Revista Science cree que el viento podría sustituir al carbón en 20 años.
El hecho de que el mayor parque eólico del mundo se encuentre en la provincia china de Gansu, en el extremo noroccidental del país, no es ninguna casualidad. El gigante asiático se ha convertido en el mayor emisor de gases invernadero del mundo pero también en el mayor inversor en energías renovables. A este ritmo podría satisfacer todo el consumo de electricidad en 2030 con energía eólica, según un informe realizado conjuntamente por expertos de la Universidad de Harvard y del Departamento de Medioambiente de la universidad Tsinghua, en Pekín, que publica hoy la revista Science.
Sin embargo, hacer realidad estas predicciones será más complicado. Por un lado, será necesario que Pekín adopte una política muy agresiva para sustituir el carbón como principal recurso energético, advierten los autores del estudio. China, igual que India, dispone de enormes reservas de carbón.
Por otro lado, la inversión en parques eólicos, la mayoría situados en zonas remotas del noroeste del país, tendrá que venir acompañada de una enorme inversión paralela en infraestructuras que haga posible convertir la energía en electricidad y transportarla a las zonas más pobladas de la costa este y que puede superar los seis billones de yuanes (6.000 millones de euros).
«Hay que diferenciar entre potencia instalada y potencia generada. Y aquí es donde China se encuentra en un cuello de botella», explicaba el pasado junio en una entrevista a Público Mikel González Ventalló, director de la sucursal china de Antecsa, fabricante vasco de frenos para turbinas de viento.
REDUCIR EMISIONES
La enorme inversión prevista en energía eólica permitiría a China reducir las emisiones de CO2, que continuarán creciendo mientras el carbón continúe siendo la principal fuente de energía. Según el estudio, llevado a cabo en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard, China podría sustituir el carbón como principal generador de electricidad por la energía eólica en 2030 asumiendo un coste garantizado de 5,7 céntimos de euros por kw-h (0,516 yuanes) durante los primeros 10 años. La inversión de 640 GW de capacidad eólica rondaría los 900.000 millones de dólares en 20 años, un precio «alto, pero no descabellado», según los autores.
Esto implicaría un recorte de las emisiones de hasta un 30%, pero lo más probable es que estos cálculos se queden en teoría. Aunque China ha superado a EEUU, convirtiéndose en el primer emisor mundial de CO2, el nivel de emisiones per cápita es una quinta parte del de los estadounidenses. Pekín utilizará este argumento y sus enormes esfuerzos por invertir en energías renovables para lograr más concesiones en la próxima cumbre sobre el cambio climático en Copenhague, donde estudiará un modelo que sustituya al protocolo de Kioto.
OBJETIVO: LA REVOLUCIÓN VERDE
En estos momentos, Pekín tiene un plan de inversión de 3 billones de yuanes (unos 300.000 millones de euros) para desarrollo de energías limpias hasta el año 2020.
El objetivo oficial es conseguir que la energía limpia genere el 17% de la electricidad producida en 2020, 290 millones de kw, según las estimaciones previstas. De éstos, se espera que 86 millones provengan de energía nuclear, 150 millones de la eólica, 20 millones de la solar y otros 30 millones de bio-fuel.
El mayor parque eólico del mundo, en Yumen (Gansu) tiene una capacidad para generar 420.000 kw y puede llegar a los 10 millones, según informaba el diario ‘China Daily’ el pasado agosto.
El Gobierno chino tiene proyectos similares en otros siete parques eólicos.
por Andrea Rodés