Chile se caracteriza por su diversos paisajes naturales. Las montañas están presente en la mayor parte de nuestro territorio y son una importante fuente de recursos. Desde un tiempo hasta ahora, el éxodo campo-ciudad de mediados del siglo XX se ha dado una vuelta y actualmente son más quienes buscan escapar de la ciudad y perderse en los sinuosos cordilleranos que atraviesan Chile.
Este proceso plantea desafíos para las políticas públicas chilena. Las montañas que atraviesan el territorio no son objeto hasta ahora de grandes consideraciones a la hora de pensarse el país. Aún no hay normativas claras sobre la extracción de recursos, el derretimiento de hielos, acceso seguro a los cordones montañosos, capacidad de respuesta ante el extravío de senderistas, entre otros aspectos.
El gobierno desde el ministerio del Exterior se ha planteado generar una Política Nacional de Montañas para proteger la naturaleza y a las personas que buscan disfrutar de ella. En este contexto, expertos del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral tuvieron cita para exponer sus propuestas que fueron sometidas a consulta ciudadana en el Senado ante la Comisión de Zonas Extremas, presidida por el senador Antonio Horvath.
Finalizada la sesión, la Dra. Carla Marchant expresó que «esta es una propuesta para el desarrollo sustentable, considerando el gran valor que tienen las montañas para nuestro país. Pensamos en la dinámica valle-montaña, la provisión de agua, los servicios ecosistémicos, espacios culturales y de identidad. Las montañas tienen un valor que está presente pero no lo suficientemente situado».
Y agregó que «nuestro trabajo fue pulir la iniciativa que viene desde Relaciones Exteriores y enfocarnos en aspectos que nosotros creemos son relevantes y no estaban mencionados en esta propuesta de gobierno».
Según el ministerio de Relaciones Exteriores, la importancia de las montañas radica en el acopio y almacenamiento de agua dulce: «Los ríos y arroyos que bajan de las montañas son nexos vivos que comunican a las comunidades de las montañas con las de las tierras bajas. Más de la mitad de la población del mundo depende del agua dulce que llega de las montañas».
En el documento que contiene las indicaciones a la política que busca implementar el gobierno, llamado «La voz de las Montañas», los académicos describen la importancia de las montañas debido a que «representan más del 80% del territorio natural constituyendo un factor natural clave en la configuración territorial del país y albergando la mayor cantidad de biodiversidad terrestre del territorio nacional».
Y continúan con que «dicha característica lo condiciona a un estado de fragilidad permanente ante los efectos de los actuales cambios globales -económicos, climáticos, culturales-, los cuales incluyen: incremento en las temperaturas, aumento de eventos extremos de origen natural y socio natural, el uso inadecuado de técnicas de cultivo, la sobreexplotación, entre otras».
Entre las propuestas presentadas al Senado, se incluyen metas concretas. Como la creación de un Instituto Nacional de Montañas que incluya un Observatorio de Investigación e Información, además, designar la totalidad de la superficie de propiedad fiscal montañosa andina como protegida y generar e implementar un programa educacional sobre uso y acceso consciente de espacios de montaña para todos los niveles del sistema educativo, entre otros puntos.
«Somos un país montañoso sin montañas. La visibilidad que tienen en el contexto público y político aún es escasa. No nos comparamos con el contexto Latinoamericano en donde las montañas generan identidad además de recursos. Buscamos destacar aspectos importantes para alcanzar un desarrollo sustentable. En Chile solo lo vemos desde la perspectiva del extractivismo y eso genera dificultad para tomar consciencia sobre cómo utilizamos los recursos», explica la Dra. Marchant.
«La globalización tiene varios aspectos a considerar. Pensemos por ejemplo, en los usos de las áreas públicas para fines privados, que provocan cambios en esos lugares. Las montañas han generado mayor interés para desarrollar deportes al aire libre, para actividades turísticas y están recibiendo un flujo de habitantes que es nuevo. La migración ahora no es hacia la ciudad, ahora la gente escapa de las ciudades buscando áreas verdes», sostiene la académica.
Y finaliza con que «los lagos del sur de Chile están todos en áreas de montañas, los predios están subiendo de precio, hay especulación inmobiliaria, hay una gran dinámica de temas que están relacionadas con el territorio montañoso y que no están lo suficientemente abordados a nivel público».
Vasti Abarca
El Ciudadano
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