Las intensas lluvias y vientos huracanados que han afectado el Centro y Occidente de Cuba en las últimas semanas ocasionaron un derrame en la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos que alcanza los 12 mil metros cúbicos de aguas oleosas y contaminó la Bahía de Cienfuegos. Ante esta situación, autoridades de la Isla trabajan para mitigar el impacto ambiental del vertido.
El contacto de cualquier hábitat con hidrocarburo líquido es considerado una de las formas más graves de contaminación. Cuando el vertido de petróleo se da al medio ambiente marino, la masa flota en el mar y produce una mancha que se conoce con el nombre de marea negra.
El director de la planta, ingeniero Hermenegildo Montalvo Ibarra, al referirse al accidente que produjo las inundaciones que llenaron las piscinas de la refinería, explicó que “la velocidad de las aguas del cañón de la Bahía de Jagua se llevó completamente el producto contaminante y hoy la rada tiene un impacto de entre 60 y 70% de hidrocarburo en casi todas sus zonas”.
Ante esta emergencia ambiental se desplegaron acciones destinadas a mitigar el impacto y recoger el crudo, además de colocar unos 3000 metros de barreras cupet para acordonar el área.
“Ya cercaron enclaves citadinos como la Marina Marling y el Club Cienfuegos, para comenzar a limpiar su área marítima con barreras”, indicó Montalvo.
Métodos de control
En el pasado, la Nación caribeña ha lidiado con pequeñas manchas de petróleo producidas por desperfectos en buques tanque que se encontraban cercas de sus costas. Entre las acciones que se aplican cuando ocurren estos accidente se encuentra colocar barreras armadas con componentes químicos que solidifican el petróleo y facilitan su recogida.
Otras acciones incluyen la quema controlada de crudo, así como emisiones de «dispersantes», una medida que provoca inquietud entre ecologistas y algunos científicos por las posibles consecuencias que puede tener para la vida marina.