La Tierra ha entrado en una nueva época a la que los expertos han llamado Antropoceno, debido a la extensión del impacto de la humanidad en el planeta.
Un equipo internacional de científicos, establecido para evaluar el problema, sometió el tema a votación, con un resultado de 34 contra 0, con una abstención. El grupo concluyó que, en un sentido geológico, el Antropoceno es real.
El aumento de las temperaturas y del nivel del mar, los desechos de los combustibles fósiles, el desperdicio plástico, el dramático incremento de la erosión, la propagación de ciertas especies animales alrededor del mundo y las partículas radioactivas dejadas en el planeta, producto de pruebas nucleares, son todos factores que contribuyen con los permanentes cambios en las rocas de la Tierra, afirman los científicos.
Los expertos aún están considerando qué fecha debieran elegir para dar inicio al llamado «clavo dorado» –una línea en la roca que marca el límite entre el Holoceno y el Antropoceno, pero creen que la fecha debería ser a mediados del siglo XX.
El anuncio se hizo en el 35° Congreso Geológico Internacional en Sudáfrica y su recomendación tendría que ser aprobada por los criterios de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, con el fin de ser declarada formalmente y comenzar a ser parte de los libros de texto.
La Universidad de Leicester emitió una declaración acerca de la «recomendación provisoria» del grupo de trabajo, diciendo que «el concepto Antropoceno es geológicamente real».
«El fenómeno es de una escala suficiente para ser considerado como parte de la Carta Cronoestratigráfica Internacional, conocida más comúnmente como ‘escala temporal geológica'», dice la declaración.
La idea de que el mundo haya entrado en una época definida por los humanos fue sugerida por primera vez en el año 2000, por los científicos Paul Crutzen y Eugene Stoermer.
«El impacto humano ha dejado huellas perceptibles en el registro estratigráfico por miles de años –de hecho, desde antes del comienzo del Holoceno», declara la U. de Leicester, y recalca: «Sin embargo se han intensificado cambios sustanciales, aproximadamente globales y simultáneos en la ‘Gran Aceleración’ de mediados del siglo XX, que coincide con el despliegue más distintivo y claro de señales dejadas sobre los estratos [de roca] depositados recientemente».
«Los cambios al sistema terrestre que caracterizan a la potencial época del Atropoceno, incluyen una marcada aceleración de las tasas de erosión y sedimentación, perturbaciones químicas de gran escala en los ciclos del carbono, nitrógeno, fósforo y otros elementos; el inicio de un cambio significativo en el clima global y el nivel del mar, y cambios bióticos, tales como niveles sin precedentes de invasiones de especies a lo largo de todo el planeta», continúa el comunicado. «Muchos de estos cambios son geológicamente permanentes y algunos son efectivamente irreversibles».
«Estos procesos y otros relacionados, han dejado un despliegue de señales en los estratos recientes, incluyendo plástico, aluminio y partículas de concreto, radionucleidos artificiales, cambios en los patrones isotópicos del carbono y el nitrógeno, partículas flotantes de cenizas y una variedad de restos biológicos fosilizables. Muchas de estas señales dejarán un registro permanente en los estratos (capas geológicas) de la Tierra».
El Dr. Colin Waters, secretario del grupo que trabaja para definir el Antropoceno, explicó a The Independent que «en el último siglo hemos tenido un impacto tan grande que estamos llevando al planeta lejos de su natural oscilación (clima) y cambiando la tendencia de las temperaturas globales; desde lo que debió haber sido una tendencia de enfriamiento, a una de calentamiento».
El grupo de trabajo está a punto de encontrar una línea simbólica que marcaría el comienzo del Antropoceno. Esta podría estar en un sedimento que en el futuro se volverá roca, en un arrecife de coral o incluso en los anillos de los árboles.
El profesor Clive Hamilton, eticista del instituto Charles Sturt, de Australia, escribió la revista científica Nature, advirtiendo a los científicos de que tuvieran cuidado con su declaración «Bienvenidos al Antropoceno», argumentando que, si bien al principio creyó que se trataba de una ironía, se dio cuenta de que no lo era, lo que le pareció preocupante: «La idea de un Antropoceno no es bienvenida. Debería asustarnos, y así es como los científicos deberían presentarla».
Fuente, The Independent
El Ciudadano