En la sesión que se inicia este 16 de diciembre, el gobierno de Morales exhortará a los países industrializados a que paguen por sus emisiones, las que se han incrementado en el periodo 2006-2007. Un estudio de ese año señala que las emisiones se incrementaron en 11,2 por ciento en vez de disminuir en 5,2 por ciento, como se había fijado en 1990.
Bolivia planteará la necesidad de hacer reducciones en emisión de gases contaminantes entre un 25 y 40 por ciento para ratificar la exigencia de la ONU para reconocer los derechos de la Madre Tierra.
Bolivia planteará en la cumbre de Naciones Unidas sobre el calentamiento global, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Copenhague, capital de Dinamarca, que los países industrializados paguen la deuda climática que han contraído con los territorios en desarrollo, porque éstos «no tuvieron la culpa de este problema».
El coordinador del Programa Nacional de Cambios Climáticos, Jaime Villanueva, dependiente del Ministerio boliviano de Medio Ambiente y Aguas, explicó este miércoles que su país exigirá además el cumplimiento de los compromisos vinculantes para la reducción de emisión de gases contaminantes asumidos hace casi dos décadas, por medio de una propuesta denominada «Salvemos al planeta del capitalismo» que se presentará en ese foro con cuatro temas de relevancia.
Señaló que uno de los puntos busca lograr de los países desarrollados, «que han ocasionado este problema», un «resarcimiento y compensación» para las naciones en desarrollo por los daños causados, así como la necesidad de la transferencia de tecnología y recursos financieros que apoyen las medidas de adaptación y mitigación del cambio climático.
En la Cumbre de Copenhague, Bolivia planteará que, para solucionar este problema del calentamiento global, el planeta necesita hacer reducciones de un orden del 25 al 40 por ciento.
Villanuega manifestó, sin embargo, que «este rango tiene un porcentaje de incertidumbre, y por el principio precautorio Bolivia ha planteado que los países deberían reducir de forma doméstica un 49 por ciento».
Recordó que un estudio del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) reflejó que, al 2007, las emisiones se incrementaron en 11,2 por ciento en vez de disminuir en 5,2 por ciento, como se había fijado en 1990.
La propuesta boliviana ratifica la exigencia de que las Naciones Unidas reconozcan los derechos de la Madre Tierra, afectada por el uso excesivo de los recursos naturales y los combustibles fósiles, precisó el experto.
Añadió que la delegación boliviana a Copenhague también expondrá la necesaria participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones y formulación de políticas para mitigar el problema.
«Todavía existe una esperanza, una solución al problema, siempre y cuando los países desarrollados tomen el liderazgo y hagan compromisos vinculantes que puedan solucionar el problema», concluyó.
Villanueva expuso esta propuesta a propósito de la presentación en Bolivia del informe Estado de la Población Mundial 2009, elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, en inglés), que destaca la situación de las mujeres y las poblaciones vulnerables en la respuesta al cambio climático.
El representante en Bolivia del UNFPA, el español Jaime Nadal-Roig, resaltó que los cambios introducidos en el país para aplicar un desarrollo amigable con el medio ambiente «más que apropiados, son necesarios» y dijo que el informe destaca también la importancia de la mujer como agente de cambio en la actual coyuntura.
«La mujer produce entre el 60 y 80 por ciento de los alimentos en los países en desarrollo, se hace cargo de las tareas del hogar y el cambio climático está dificultando enormemente que esas funciones se puedan cumplir de manera adecuada. El mayor peso, en cierta manera, recae sobre ellas», apuntó.
Una de las principales propuestas del informe es que cualquier solución en temas de adaptación al cambio climático involucre a las mujeres.
Bolivia sufre el veloz deshielo de antiguos glaciares, aumento brusco de temperatura, ausencia de lluvias, y una posible escasez de agua potable y alimentos.
«Estamos viviendo los momentos más álgidos de la historia de la humanidad (…) Tenemos en este momento en Bolivia seis regiones con problemas de sequías y alrededor de siete mil 500 cabezas de ganado reportadas como perdidas», señaló Jaime Villanueva y lamentó, además, que 35 por ciento de pérdida de los glaciares está afectando la seguridad alimentaria y la salud de la población.
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