La organización ambientalista Greenpeace solicitó la creación de un santuario en la Antártida para proteger a pingüinos, ballenas y todo el ecosistema ante la contaminación con desechos microplásticos y químicos peligrosos persistentes de estos hábitats remotos de la tierra.
Estefanía González, coordinadora de la campaña de océanos limpios, denunció que la contaminación, el cambio climático y la pesca industrial están dejando una huella clara y dañina de la humanidad en el territorio antártico.
Según un estudio de esta organización, siete de las ocho muestras de agua de superficie marina analizadas contenían microplásticos, al menos un elemento por cada litro de muestra.
Otros resultados detectaron en siete de las nueve muestras de nieve analizadas concentraciones detectables de químicos persistentes, llamados sustancias alquiladas perfluoradas y polifluoradas. Estas muestras incluían nieve recién caída, por lo que los químicos peligrosos fueron depositados desde la atmósfera.
“Vimos todo tipo de desechos de la industria pesquera en la Antártida entre las que se encuentran boyas, redes y lonas hundidas en icebergs. Las quitamos del agua, pero me quedó muy claro que necesitamos mantener esta área fuera de los límites de la actividad humana, si queremos proteger a la increíble fauna de este ecosistema”, expresó Frida Bengtsson, de Greenpeace.
Un planeta contaminado
“Se ha encontrado plástico en todos los rincones de nuestros océanos, desde la Antártida hasta el Ártico y hasta en el punto más profundo del océano, la Fosa de las Marianas. Necesitamos actuar de manera urgente para reducir el curso del plástico hacia nuestros mares y necesitamos reservas marinas a gran escala, como un enorme Santuario en el Antártico, para proteger la vida marina y nuestros océanos para las futuras generaciones”, indicó.
La organización también resaltó que las muestras que contenían microplásticos se tomaron entre enero y marzo de 2018. La campaña para crear un Santuario Oceánico en el Antártico está siendo propuesta por la Unión Europea y se tomará una decisión en la futura reunión de la Comisión del Océano Antártico (CCRVMA), en octubre próximo.