“Chile prefiere perder en una batalla legal en vez de llegar a una negociación”

Desafortunado, por decir lo menos, es el rol que ha mantenido la cancillería chilena en el asunto de las Aguas del Silala, el conflicto que nuevamente nos llevará a enfrentarnos contra Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya

“Chile prefiere perder en una batalla legal en vez de llegar a una negociación”

Autor: Leo Robles

Juan Carlos Alurralde, vicecanciller de Bolivia (EFE).

Desafortunado, por decir lo menos, es el rol que ha mantenido la cancillería chilena en el asunto de las Aguas del Silala, el conflicto que nuevamente nos llevará a enfrentarnos contra Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

El gobierno chileno aborda el conflicto invisibilizándolo, restándole seriedad a las acusaciones bolivianas. Solo habla de que el presidente Evo Morales desvía la atención de sus problemas internos atacándonos sin sentido, pero no se dice que nuestro país, por evitar el pago de una cantidad “insignificante” de dinero, está arriesgando perder parte importante del “sueldo de Chile”. Sí, las aguas del Silala alimentan a Chuquicamata y a otras mineras pertenecientes a Codelco y al Grupo Antofagasta Minerals, principalmente.

Si bien Chile argumenta que el Silala es un río internacional, basta investigar superficialmente para darse cuenta de que no es así, sino una red de manantiales conectados artificialmente, los que al ser encauzarlos a través de un canales construidos por empresas chilenas, drenan la zona, haciendo uso ilegal del agua desde hace más de cien años.

Pruebas hay a raudales, pero la cancillería chilena, obstinada, se niega a reconocerlo y prefiere perder en una batalla judicial antes que llegar a una negociación.

Ahora ya puede que sea tarde, porque en Bolivia se alzan voces para que se corten los canales artificiales que hizo Chile dentro del territorio de nuestros vecinos, y usar esa agua para levantar la alicaída economía del Sudoeste de Potosí. Quieren aprovechar ellos mismos el recurso que nuestro país les está drenando ilícitamente, sin otra compensación más que devastar ecológicamente la zona.

Pero no quieren tan solo llegar y destruir el sistema de canalización artificial, sino que primero quieren que la Corte Internacional de Justicia les dé la razón, en una batalla que saben ganada de antemano contra la codicia de la megaminería chileno- transnacional, donde aparecen como actores claves el Grupo Luksic, Codelco y el gobierno chileno.

Para adentrarnos en el tema, El Ciudadano conversó con el Vicecanciller boliviano Juan Carlos Alurralde: defensor acérrimo de los recursos naturales, ciclista y andinista. La autoridad, uno de los responsables del categórico triunfo de Bolivia el año pasado en los tribunales de la Haya por la Demanda Marítima Boliviana, accedió en esta oportunidad a hablar en exclusiva sobre la naturaleza de los Manantiales del Silala, así como también del uso de sus aguas por la mina de Chuquicamata. ¿Está en juego “el sueldo de Chile”?

 

Periodista: De acuerdo a la postura boliviana ¿Qué son las aguas del Silala?

Juan Carlos Alurralde: Los Manantiales del Silala se encuentran muy cerca de la frontera con Chile entre los hitos 73 y 74. Sus aguas corresponden a cerca de 70 manantiales que se encuentran exclusivamente en territorio boliviano. Las aguas se encuentran concentradas en dos áreas denominadas como manantiales del sur y del norte, los que se encuentran conectados por un sistema de canales artificiales de drenaje que conducen el agua hasta la frontera con Chile. Los territorios donde se encuentra ubicado el recurso siempre han estado en posesión del gobierno boliviano, a pesar de que fueron ocupados por el ejército chileno en 1879 durante la invasión del Departamento del Litoral.

¿Cuándo se realizaron los primeros canales?

Las primeras evidencias de que se produjeron obras de captación del Silala datan de 1888. En ese año todavía no se había firmado el Tratado de Paz y Amistad de 1904, por lo que las tropas chilenas todavía ocupaban el suelo boliviano, deambulando libremente por territorio boliviano.

¿Quiénes realizaron esas obras?

La Compañía de Salitre y Ferrocarriles de Antofagasta en 1888 realiza las primeras infraestructuras correspondientes a unas cámaras rústicas de captación de agua y canales de mampostería. Esta compañía ingresa sin autorización al Silala, porque claro, la zona estaba resguardada por tropas chilenas que ocupaban el lugar.

Estructura artificial que colecta el flujo de los manantiales desviados por Chile.

