El gobierno argentino obtuvo el pasado martes 16 de mayo, mientras Mauricio Macri se encontraba de gira por Asia, el compromiso chino de financiamiento para construir la quinta central nuclear argentina en la Patagonia. Así lo confirmó el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck. «El Gobierno Nacional acordó en China emplazar en Río Negro la quinta central de energía nuclear de Argentina. Su construcción será en 2020″, anunció el gobernador rionegrino en su cuenta oficial de Twitter.
La central nuclear se ubicaría en el sector de Sierra Grande en Río Negro, en el límite con Chubut, cerca del Golfo de San Matías y la Península Valdés, Patrimonio Mundial Natural UNESCO. Para el caso chileno, a 550 kilómetros del límite con Chile y 600 kilómetros de la Región de Aysén, localidad en la que no tardaron en llegar las críticas y preocupaciones por lo que este proyecto nuclear en el país vecino puede causar en el territorio chileno.
Según el mandatario provincial argentino, que estuvo en China junto al presidente Macri, el anuncio del financiamiento asiático «es una noticia importante para los rionegrinos» dado que se trata de una inversión superior a USD 8.000 millones y, además, alrededor de la central nuclear se construirán hospitales, escuelas, rutas y redes eléctricas para transportar energía.
Oposiciones múltiples al proyecto nuclear
Sin embargo, el anuncio no fue recibido de buena manera por distintos sectores. Tal como informamos en El Ciudadano anteriormente, la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida realizó una declaración pública rechazando el proyecto argentino-chino, ya que pone en riesgo la vida de la población de esa zona.
«Rechazamos esta decisión inconsulta, arbitraria e ilegal por parte del gobierno argentino aliado a los intereses imperialistas chinos, lo cual nos afecta como habitantes de un vecino país, tanto en lo ambiental como en lo concerniente a la negativa imagen que se genera, por ser esta fuente de energía sucia, peligrosa y de alto costo», afirmaron en una una carta dirigida al Embajador de China en Argentina, Yang Wanming, bajo el título “En la Patagonia NO”.
Sin embargo las oposiciones no solo se dieron puertas afuera de Argentina. El gobernador de la provincia argentina de Chubut, Mario Das Neves, encabezó durante este lunes una cumbre ambiental en la provincia para manifestar su rechazo a la central nuclear que se instalaría en la vecina Río Negro. La Cumbre Ambiental le da un marco institucional al reclamo que ya se había hecho público anteriormente, ya que contó con la presencia de diputados nacionales, provinciales, intendentes, concejales, organizaciones no gubernamentales y el obispo de la Iglesia Católica.
Como resultado del encuentro, se firmó un documento donde quedó plasmada la posición contraria a que en la Patagonia se fomente la energía nuclear. El gobernador Das Neves centró sus críticas en el Gobierno nacional encabezado por Macri, al que le pidió que «sea respetuoso de las economías regionales».
«Se lo dije al Presidente: que si toman medidas, no las tomen mirando una planilla Excel. Nosotros queremos definir la identidad de la provincia y de toda la región patagónica», manifestó Das Neves. «Tenemos una provincia rica en recursos como el petróleo, la pesca, el turismo, la ganadería y seremos nosotros los que decidiremos en qué se invierte y en qué no. Por eso decimos ‘Bienvenidas las inversiones’, pero vamos a discutir en qué. Vienen por nosotros, por nuestra tierra y por nuestra agua, y si cedemos estamos entregando la resistencia de años», sentenció.
En la misma dirección, y tras advertir que la energía nuclear es «sucia, peligrosa y obsoleta», Paul Horsman, especialista en energía de Greenpeace Argentina, explicó que «existen alternativas más limpias, baratas, rápidas y mucho más seguras». En esa dirección, mientras los defensores de Atucha III aseguran que hay más de 4 mil puestos de trabajo en juego, el especialista recordó que en los Estados Unidos «las industrias solar y eólica están creando empleos 12 veces más rápido que otras, e incorporando más gente que los sectores de petróleo, carbón o gas».
Por último, cabe destacar que al igual que ocurrió en territorio chileno, en la Patagonia argentina hubo una fuerte reacción de un nutrido grupo de 35 organizaciones sociales que se adelantaron al anuncio del Gobierno y el lunes le enviaron una carta al embajador chino Yang Wanming. Tal como destaca el portal Infobae, allí manifestaron su «oposición categórica a la instalación de cualquier tipo de central nucleoeléctrica en ningún lugar del territorio patagónico».
«Más allá de la decisión de los gobiernos argentino y rionegrino, los habitantes patagónicos rechazamos dicha acción por inconsulta, arbitraria e ilegítima. Por considerar esta fuente de energía como sucia, peligrosa y costosa», advirtieron.
¿Podrá la presión social frenar este millonario proyecto que amenaza con alterar la vida de una importante región de la Patagonia en Argentina e incluso Chile?