La escasez de agua plantea importantes preocupaciones sobre el futuro sostenible de la humanidad y la conservación de importantes funciones del ecosistema, y de manera especial, en la economía agrícola mundial.
Expertos han reflexionado sobre el tema y aseveran que para satisfacer la creciente demanda de alimentos sin expandir las áreas cultivadas, la agricultura probablemente necesitará introducir riego en las tierras de cultivo que actualmente son de secano, pero advierten que esto solo será posible donde exista suficiente agua disponible para el riego.
La agricultura de secano es aquella en la que el ser humano no contribuye a la irrigación de los campos, sino que utiliza únicamente la que proviene de la lluvia.
La «escasez económica agrícola del agua» se define como la falta de riego debido a la capacidad institucional y económica limitada en lugar de las limitaciones hidrológicas. Hasta la fecha, se desconoce la ubicación y el potencial de productividad de las tierras de cultivo económicamente escasas en algunas regiones del planeta, explican los científicos.
Al desglosar la escasez en todas sus formas, los expertos hablan de la escasez física de agua como un factor que afecta tanto el agua azul como la verde (es decir, el agua de cuerpos de agua o acuíferos y la humedad del suelo, respectivamente).
En el caso de la producción de cultivos, la escasez de agua verde (GWS, por sus siglas en inglés) corresponde a una condición en la que el régimen de lluvias no puede cumplir con los requisitos de agua del cultivo (CWR); es decir, durante al menos parte del año se necesita riego para evitar el crecimiento de cultivos con limitación de agua.
Por otro lado, la escasez de agua azul (BWS) ocurre en las tierras de cultivo que enfrentan GWS si los recursos de agua azul renovables disponibles no son suficientes para cumplir con los requisitos de agua de riego.
Escasez de agua y producción de alimentos
Para alertar sobre la escasez del vital líquido, los expertos realizaron un análisis agrohidrológico mensual, para luego mapear las regiones agrícolas afectadas por la escasez económica de agua agrícola.
En sus resultados, las cifras revelaron que las regiones representan hasta el 25% de las tierras de cultivo mundiales, principalmente en África subsahariana, Europa del Este y Asia Central.
Las estimaciones además indicaron que el riego sostenible de tierras de cultivo económicamente escasas en agua podría alimentar a 840 millones de personas adicionales y evitar una mayor agravación de la escasez de agua azul.
La preocupación científica cobra fuerza debido a que el crecimiento global en la demanda de alimentos está ejerciendo una presión sin precedentes sobre la tierra y los recursos hídricos de nuestro planeta.
Como se sabe, el agua y los nutrientes son factores biofísicos clave importantes que determinan la producción de alimentos.
Consideración científica
Si bien los avances tecnológicos han permitido a la humanidad producir económicamente cantidades masivas de fertilizantes nitrogenados, el agua sigue siendo un insumo crítico que limita la producción mundial de alimentos.
Se especula que en algunas regiones del mundo la expansión del riego probablemente someterá a estrés a los cuerpos de agua y acuíferos que ya están agotados, lo que aumenta las preocupaciones sobre la capacidad de la Tierra para alimentar a la humanidad con sus limitados recursos de agua dulce, consideran los expertos.
Está demostrado que la escasez de agua representa un estado multidimensional de privación humana caracterizado por la falta de acceso a agua asequible y segura para satisfacer las necesidades sociales o una condición en la que estas necesidades se satisfacen a expensas del medio ambiente.
Y si bien la escasez de agua puede afectar regiones enteras, son las personas más vulnerables y pobres las que sufren las consecuencias más graves.
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