Estructura artificial que colecta el flujo de los manantiales desviados por Chile.

Esa misma compañía tuvo un rol clave en el inicio de la Guerra del Pacífico y era conformada por capitales chilenos e ingleses mayoritariamente.

Claro, pero lo importante es que ese año, en 1888 se hacen los primeros canales para llevar agua artificialmente desde los Manantiales del Silala hacia la cuenca del Pacifico.

Para hacer eso ¿la compañía pidió alguna autorización al gobierno boliviano?

Ninguna, porque estábamos invadidos. No se había hecho ningún tratado todavía. Aunque supiéramos que estaban canalizando nuestra agua no podíamos hacer nada, porque las tropas chilenas ocupaban por la fuerza la zona.

¿Qué pasó con el Silala en 1904 con la firma del tratado que pone fin a la ocupación?

Cuando se firma el mal llamado Tratado de Paz y Amistad de 1904, los manantiales permanecen en territorio boliviano, Chile no los anexa. Es por eso que en 1908 la compañía Bolivian Railway Compañy, que de boliviana no tenía nada porque era chileno –inglesa, tiene que solicitar a Bolivia de que se le conceda autorización para el uso de las aguas del Silala y la ampliación del sistema de drenaje, porque después del Tratado ya no podían entrar las compañías chilenas a Bolivia sin autorización.

Eso es un punto fuerte a favor de los bolivianos.

Claro, porque si los Manantiales del Silala se tratasen de un río internacional que discurre naturalmente como dice la cancillería chilena, por qué entonces tendrían que haber pedido una concesión al gobierno boliviano, es ridículo ¿Para qué? Entonces el 23 de septiembre de 1908, la prefectura de Potosí otorga nuestras aguas del Silala a la empresa.

Chile ahora dice que es un río y que le corresponde el agua ¿Para qué era la concesión que pidieron las compañías chilenas de la época a los bolivianos según los documentos oficiales?

Para desarrollar obras de infraestructura de drenaje y canalización de los manantiales que permitiesen surtir de agua a los ferrocarriles. Todo eso está en el contrato de concesión. Es muy importante porque desde 1908 a 1913 se realizaron importante trabajos. Se estima que la compañía gastó alrededor de 5 millones de dólares, lo cual es mucho dinero para esos años, los que se invirtieron en construir canales, redes de drenaje, ampliar obras colectoras, incluso para dinamitar los manantiales y así aumentar el caudal y forzar artificialmente el flujo de agua hacia Chile.

En la imagen se puede apreciar el canal artificial con bordes de piedra.

En la imagen se puede apreciar el canal artificial con bordes de piedra.

¿Los trabajos concluyeron en 1913?

Solo en esa etapa, que significó cinco años de trabajos constantes, después de los cuales ya podían alimentarse con aguas del Silala las locomotoras de la compañía chileno-británica. Pero en el contrato decía que sólo la empresa de ferrocarriles podía beneficiarse de este recurso, que no fue lo que pasó.

¿Me está diciendo que las compañías chilenas pidieron permiso a Bolivia, por lo cual no sería un río internacional y que las compañías no respetaron el contrato en cuanto a la utilización del recurso?

Claro, se tiene información de que en 1914 otra empresa chilena que se llamaba Chile Exploration, comenzó a utilizar parte de las aguas del Silala para llevarlas a Chuquicamata y un año después de que terminaron los primeros trabajos otras empresas también comenzaron a hacer uso ilegal de un recurso destinado solamente a alimentar a las locomotoras.

Entonces ¿Por qué Bolivia le deja trabajar a Chile en su territorio para canalizar y drenar el Silala sin ninguna clase de compensación económica o de otro tipo?

Recordarás que después de la Guerra del Pacífico Bolivia quedó encerrada geográficamente, perdiendo sus puertos y su conexión al océano, por lo que necesitaba desesperadamente de que los ferrocarriles pudiesen llevar su mineral. Acá lo que pasa es que se engaña a Bolivia, nos dicen “¿Ustedes quieren trenes? Entonces dennos agua para los trenes”, pero en realidad el agua era para muchas cosas más.

¿El gobierno boliviano denunció esto?

Claro, parece que recién ahora estamos denunciando este abuso, pero ya en 1940 Pablo Baudoin, denunció que la empresa chilena estaba vendiendo las aguas otorgadas como concesión por la Prefectura de Potosí para otros fines.

¿Pasó algo con esa denuncia?

