Hace exactamente una semana la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley. Presentado por el senador Alejandro Navarro, la iniciativa buscaba entregarle, de manera póstuma, la nacionalidad al activista ecológico, millonario y filántropo Douglas Tompkins, fundador de The North Face, Eprit y otras marcas de montañismo que alcanzaron y siguen teniendo éxito a nivel internacional.
«Me indigna y avergüenza que un país acepte la nacionalidad por gracia de un pedófilo como John O’Reilly y no la de un protector de la naturaleza como Douglas Tompkins, o la de Horst Paulmann, un personaje que sólo busca su beneficio personal, y no la de quien ha propiciado la creación de parques nacionales para todos los ciudadanos de este país. Desgraciadamente, este es el pago de Chile», declaró el senador.
La historia de Tompkins es bastante conocida. Luego de abandonar sus negocios, por los inicios de la década de los 90, se instaló en el sur de Chile. En tierras nacionales se dedicó a conservar la flora y la fauna del territorio. Tras su muerte, Kristinne, su viuda, donó el parque Pumalín, en una de los aportes privados más grandes en materia de hectáreas entregadas (casi 410.000).
La muerte del filántropo ocurrió hace un año, cuando se encontraba haciendo cayak junto a unos amigos en el lago General Carrera. El día estaba tormentoso, y una ola de más de 80 centímetros dio vuelta su embarcación. Lo que pasó es sabido: llegó la hipotermia y cerca de las seis de la tarde murió acompañado de sus seres queridos, a los 80 años.