En Chiloé las personas generalmente le dicen toninas al delfín chileno, pero también al austral, que tiene otras características como que puede llegar a los dos metros, es negro y con una franja blanca.
En su libro “El delfín chileno” que fue lanzando en Valdivia, la bióloga marina Carla Christie resume parte de la investigación que por años se realizó en la zona, principalmente en Castro y Quellón, texto que tiene como objetivo la divulgación científica.
Editado por Ediciones UACh, el texto contiene 140 páginas en las que se describen las características de este mamífero, así como su abundancia, los sonidos que emiten y su organización.
Otros elementos que considera el texto son cuáles son los sectores en los que es posible apreciarlos con mayor frecuencia y las áreas que se deben proteger.
“La idea es que la gente común y corriente, tanto un estudiante de sexto básico como un adulto, conozca a su propio delfín porque este solo vive en Chile”, señaló la autora, sumando que “este es un resumen de todo lo que hemos hecho en Chiloé desde el 2001 con distintas instituciones como Yaqu Pacha”.
Asimismo, la bióloga marina expuso que “el delfín chileno vive desde Valparaíso a Cabo de Hornos, pero los lugares en los que sabemos que siempre están es en Quellón y Castro”.
Hasta un metro y 60 centímetros puede medir un delfín chileno que tiene entre sus principales características que tiene la aleta dorsal redondeada y además es de coloración gris y tiene el vientre de color blanco.
TONINAS
En este sentido, la profesional explicó que en Chiloé las personas generalmente le dicen toninas al delfín chileno, pero también al austral, que tiene otras características como que puede llegar a los dos metros, es negro y con una franja blanca.
Mil son los ejemplares que se imprimieron de este texto que fue apoyado por el Fondo del Libro y recursos que la investigadora consiguió en el extranjero, específicamente en Estados Unidos. Además, quienes estén interesados pueden adquirirlo online por 4 mil 500 pesos.
Sin embargo, la autora también reservó 130 ejemplares para distribuirlos entre las escuelas con las que trabajó en la zona. “Si algún establecimiento está interesado, me puede pedir un ejemplar por correo electrónico a [email protected]”, argumentó la investigadora.
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