Solo quedó constancia, tendría que llegar 1960, momento en que se organiza una comisión oficial presidida por el ingeniero Augusto Valdivia para constatar que las aguas bolivianas están siendo llevadas y utilizadas ilegalmente en Chile. Desde 1913 que se usan las aguas de forma ilegal, hay un montón de antecedentes.

Un sistema de tuberías en desuso instaladas por Chile. Si es un río internacional... ¿Cuál era la necesidad?

Un sistema de tuberías en desuso instaladas por Chile. Si es un río internacional… ¿Cuál era la necesidad?

¿Podría mencionarme otro?

Por supuesto, hay otra denuncia importante en 1965, cuando el Presidente de Acción Marítima denuncia ante el Consejo Supremo de Defensa Nacional a la empresa de Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway Co. Ltda. por negociar con aguas de concesión otorgadas gratuitamente por Bolivia. Además impugnó la disposición ilegal del gobierno de Chile que determinó que las aguas bolivianas pasaban a depender de la municipalidad de Antofagasta y de la Dirección de Riegos del Ministerio de Obras Públicas de Chile. Luego en 1996 “El Diario” de Bolivia denuncia también el desvío de los Manantiales del Silala.

¿El gobierno boliviano hizo algo al respecto?

Sí, en 1997 el ingeniero Antonio Bazoberry realizó uno de los estudios más serios de la época contratado por la Cancillería boliviana, tras la investigación corrobora en su informe final que no existe ningún río en la región, sino que manantiales canalizados artificialmente. Por esta razón, el gobierno revoca ese mismo año la concesión a la empresa de ferrocarriles. Declaración de caducidad que fue elevada a rango de Decreto Supremo ese mismo año.

Pero Chile dice que antes de 1997 Bolivia reconocía como río internacional al Silala.

No, lo que pasó es que el Canciller del gobierno de Banzer se refirió inicialmente a los Manantiales del Silala como un río internacional, sin embargo luego de encargar estudios se rectificó prontamente, refutando sus declaraciones anteriores.

Sin embargo el canciller chileno Heraldo Muñoz anda mostrando un mapa de 1904 usado para confeccionar el Tratado de Paz y Amistad, firmado entre ambos países, donde aparece el Silala como un río.

Esto es porque en 1888 se hacen los primeros canales y en 1904 se firma el Tratado de Paz y Amistad, pero el mapa está confeccionado por la misma empresa de ferrocarriles, o sea fue un mapa hecho por una compañía chileno-británica interesada en que aparecieran los manantiales como un río. Por eso en el Tratado de 1904 aparece así, porque los trabajos que se hicieron en 1888 efectivamente ya estaban haciendo escurrir agua hacia Chile. Lo bueno es que tenemos toda esta evidencia.

Estas obras de canalización necesitan mantenimiento, pues al ser de carácter artificial como afirma, con el paso del tiempo deberían haberse tapado los canales que llevan agua hacia Chile.

Por eso es que piden la concesión, para seguir ampliando los trabajos y garantizar el mantenimiento del sistema. Porque no es trata de un río internacional, ese es un pilar de nuestra demanda, un rio internacional debe tener un flujo natural y no un flujo artificial inducido por una red de drenaje y menos puede ser declarado como tal por la propia compañía a la que se dio la concesión.

¿Qué hace Chile cuando le revocan la concesión en 1997?

Pues recién se preocupa y en el año 1998, el gobierno chileno despliega una gran campaña internacional de diplomacia, denunciado que las Aguas del Silala eran un río internacional. Mientras que en 1999 en Bolivia se promulga el Decreto 25500 para que el gobierno boliviano licite el Silala. Era una de las épocas más neoliberales de Bolivia, se privatizó todo mediante una Superintendencia de Aguas, encargada de entregar las aguas a cualquiera.

¿Quién ganó la licitación del Silala?

El gobierno boliviano hizo un concurso público, mientras que Chile se opuso a la licitación argumentando que eran “aguas compartidas de un río internacional que no se puede licitar”. Ya en el año 2000 la Superintendencia firma un contrato con la empresa DUCTEC para el uso y aprovechamiento de los Manantiales del Silala.

¿Quién estaba detrás de DUCTEC?

