La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar alertó a la Fondo Nacional de Fomento al Turismo de México (FONATUR) que dos mil jaguares que habitan en la Península de Yucatán, y que representan la mitad de la población en el país azteca, se encuentran en riesgo si el Tren Maya no cumple al pie de la letra con la legislación ambiental.
De los dos mil ejemplares, mil habitan en la reserva de la biósfera de Calakmul. Por ello advierten que la planeación del proyecto “bajo ninguna circunstancia deberá impactar las zonas núcleo y de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas” de la península de Yucatán.
Preocupación de la comunidad
A finales de octubre se produjo un encuentro entre Gerardo Ceballos, presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar con el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), Rogelio Jiménez Pons, con el fin de exponer estos temas.
Ceballos explica que la reunión se dio en la ciudad de México ante la preocupación de investigadores, conservacionistas y difusores de la ciencia que integran la Alianza, representada por 25 instituciones del país, respecto a que el proyecto no cumpliera con la legislación ambiental debido al trazo original propuesto y que atravesaba la reserva de la biósfera de Calakmul.
“No había un pronunciamiento sobre el cumplimiento de la ley ambiental y por eso nos importaba hablar con ellos. El trazo debe respetar los límites de las áreas naturales protegidas federales, estatales y municipales. Esto es especialmente relevante con el Parque Nacional Tulum (Quintana Roo), las Reservas de la Biosfera Yum Balam y Sian Ka’an (Quintana Roo) y Calakmul (Campeche), y las áreas naturales protegidas estatales de Balam-Ku y Balam-Kin (Campeche), entre otras. Bajo ninguna circunstancia deberán impactarse las zonas núcleo y de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas”, explica Ceballos.
Protección de la especie
En los últimos 12 años, la Alianza logró incrementar la población del jaguar a escala nacional, a 4 mil 800 de acuerdo con los dos censos que han realizados.
“Nuestra Alianza ha puesto a México a la vanguardia en la conservación y los estudios del felino más grande del continente americano, dato especialmente notable si consideramos que actualmente enfrentamos un período en que la biodiversidad está bajo asedio en todo el mundo”, explica Ceballos.
El investigador indica que los estudios de impacto ambiental deben ser especialmente rigurosos para verificar la factibilidad del proyecto, toda vez que la reserva de la biósfera de Calakmul, el hábitat natural del jaguar, es una de los tres macizos forestales más importantes que le quedan a México.
“Calakmul es una de las 20 selvas más extensas que quedan en el planeta y el trabajo de conservación que se ha hecho ahí es muy importante. Por ello la preocupación”, expone el investigador.
Defensa de la biodiversidad
El pasado 23 de noviembre Ceballos envió a Jiménez Pons una carta en la que agradece “la disposición a dialogar” y expone la disposición de la Alianza en “apoyar el diseño y evaluación del proyecto con elementos técnicos y científicos que sirvan para mitigar sus impactos ambientales negativos”.
Lo que considera fundamental para consolidar la conservación del jaguar, las áreas naturales protegidas y las selvas de la región, así como impulsar un desarrollo sostenible en la zona. “Estamos en la mejor disposición de integrar un grupo de trabajo con Ustedes para avanzar en los temas ambientales relacionados con la conservación del jaguar y su hábitat”, precisó
Mitigar los impactos
Entre los puntos tratados en el encuentro, Ceballos explicó a Jiménez Pons y su equipo la relevancia de determinar las medidas de mitigación y conservación en las zonas que aún conservan selvas extensas y que no se encuentran en alguna área natural protegida, porque funcionan como corredores biológicos para el jaguar y otras especies animales.
“Dependiendo de las características del tren, se deberán determinar el número y ubicación de pasos de fauna elevados a lo largo del trazo del tren, para fauna mayor como jaguares y tapires. Además, deberán adecuarse los viaductos, obras de drenaje y pasos para que funcionen como pasos de fauna de especies de menor tamaño como ocelotes y osos hormigueros”.
Ceballos abunda que si el proyecto se hace bien, puede ayudar a reestablecer la conectividad de los hábitats del jaguar que están impactados por el sistema de carreteras existentes, a lo largo de las cuales se ha planteado la vía férrea. Los pasos para la fauna además de reducir la fragmentación del hábitat también sirven para disminuir el atropellamiento de animales silvestres.
De igual forma, se deberá evaluar cómo consolidar las áreas naturales protegidas de la región. “Un adecuado diseño del tren, así como su correcta evaluación puede representar una valiosa oportunidad para ordenar el desarrollo anárquico que ocurre en la periferia de las áreas naturales protegidas como Calakmul y Tulum.
Ceballos propuso también a Jiménez Pons y su equipo la creación de un fideicomiso ambiental para apoyar el manejo de las áreas naturales protegidas de la región y las zonas que aún conservan en buen estado sus ecosistemas, pero que no están bajo algún esquema de manejo sustentable, por los beneficios ambientales y sociales que traería.
La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar A.C. es una asociación que está integrada por más de 50 investigadores, conservacionistas y difusores de la ciencia que representan a 25 instituciones, cuyo principal objetivo es la conservación del jaguar y su hábitat para beneficio de todos los mexicanos.
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