El Consejo de Defensa del Estado (CDE) demandó a la minera Quiborax S.A., acusándola de causar un daño «continuo, acumulativo, permanente e irreparable» en el Salar de Surire, en la Región de Arica y Parinacota.
La demanda, presentada el miércoles en el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta, planta que las actividades mineras desarrolladas ininterrumpidamente desde 1997, especialmente bajo el actual método de explotación a rajo abierto, «son responsables materiales de la destrucción y alteración de componentes esenciales del salar, la pérdida de servicios ecosistémicos, la pérdida de hábitat y la afectación a su biodiversidad».
A través de un comunicado, el CDE señaló que la acción de las faenas mineras «se ha traducido en un menoscabo y/o deterioro grave y significativo de la estratigrafía, de la escorrentía superficial del salar y del patrón de inundación normal del mismo, con la consecuente afectación de su régimen hídrico normal».
Asimsimo, destacó que los elementos “ambientales son propios del país, únicos, escasos y representativos del Salar de Surire, el cual fue inscrito como Sitio Ramsar, el 2 de diciembre de 1996, y parte de la Reserva de la Biósfera Lauca desde 1981”.
Pérdida del hábitat necesario para la subsistencia de los flamencos
El abogado del CDE Alfredo Larreta explicó que la demanda contra la minera «busca defender el estándar de sustentabilidad para toda actividad económica».
La acción legal sostiene que la empresa Quiborax S.A. no se ha hecho cargo de mitigar, reparar y/o compensar los impactos ambientales significativos que provoca su faena minera, entre los que figuran la la destrucción de los sedimentos que constituyen el suelo del salar, alterando la topografía superficial.
Entre los daños ecosistémicos que estarían causando las actividades de Quiborax S.A., se incluye la pérdida del hábitat necesario para la subsistencia de tres especies de flamencos de las seis que existen en el mundo, como son el flamenco chileno, el flamenco de James y el flamenco andino.
Intentos de Quiborax para saltarse las reglas en el Salar de Surire
La empresa minera de capitales chilenos se promociona a través de su sitio web como «la tercera productora de Ácido Bórico en el mundo»,.
En Arica cuenta con la Planta El Águila, que posee una capacidad para producir 110.000 toneladas métricas anuales de ácido bórico.
En marzo de este año, Ciper publicó un reportaje en el que reveló que la minera estaba siendo investigada por la Superintendencia del Medio Ambiente, a raíz de que la Corporación Nacional Forestal «la denunciara por intentar eludir la evaluación ambiental».
Tras la fiscalización realizada en agosto de 2022, Conaf concluyó que la empresa estaba incumpliendo restricciones ambientales en el Salar de Surire, declarado monumento natural, por ser una de los principales sitios en América del Sur para la reproducción de tres especies de flamenco: el flamenco james (Phoenicoparrus jamesi), el andino (Phoenicoparrus andinus) y el chileno (Phoenicopterus chilensis), los cuales están incluidos en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Meses después de esos hallazgos, la Conaf reveló que durante esa temporada ninguna de las tres especies de flamenco logró reproducirse.
El equipo periodístico de Mongabay Latam y Ciper analizó una filtración de más de un millón de correos electrónicos enviados entre altos ejecutivos de Quiborax entre los años 2007 al 2022, los cuales fueron cotejados con documentos oficiales, sacando a la luz la elaboración de un plan para flexibilizar las restricciones establecidas en los permisos ambientales y poder así extraer mineral desde zonas restringidas.
Ante estos señalamientos, Quiborax procedió a negar categóricamente las acusaciones de Conaf y señaló que la directora de Conaf en la región de Arica y Parinacota, Ingrid Robles —quien asumió cargo en julio de 2022— malinterpretó la norma y no consideró los acuerdos que Quiborax y la administración anterior de Conaf habían alcanzado, ignorando años de trabajo en conjunto y buenas relaciones en beneficio del Monumento Natural.
Sin embargo, en los correos analizados por el medio citado, se puede leer que no fue Ingrid Robles, quien malinterpretó la norma, sino que fue la empresa, con la ayuda de la anterior administración de Conaf en Arica, a cargo de Héctor Peñaranda, la que buscó flexibilizar las restricciones establecidas en los permisos de tal manera que le fuera posible extraer mineral, al interior del Monumento, en zonas donde tenía prohibido acceder.
El equipo periodístico le envió a Héctor Peñaranda una serie de preguntas para conocer las razones por las qué no reparó en sus informes que Quiboraz estaba extrayendo material a profundidades mayores que 30 centímetros, o por qué acordó con la empresa que ésta podría acercarse hasta 500 metros de los sitios de nidificación que no estuvieran activos.
Sin embargo, el ex director de Conaf no respondió, mientras que la minera aseguró que no incumplió con ninguna restricción y que las mediciones realizadas por Conaf, en lo que respecta las profundidades de extracción, son incorrectas debido a errores en la metodología utilizada.
«Esto, sin embargo, fue descartado por la Corporación que confirmó la infracción», señaló el reportaje de Ciper.
El artículo también detalla los intentos de Quiborax por modificar las regulaciones ambientales y las reacciones de las autoridades pertinentes. Aunque la empresa buscaba relajar las restricciones para la extracción de minerales, enfrentó resistencia por parte de la Conaf, cuyos informes revelaron infracciones graves, como la extracción a profundidades mayores de lo permitido y la formación de lagunas artificiales que afectan el hábitat de aves protegidas. Este caso refleja los desafíos en la protección ambiental y la tensión entre el desarrollo económico y la conservación de la naturaleza.
Flamencos abandonan sus nidos
Durante el verano del 2022-2023, en el Salar de Surire, no se registró ningún nacimiento de polluelos de las tres especies de flamenco que se encuentra en la lista roja de especies amenazadas, a pesar de que la Conaf había identificado esa temporada la existencia de 25 zonas con evidencias de nidificación, es decir, con nidos y hasta con huevos.
Los nidos fueron abandonados y en ninguno de los casos el proceso llegó a término, se constató en un informe técnico de 2023, sobre el estado actual del hábitat y de las poblaciones de flamencos en el salar, elaborado por el Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Conaf en Arica .
El especialista Juan Navedo, fue consultado por Mongabay Latam y Ciper sobre el comportamiento de los flamencos en el Salar de Surire y señaló que es normal que estas aves decidan no reproducirse un año si es que no encuentran las condiciones óptimas que justifiquen el gasto de energía que ello implica.
Sin embrago, la Conaf aseguró en su informe que la situación es “preocupante”, ya que “a nivel nacional e internacional el Salar de Surire constituye una de las áreas de concentración y nidificación más importante de las tres especies de flamencos”.
Los resultados de esta temporada 2022-2023, todavía se encuentran en análisis.
Sigue leyendo: