Boric oficia a Cancillería por puesta en marcha de termoeléctrica en Río Turbio

Tras conocerse la inminente puesta en marcha de la termousina de Río Turbio en Argentina, propiedad de la empresa Isolux Corsán, el diputado Gabriel Boric expresó su preocupación por la eventual afectación que su funcionamiento pudiera generar en la región magallánica, oficiando a la Cancillería a que tome parte en el asunto e informe públicamente de las consecuencias que acarrearán los desechos de la planta para los ciudadanos.

En el oficio presentado, Boric aduce su preocupación a las informaciones arrojadas en el seminario binacional de “Desafíos Energéticos en la Patagonia”, realizado el pasado 28 de noviembre, ocasión en la que expuso el representante de la Asamblea Ciudadana de Río Gallegos, Ingeniero Eduardo Delía, quien alertó sobre las consecuencias de la planta termoeléctrica, que según las autoridades argentinas será prontamente inaugurada en la ciudad de Río Turbio.

Según lo alegado por Boric en el documento, dadas las rachas de viento en la zona y la cercanía de la planta con la región, la nube tóxica (compuesta entre otros por gases CO2, SO2 y NOx y CO) afectaría a las localidades de Puerto Natales y Punta Arenas, así como al Parque Nacional Torres del Paine, generando incluso precipitaciones de lluvia ácida.

«Río Turbio se encuentra a aproximadamente 15 kilómetros de la frontera con Chile y a 30 de Puerto Natales. La central Termoeléctrica pretende aportar al sistema eléctrico de Argentina 240 MW (Megavatios) de potencia instalada. Para ello combustionará carbón mineral proveniente del Yacimiento Río Turbio. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto estableció:

– La disposición de 1.800 toneladas por día de cenizas con elementos contaminantes.

– La emisión de 24.000 toneladas de gases por día en su chimenea de 110 metros de altura.»

Boric enfatizó que «Las emisiones de esta chimenea superan en 5 veces a las de la papelera Uruguaya Botnia, que generó un conflicto internacional entre Argentina y Uruguay por los efectos nocivos de sus gases.»

Asimismo, se destaca el tratado de medio ambiente suscrito entre Chile y Argentina en 1991, «el que en Chile fue promulgado por Decreto Supremo Nº 67 del Ministerio de Relaciones Exteriores del 16 enero de 1992, siendo precisamente este Ministerio el encargado de su implementación en Chile, a través de su Dirección de América del Sur. El mencionado tratado establece entre sus objetivos en su artículo 1º inciso cuarto «Cada una de las Partes se compromete a no realizar sesiones unilaterales que pudieren causar perjuicio al medio ambiente de la otra». El artículo cuarto a su vez establece una subcomisión de medioambiente, la que ya se ha constituido en múltiples ocasiones.»

«No podemos permitir que decisiones de nuestros vecinos contaminen nuestra región«, señaló Boric en cuenta de Twitter.

El proyecto, fuertemente cuestionado por los ciudadanos argentinos, por considerar entre otros que no cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental confiable,no es la primera vez que recibe críticas de parte de autoridades chilenas.

El 14 de mayo del presente año, Anahí Cárdenas, alcaldesa de Villa Cerro Castillo, de la Municipalidad de Torres del Paine,expresó mediante una nota su precoupación al intendente de la Región, Jorge Freile, señalando que “Respecto de la puesta en servicio de la usina a carbón en la vecina ciudad argentina de Río Turbio, es de nuestro interés solicitar por su intermedio, las gestiones necesarias para conocer el estado real de proyecto, fecha de entrada en servicio, estudio de impacto ambiental, en especial lo que tiene relación con la emisión de dióxido de carbono, partículas y ácido de azufre u otras emisiones a la atmósfera, que pueda afectar a los habitantes, flora y fauna de nuestra comuna, considerando, además, que el valor agregado que las Torres del Paine son una Reserva natural de la biósfera decretada por la UNESCO y la reciente nominación como Octava maravilla natural del mundo”.