Esta fue una empresa boliviana que se creó solamente para esto. Eran allegados al gobierno y obtuvieron un área de concesión privada. En el día de hoy escurren hacia Chile aproximadamente unos 200 litros por segundo, pero DUCTEC quería subirlo a 600, lo cual se podría haber hecho solo ampliando los canales de drenaje artificiales, porque DUCTEC quería venderle el agua a Chile, entonces la empresa boliviana envió facturas a los Luksic y a Codelco. Ambas empresas contestaron que no le debían nada a Bolivia y que no iban a pagar porque para ellos se trataba de un río internacional. Planteamiento generado desde la cancillería chilena que se involucra y pide a las empresas que no deben pagar ni un centavo.

¿Qué ocurrió con DUCTEC?

No les pagaron y esta empresa se disolvió en 2006 revocando nuevamente el contrato de concesión. Sin embargo ese mismo año la problemática de las Aguas del Silala, se logró inscribir en la agenda de 13 puntos entre Chile y Bolivia, en el punto siete denominado Silala y Recursos Hídricos, creándose en ese momento el Grupo Binacional del Silala para resolver esto.

¿Este grupo sirvió para algo?

En octubre de 2010, luego de más de cinco años de numerosas reuniones bilaterales para tratar de resolver el uso arbitrario por parte de Chile de las Aguas del Silala, se produjo la última reunión del mecanismo de consultas políticas y no se llegó a ningún acuerdo. En esa reunión propusimos el siguiente artículo: “En la próxima reunión del mecanismo de consultas políticas Bolivia- Chile se definirá el monto y la forma de erogación por parte de la República de Chile respecto del uso pasado de las Aguas del Silala”. Pero Chile nunca reconoció que había una deuda y nosotros decidimos reservarnos el derecho de la utilización de las aguas bolivianas, usándolas en nuestro territorio o reconstituyendo las condiciones naturales de los Manantiales del Silala.

Complicado, porque eso significa destruir los canales artificiales.

Así es, Chile se indignó porque de inmediato entendió que eso disminuiría casi la totalidad del caudal del Silala. Este es un caso en que la verdad salta a la vista de inmediato, aquí no hay ningún río internacional, es solo cosa de visitar el lugar, así de fácil, la verdad entra por los ojos y está del lado de Bolivia.

En resumen, ¿Cuáles son los fundamentos exactos de la llamada Deuda Histórica del Silala?

Uno de los más fuertes es que la empresa chileno- británica construyó una serie de canales de mampostería y otras obras para drenar las aguas artificialmente bajo la impunidad de la invasión a nuestro territorio y a raíz del contrato con la Prefectura de Potosí que consignaba que el recurso estaba destinado exclusivamente para alimentar a las locomotoras, sin embargo la compañía vendió el agua a otras empresas sin ninguna autorización de Bolivia. Por lo tanto el uso por parte de Chile de estas aguas, sin pago ni compensación alguna, es ilícito.

Algunos dicen en Chile que el caudal del Silala no es tan significante, que solo es propaganda.

Es muy importante, actualmente se estima que son 200 litros de agua por segundo que van a la región más seca del mundo, el problema es que ni siquiera calma la sed de los pueblos chilenos, sino que se va casi íntegramente a la minería.

¿Qué tiene que decir al respecto de la “base militar” que Chile acusa que tienen en la frontera?

No es una base militar, no es un regimiento ni un batallón, es un puesto con alrededor de una docena de personas que se construyó para tener cierto control de la zona, porque todos los años entraban brigadas chilenas a suelo boliviano para realizar mantenimiento de los canales, sin pasar por ningún control migratorio o aduana y sin tener siquiera una concesión.

¿Se ha notado algún cambio desde la instalación del puesto?

Claro, ha bajado la  eficiencia de los canales, los bofedales se están expandiendo algo y la zona se está recuperando en algo en términos ecológicos, varios animalitos están retornando como vicuñas y suris. La naturaleza siempre trata de recuperarse, porque antes la zona del Silala estaba constituida por extensos bofedales, pero con el drenaje artificial del agua hacia Chile quedó convertida en un desierto. No hay agricultura en la zona, no hay ganadería, porque Chile se lleva casi el 100% de las aguas.

¿De dónde provienen las aguas del Silala?

El agua proviene de un lago congelado en el interior de la tierra que se está derritiendo. Son aguas fósiles, no renovables que brotan entre las rocas y formaban bofedales, las compañías chilenas han usado incluso dinamita para fracturar aún más las rocas e incrementar el flujo, luego a través de un sistema de colectores y canales de drenaje artificial se capta el agua de los manantiales y bofedales y se los lleva a través de canales de conducción hacia la frontera donde inmediatamente entra en una tubería para no perder ni una sola gota.

