha estado interviniendo en la calidad de vida del pueblo Mapuche Lafkenche y ello repercutirá en los demás territorios que se abastecen de nuestro borde costero.

El Movimiento por la Defensa del Mar denuncia que «la empresa todo este tiempo ha estado diciendo que tiene estudios válidos y ni siquiera los realizó, tampoco se ha pronunciado de los cambios que causa un terremoto y un tsunami en un territorio; como efectivamente ha ocurrido en gran parte del borde costero. ¿Qué credibilidad puede tener Celulosa Arauco? Si fuera puras buenas intenciones y progreso puro, no tendría que pagar a matones y a su comparsa de ex pescadores con sus sindicatos brujos, para lograr un relativo apoyo. Que por lo demás es de la boca hacia fuera», indican.

Ahora, la empresa sigue sabiendo que no cuenta con un espacio al mar. La Ley Lafkenche es clara: El ducto no es un uso consuetudinario, no es compatible con el modo de vida de las comunidades del borde costero. Con este fallo de la Corte, confirmando una vez más que en Chile, la legislación ambiental protege una y otra vez los intereses económicos, por sobre la calidad de vida de los habitantes. Nos quedan todavía las instancias internacionales, ir a la Corte Interamericana, por ejemplo, y que exijan desde el exterior a Chile, para que cumpla con los tratados firmados.

Ha pasado tantas veces que las autoridades chilenas creen estar en lo cierto y han recibido el repudio internacional, que otra vez, ya casi les resultará usual.

«Y a todos los que defienden el Mar y que nos apoyan en la diferentes actividades les decimos que el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones no significa el termino de la defensa. Al contrario, ¡queda mucho por hacer! No se desanimen, lo de la Corte Suprema es una opinión frente a un tema. Ni siquiera fue por unanimidad», indican la organización.

Por Prensa del Movimiento de Defensa del Mar


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