Brasil aprueba un nuevo código forestal que elimina trabas a la deforestación

El Senado brasileño aprobó este martes 6 de diciembre una polémica reforma de las leyes que regulan el uso de los suelos, que según grupos ecologistas dará un “golpe mortal” a la ya degradada Amazonía y abrirá puertas a una mayor deforestación

Brasil aprueba un nuevo código forestal que elimina trabas a la deforestación

Autor: Wari

El Senado brasileño aprobó este martes 6 de diciembre una polémica reforma de las leyes que regulan el uso de los suelos, que según grupos ecologistas dará un “golpe mortal” a la ya degradada Amazonía y abrirá puertas a una mayor deforestación.

El proyecto, que será devuelto a la Cámara de Diputados para que examine algunos cambios, se aprobó con 58 votos a favor y 8 en contra con el respaldo de casi todo el oficialismo, unido a sectores de la oposición agrupados en la llamada “bancada rural”, un grupo suprapartidista que representa a los grandes empresarios del campo.

Los senadores ignoraron así las protestas de ecologistas que, por medio mundo, han denunciado el impacto que, en su opinión, tendrá la reforma del Código Forestal, que data de 1965 y establece normativas para la actividad agropecuaria y el uso general de los suelos.

La decisión del Senado, que introdujo ligeras modificaciones, da como segura la aprobación definitiva del texto en la cámara baja, que en una primera discusión lo respaldo con una sólida votación de 410-63.

El proyecto, presentado por el propio Gobierno y respaldado por la poderosa industria agropecuaria, plantea entre otros puntos que las áreas de selva protegidas en propiedades privadas en la región amazónica, equivalentes al 80%, se reduzcan a un 50%.

El Gobierno de Dilma Rousseff, principal defensor del proyecto y que cuenta con el apoyo de los sectores agrícola y ganadero, deberá sortear las decenas de enmiendas presentadas por los senadores al texto, que serán debatidas antes de su votación.

CARTA BLANCA AL AGRONEGOCIO PARA LA EXPLOTACIÓN DE ÁREAS PROTEGIDAS

También establece que las zonas protegidas a la vera de los ríos, que hoy suponen una franja de 30 metros a cada lado, pasen a ser de 15 metros.

En contrapartida, establece la obligación de recuperar las áreas que sean degradadas en el futuro e incentivos económicos para los agricultores que adopten prácticas sustentables.

El punto que más discusiones ha generado propone una amplia amnistía para los hacendados que, en las últimas décadas, violaron las leyes actuales, desforestaron donde estaba prohibido y mantienen en esas zonas su actividad agropecuaria.

Ese perdón generalizado fue criticado hasta por la Presidenta Dilma Rousseff, quien adelantó que podría vetar ese y otros puntos del proyecto antes de sancionarlo.

Según medios locales, de los 18 diputados que aprobaron previamentente el código en julio de este año, 13 recibieron juntos aproximadamente 6,5 millones de reales (unos 2,7 millones de euros) donados por empresas del sector del agronegocio, la ganadería y del ramo del papel y la celulosa durante el su campaña a la reelección.

UN SIN NÚMERO DE PROTESTAS

El lunes 5 de diciembre, personalidades del mundo de la cultura y de la política se daban cita en Rio de Janeiro en un acto contra la aprobación del proyecto. Entre los asistentes se encontraba el director de las populares Ciudad de Dios, y El jardinero fiel, Fernando Meirelles, que acaba de finalizar su documental Xingú en favor de la Amazonia.

La última protesta contra la posible aprobación del Código la protagonizó el martes el grupo ecologista Greenpeace, que en un acto celebrado ante el Senado pidieron a Dilma que “apague la motosierra”.

“Esa reforma va a propiciar un aumento de la deforestación en la Amazonía, perdonará a quienes talaron los bosques en forma ilegal y abrirá brechas para nuevos asentamientos” en el mayor pulmón vegetal del planeta, denunció la ingeniera agrónoma Tatiana de Carvalho, del capítulo brasileño de Greenpeace.

El rechazo al proyecto generó hace unos meses una inédita unión de los diez ministros de Medio Ambiente que tuvo Brasil entre 1973 y 2010, quienes en una carta enviada a Rousseff le pidieron impedir lo que calificaron de “desastre anunciado”.

Por otro lado, junto con el nuevo código forestal el proyecto que mayor repercusión y reacción ha generado es la construcción de la tercera presa más grande del mundo, la de la hidroeléctrica de Belo Monte.

Entre las voces que se han alzado contra ella, además de la del citado Fernando Meirelles, está la de James Cameron, director de Avatar, que en su momento aprovechó la promoción de la película para pronunciarse contra el proyecto. También lo hizo Sigourney Weaver que colabora en la campaña contraria al proyecto.

Fuente: Agencias

Diciembre 8, 2011

Tomado de www.librered.net


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