Investigadores advierten que las micropartículas de plástico parecen estar matando a los peces porque sus larvas las prefieren como comida en vez su verdadero alimento.
Con el temor de que pronto las cantidades de plástico en los océanos podrían llegar a equiparar la cantidad de peces, los científicos están cada vez más preocupados por los efectos del plástico –en todas sus formas– en los ecosistemas marinos.
Ahora, un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Science ha encontrado que las larvas de la perca (un pez que abunda en ríos y lagos de casi toda Europa central y occidental) eligen activamente el plástico por sobre el plancton –que es su alimento normal.
Los investigadores han explicado que este gran aumento en la mortalidad de la perca está impidiendo el crecimiento de la especie y cambiando su comportamiento innato.
Por ejemplo, parecen haber perdido la habilidad de oler a los depredadores, lo que los hace mucho más vulnerables.
Peter Eklov, coautor del informe en Science, explica: «Esta es la primera vez que se encuentra que un animal prefiere comer partículas de plástico. Es algo preocupante».
Al poner percas en un estanque con un lucio (un pez depredador), las percas expuestas al microplástico fueron depredadas cuatro veces más rápido que las que no lo habían comido. Todos los peces alimentados con plástico habían muerto a las 48 horas.
Los investigadores recalcan los efectos negativos en la cadena trófica, por causa de que los peces que son comidos por otros se alimenten con grandes cantidades de plástico.
«Si otras especies en edad joven también están mostrando un comportamiento similar con el microplástico, y esto se traduce en altas tasas de mortandad, los efectos en los ecosistemas acuáticos podrían ser profundos«, señalan los científicos.
El microplástico se produce cuando grandes trozos de plástico se van rompiendo en el ambiente terrestre y en el mar, pero también, en gran parte, son buenas cantidades de microfibra de la ropa sintética –la mayoría de los sweaters y ropa «de lana»– que se desprende cada vez que se lava. Estas partículas son los suficientemente pequeñas para traspasar los tratamientos de aguas contaminadas y llegar al mar.
La otra parte de estos residuos plásticos son los pequeños gránulos de las lociones, cremas y jabones exfoliantes, que la industria cosmética ha prometido dejar de usar de aquí al 2020.
Los políticos están empezando a darse cuenta de los potenciales daños de los microplásticos, cuyo tamaño es tan pequeño que pueden pasar a través de las paredes intestinales y entrar en el tejido del organismo de los animales.
Traducción, El Ciudadano