La Bóveda Global de Semillas de Svalbard se está inundando por causa de los efectos del cambio climático. Esta estructura fortificada se diseñó para proteger a las semillas del mundo de un eventual desastre mundial y está instalada en la isla Spitsbergen, archipiélago de Svalbard, en Noruega.
El sitio web oficial del proyecto, manejado por la organización Crop Trust (dedicada a proteger la diversidad global de los cultivos), dice que la bóveda es «una instalación de almacenamiento de semillas resguardada, construida para soportar las pruebas del tiempo y el desafío de los desastres causados por la naturaleza o el ‘hombre'».
La fortaleza parecía ser impenetrable, pero sucumbió a las fuerzas de la naturaleza debido al aumento de temperaturas en la región, que ocasionaron un derretimiento mayor al usual, acompañado de fuertes lluvias en lugar de nieve, informa IFLScience.
En realidad, sucumbió a ambas fuerzas, porque este aumento en la temperatura se debe a un fenómeno provocado por los humanos.
El agua entró a chorros por el túnel de entrada a la bóveda –que está enterrada en una montaña de arenisca. Esta agua finalmente se congeló y el hielo fue retirado. Por fortuna las semillas no resultaron dañadas, pero lo más importante es que ahora que se sabe que esto puede pasar, la comunidad deberá encontrar la manera de proteger las instalaciones, que serán un salvavidas en caso de emergencia.
«No estaba en nuestros planes que el permahielo fuera a desaparecer de ahí y que [la bóveda] experimentaría un clima extremo como este», dice Hege Njaa Aschim, del gobierno noruego, al medio The Guardian. «Se suponía que iba a funcionar sin la ayuda de humanos, pero ahora estamos vigilando la cámara las 24 horas», agrega la autoridad.
A fines del año pasado se registraron temperaturas de 7°C por sobre lo normal en Spitsbergen. Con el rápido cambio del clima global y la pérdida de permahielo, los administradores deben encontrar la manera de que el banco de semillas esté sano y salvo, para que pueda mantener en su interior a la mayor colección de semillas del mundo.
Algunas de las medidas a tomar serán revestir el túnel y cavar zanjas para desviar el agua del derretimiento y de posibles lluvias. También habrá que instalar bombas para sacar el agua, si es que la bóveda se vuelve a inundar.
«Se supone que esto debe durar por la eternidad», dice Åsmund Asdal, del Centro Nórdico de Recursos Genéticos, institución que mantiene la instalación.
El Ciudadano