Estados Unidos está consumiendo más antidepresivos que nunca en su historia, y esto significa que la vida marina de todo el mundo también los está tomando en una proporción mayor.
Mientras que muchas de estas sustancias químicas se descomponen en el hígado, los rastros de estos productos farmacéuticos se eliminan en nuestra orina y terminan siendo arrojadas a los suministros de agua, sistemas de alcantarillado y océanos. Dada la tendencia ascendente a usar antidepresivos, un nuevo estudio publicado en la revista Ecology and Evolution quiso saber cómo la fluoxetina ha afectado el comportamiento del cangrejo costero de Oregon, con un trabajo en laboratorio.
Los investigadores descubrieron que los cangrejos expuestos a la fluoxetina eran más atrevidos, más agresivos y más propensos a tomar riesgos no calculados. El trabajo demostró que los cangrejos aumentan su comportamiento de búsqueda de alimento, especialmente durante el momento del día en que normalmente permanecerían ocultos. Si esto ocurre en la naturaleza, aumentaría drásticamente el riesgo de un cangrejo de ser atrapado por un depredador. Los autores también descubrieron que estos crustáceos se volvieron más agresivos con sus pares y que a menudo los mataban con un intenso pellizco de sus tenazas.
«Los cambios que observamos en sus comportamientos pueden significar que los cangrejos que viven en puertos y estuarios contaminados con fluoxetina, están en mayor riesgo de depredación y mortalidad», dijo la investigadora Elise Granek, profesora del Departamento de Ciencias y Gestión Ambiental de la Universidad de Portland, EEUU.
Aunque este experimento se llevó a cabo en un laboratorio y no en el ambiente real de los cangrejos, los investigadores se preocuparon de simular concentraciones realistas de fluoxetina en el agua del estanque.
Esta no es la primera investigación que resalta el efecto de los antidepresivos en las aguas costeras y en el comportamiento de la vida marina. Un estudio de 2010 encontró que la fluoxetina también había provocado efectos similares en los camarones. Como efecto secundario, la acción de los antidepresivos en los mares puede disminuir el número de las poblaciones de estas especies y alterar las cadenas alimentarias. Todos los tipos de sustancias químicas provenientes de medicamentos recetados y de venta libre terminan en nuestros canales, no solo los antidepresivos. Aunque esto no necesariamente significa que todo el mundo deba dejar de tomar su medicamento, es sin duda un problema que los científicos ambientales y los desarrolladores farmacéuticos deberán considerar.
«Con el crecimiento de poblaciones humanas en las zonas costeras, se espera un mayor uso de antidepresivos como la fluoxetina, lo que sugiere mayores concentraciones futuras en el entorno marino. Nuestros resultados demuestran cómo los productos farmacéuticos afectan el comportamiento de las especies y sus interacciones», concluye el estudio.
Por IFLScience
El Ciudadano