Agua concesionada inicialmente para locomotoras.

Claro, si las locomotoras dejaron de existir a partir de los años ’50 y las aguas pasaron a utilizarse en otras cosas, ninguna correspondiente con el contrato firmado. Cuando dejaron de utilizarse las locomotoras Chile podría haber pedido a Bolivia cambiar la concesión para uso en minería, pero nunca solicitaron esta autorización. No puede haber un ilícito más claro.

El problema es que las aguas en disputa alimentan a Chuquicamata, la mina chilena que algunos denominan como “el sueldo de Chile” ¿Qué pasaría si se destruyesen los canales artificiales que la alimentan?

Chuquicamata también se alimenta de otras fuentes de agua, pero las del Silala corresponden a un porcentaje considerable de lo que necesita la industria minera para funcionar. De prescindir de estas aguas ¿Te imaginas el impacto en la producción?

Vista aérea donde se aprecian los trazados del canal como si estuvieran hechos con regla.

Vista aérea donde se aprecia el trazado del canal como si estuviera hecho con regla, más un camino para la mantención del mismo.

Claro, a eso voy, porque creo que sería más fácil para Chile pagar por las aguas, debido a que al no hacerlo está arriesgando, poniendo en juego parte importante de la economía del país.

Ese es el problema, la postura del gobierno de Chile es tan dura e inflexible, son tan tozudos en sus posiciones, que prefieren perder en una batalla legal que llegar a una negociación beneficiosa para ambas partes. Chile canceló el mecanismo de consultas políticas entre ambos países y es por eso que el presidente Evo Morales decidió el 23 de marzo de este año llevar a cabo esta demanda por una vía jurídica internacional.

Autoridades dicen que CODELCO quiso pagar una vez por las aguas, pero Cancillería chilena no dejó que pasara.

Autoridades dicen que CODELCO quiso pagar una vez por las aguas, pero Cancillería chilena no dejó que pasara.

¿Cuánto debería pagar Chile?

Más de 15 millones de dólares por año, cifra insignificante comparada con los beneficios que obtienen de Chuquicamata, pero en vista del fracaso de las conversaciones con Chile, son cada vez más fuertes las voces para utilizar esta agua acá en Bolivia. Estamos construyendo una planta geotérmica que perfectamente podría proveer el poder necesario para bombear las aguas del Silala a toda esta región muy pobre y así desarrollar agricultura y ganadería en la zona.

¿Qué hay de cierto en lo que dice el gobierno chileno de que Bolivia está agrandando el puesto militar del Silala?

El puesto militar sigue exactamente del mismo tamaño y eso se puede comprobar por imágenes satelitales. Lo que estamos construyendo son unas piscinitas para truchas y viviendas para invitar a hidrogeólogos, expertos en aguas subterráneas, abogados y distintas personalidades de organizaciones mundiales con el objeto de que vean con sus propios ojos la artificialidad de las obras construidas por Chile para drenar el manantial y que se constate de que este no es un rio internacional.

Si ustedes destruyeran los canales construidos por Chile dentro de su territorio ¿Cree que esto podría iniciar una guerra?

Bolivia es un país de paz, nunca va a querer una guerra con Chile. Está en nuestra nueva constitución política que jamás haremos uso de la fuerza. Hemos sido muy respetuosos y es por esta razón que llevaremos este asunto a través de las instancias jurídicas internacionales destinadas para resolver en paz nuestras diferencias. Sería lindo que los jueces vinieran a ver esta red artificial de drenaje, construida al amparo de una concesión que las empresas chilenas nunca respetaron. Por eso en nuestro petitorio a la corte, posiblemente pediremos entre otros temas reconstituir las condiciones naturales de la zona y retirar la red de drenaje artificial, seguramente los jueces pedirán estudios para ver la influencia de las obras, porque según el derecho internacional de aguas, solo puede hablarse de un río internacional, cuando éste es completamente natural, cosa que no ocurre en lo absoluto.

¿Estarían dispuestos a usar las aguas del Silala como factor de intercambio en su Demanda Marítima?

Ese ya es otro tema, primero queremos demostrar ante la comunidad internacional el uso ilegal de nuestras aguas del Silala, sobre lo cual estamos completamente seguros que el derecho internacional nos dará la razón de forma categórica y sin ninguna duda. Nos hubiese encantado arreglar este diferendo de forma diplomática, pero lamentablemente la política exterior del gobierno chileno y su inflexibilidad no nos permite otras opciones.


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