Centenares de gatos callejeros acaban a diario con la vida de pequeños representantes de la fauna de la Sierra Oeste de Madrid, denunció a Telemadrid.es el naturalista Ángel Febrero.
Afincado en el municipio Aldea del Fresno, situado en el suroeste de la comunidad de Madrid, Febrero estima que tan solo en esa zona campan a sus anchas más de 400 gatos domésticos sueltos. Esta cifra solo refleja a los felinos censados, por lo que su cantidad real podría ser mayor, sostiene.
Según sus cálculos, cada año los gatos callejeros son responsables de la muerte de alrededor de 250.000 pequeños animales en Aldea del Fresno. Para el naturalista, lo que hacen los felinos en las localidades de la Sierra Oeste de Madrid merece el calificativo de «atentado ecológico silencioso».
Febrero considera que para reducir el impacto nocivo del instinto depredador felino en la biodiversidad madrileña sería preciso aumentar la responsabilidad de los dueños de los gatos con las correspondientes iniciativas legislativas.
En Australia no hay ‘gato encerrado’
El lado oscuro de los felinos acarrea problemas, y no solo para la fauna española. En Australia, donde la mayoría de los gatos salen de sus casas, también denuncian sus efectos nocivos para el ecosistema.
Se estima que el 71,1 % de los gatos domésticos australianos sale más allá de sus patios y que un 78,4 % de los que salen de paseo vuelven a casa con un trofeo en forma de reptiles, pájaros o mamíferos. Los investigadores sostienen que estas cifras son, con toda probabilidad, menores a las reales, ya que muchos de los gatos matan a sus presas sin luego recoger sus restos.
Según un estudio británico, los peligros pueden surgir no necesariamente al aire libre, pudiendo ser también víctimas de los felinos sus propios dueños, pues los científicos llegaron a la conclusión de que «es probable que todos los gatos tengan un elemento de psicopatía«.
Las características principales de los gatos psicópatas son unos altos niveles de audacia, lo que tiene que ver con la dominancia social y los bajos niveles de miedo; la «desinhibición«, que se refiere a los problemas de autocontrol; la «maldad«, caracterizada, por ejemplo, por la falta de empatía; la antipatía hacia otras mascotas y el mismo patrón, pero hacia los humanos.
Fuente RT
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